martes, 1 de julio de 2025

Dedica Este Tiempo A Tus Relaciones Con Tus Hermanos Y Hermanas Para Que Prepares Un Terreno Fértil Para La Unidad

Mensaje de la Inmaculada Madre María a Angélica en Vicenza, Italia, el 28 de junio de 2025

Queridos hijos, la Inmaculada Madre María, Madre de todos los Pueblos, Madre de Dios, Madre de la Iglesia, Reina de los Ángeles, Auxilio de los Pecadores y Madre Misericordiosa de todos los hijos de la tierra, he aquí, hijos, que hoy viene a vosotros para amaros y bendeciros.

Hijos, Mis pequeños, este tiempo es un tiempo de descanso en la tierra para vosotros. Dedicad este tiempo a vuestras relaciones con vuestros hermanos y hermanas para que preparéis un terreno fértil para la unidad.

La unidad es importante para vosotros; un día será esencial para la supervivencia de todos vosotros.

No seáis superficiales, acercaos los unos a los otros con el corazón abierto y sinceridad, que cada uno vea en el otro el Rostro de Cristo, y si no sois sinceros, no seréis sinceros con Jesús.

¡No es difícil que veáis el Rostro de Cristo! Si habéis dejado vuestros corazones abiertos, Jesús habita en ellos y, por tanto, Él mismo os ayudará.

Hijos míos, a menudo el Padre Celestial también me dice: «¡Habla a tus hijos, María, diles que se busquen unos a otros, que se conviertan en una familia como lo fue en el pasado, de lo contrario vendrán tiempos difíciles para ellos, tiempos dolorosos, y si están distantes unos de otros, será aún más doloroso!».

Esto es lo que me dice el Padre, así que vamos, hijos Míos, no es difícil, sois hermanos y hermanas, sois hijos del mismo Padre, ninguno de vosotros debe ser arrogante. Sed tiernos, dulces, sed como Yo y sobre todo sed comprensivos, es verdad que sois hermanos, pero hay muchas diferencias entre vosotros; rogad al Espíritu Santo para que esas diferencias se conviertan en algo bueno y justo que os una.

¡Yo os ayudaré desde lo alto de los cielos!

Alabanza al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Hijos, la Madre María os ha visto a todos y os ha amado a todos desde lo más profundo de Su Corazón.

Yo os bendigo.

¡Rezad, Rezad, Rezad!

Nuestra Señora Estaba Vestida De Blanco Con Un Manto Azul, Llevaba Una Corona De Doce Estrellas En La Cabeza Y Había Humo Negro Bajo Sus Pies.

Origen: ➥ www.MadonnaDellaRoccia.com