Mensajes de diversas orígenes
martes, 1 de julio de 2025
Los Sacerdotes que Dejaron el Sacerdocio para Casarse Sufren en el Purgatorio
Mensaje a Valentina Papagna en Sidney, Australia, el 18 de junio de 2025

Esta mañana, hacia las cinco, vino el Ángel y me llevó al Purgatorio.
Me dijo: "Vengo a mostrarte que hay sacerdotes que atraviesan pasillos cada vez más oscuros. Siguen caminando de oscuridad en oscuridad".
El Ángel y yo entramos en aquella oscuridad: un pasillo largo, muy largo, en el que había muchos sacerdotes. La única luz presente procedía del Ángel, que iluminaba los pasillos y me permitía ver a los sacerdotes.
Un sacerdote se acercó a mí y me dijo: "Valentina, gracias por venir a ayudarnos. El Ángel nos conduce hasta ti para que vengas a ayudarnos. Somos muchos aquí. Hay muchos pasillos oscuros, y estamos caminando por ellos, y no hay luz, no hay luz, ¡sólo oscuridad, oscuridad, oscuridad!".
Pregunté: «¿Pero qué habéis hecho para estar en tanta oscuridad?». Podía oír de fondo las voces de muchos de los otros sacerdotes.
«Lo que hicimos es que nos apartamos del Sacerdocio y nos casamos; nos engañaron las damas», respondió. Mientras pronunciaba estas palabras, pude ver a una dama con él. Era su esposa.
Esta señora iba a la iglesia con regularidad y, poco a poco, fue conociendo al sacerdote. Luego se hicieron amigos y, finalmente, él abandonó el sacerdocio para casarse con ella.
Los sacerdotes son engañados por las damas que se les acercan, se hacen amigas suyas, las abrazan y les hablan demasiado.
Dijo: "En realidad, no tuve un matrimonio feliz porque sufrí mucho en mi vida, y de repente, me encontré en presencia del Señor. No lo sabía; pensaba que el Señor estaría contento si nos casábamos, pues sigue siendo el Sacramento del Matrimonio. No, Él no estaba contento".
"Ahora estamos aquí, en el lugar más oscuro, y caminamos de un pasillo a otro -largos, largos pasillos-. Y somos muchos. Valentina, por favor, llévanos a la Luz", dijo, suplicándome ayuda.
Aquel mismo día ofrecí a estas Almas Santas en la Misa y encendí una vela por ellas, diciendo: «Que vengan a la Luz».
Comprendí que pueden salir de la oscuridad de los corredores, pero no irán directamente al Cielo. Todavía tienen que hacer su penitencia porque han ofendido mucho a Dios.
Así que les aconsejo encarecidamente, señoras, que dejen en paz a los sacerdotes. Dejad que sirvan a Dios, no a los placeres de esta vida, que es muy corta. De lo contrario, sufriréis tanto como el sacerdote cuando muráis.
Origen: ➥ valentina-sydneyseer.com.au
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