lunes, 24 de marzo de 2003

Lunes, 24 de marzo de 2003

Mensaje de Jesucristo dado a la Visionaria Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, EE. UU.

"Soy tu Jesús, nacido Encarnado. Hoy, deseo que contemples los Dos Grandes Mandamientos que comprenden el Amor Santo--específicamente, amar a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo. El alma que busca guardar estos Mandamientos debe tener a Dios primero y ante todo en su corazón. Puede y tendrá otros deseos, pero no deben consumir su corazón."

"Estas son algunas maneras en que Satanás divide el corazón y aleja el alma del Amor Santo. La primera es el perdón no dado, que conduce a la amargura. Un corazón así no puede amar con un esfuerzo desinhibido. La impaciencia y la ira son otros obstáculos que también tienen sus raíces en demasiado interés propio--'¡pobre de mí--mira lo que me pasó!'."

"Los celos y el amor a los bienes mundanos presentan otro obstáculo. Todo lo que el mundo ofrece está permitido por Dios--algo bueno, algo malo. Lo bueno está ahí para apreciar, pero no para amar. Lo malo debe ser renunciado si el alma busca la santidad."

"Demasiado amor propio (orgullo) conduce al amor a la reputación mundana y al amor a la propia opinión. Yo no juzgo según lo que otros dicen o piensan de ti, sino por los efectos del Amor Santo en tu corazón y en tu vida."

"Recuerda, el mandamiento dice 'ama a tu prójimo como te amas a ti mismo'. Entonces entiende que el odio a uno mismo nunca está justificado a Mis Ojos. Solo cuando el amor propio adquiere más importancia que el amor a Dios y al prójimo se vuelve amor propio desordenado."

"En cada corazón reside el potencial para la santidad. Cada momento presente es una oportunidad para practicar el Amor Santo. Comienza y continúa ahora."