miércoles, 23 de mayo de 2007

Miércoles, 23 de mayo de 2007

Mensaje de San Tomás de Aquino dado a la Visionaria Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, EE. UU.

San Tomás de Aquino viene. Dice: "Alabado sea Jesús." Retira la pequeña 'capa' que forma parte de su hábito para revelar una cruz sobre su corazón, y dice: "No lo rechaces, hermana. Muchas almas están en juego."

"Pero he venido a hablarte esta mañana sobre la fe. La fe es el baluarte que sostiene el puente del amor y la humildad, que abarca el abismo entre el Cielo y la tierra. Cuando la fe comienza a corroerse, todo el puente está en peligro. Siempre es un espíritu de duda el que interfiere con la fe. Las dudas son humanas o diabólicas. El adversario de la fe sabe cómo apelar al intelecto y al ego humanos."

"Así que te estoy diciendo que el orgullo es un campo fértil para las dudas. El orgullo puede tomar la forma del miedo; como, 'Quizás creo en algo en lo que no debería creer--¿qué pensará la gente?'. O el orgullo puede entrar en el corazón como un falso discernimiento o ego intelectual; 'Yo lo sé mejor--puedo ver a través de esto'. Es trabajo de Satanás excitar dudas en lo que la fe ha sostenido. Si el Cielo tiene un plan, él inmediatamente monta oposición."

"Por eso la sencillez de corazón es importante. La sencillez es como el dedo en el dique que contiene la inundación de incredulidad. El corazón sencillo no se preocupa por cómo aparece ante los demás. Su único deseo es apelar a Dios. En esto solo, gasta todos sus esfuerzos con una Santa Indiferencia a lo que otros piensen o digan. El alma sencilla tiene la fe más fuerte. Está seguro sobre el puente entre el Cielo y la tierra, y el puente que atraviesa está basado en una fe sólida."