Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil
viernes, 20 de enero de 1995
Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Itapiranga, AM, Brasil

¡La Paz esté con ustedes!
Queridos hijos, abran sus corazones al Señor. Oren, oren, oren. Necesito sus oraciones continuamente. Satanás es fuerte y quiere destruir mis proyectos. Ayúdenme, hijitos. Ayúdenme, queridos hijos. Necesito sus oraciones y sacrificios. Oren y ayunen para destruir los planes del diablo.
Hijos míos, muchos están perdidos eternamente en el infierno. ¡Oh, cuánto duele a mi Corazón de Madre ver esta triste escena desarrollándose ante mis ojos! Hijitos, oren el santo rosario. Destruyamos juntos al enemigo que los hace sufrir tanto. Consagrense a mi Inmaculado Corazón y al Sagrado Corazón de mi Hijo Jesús.
Hijitos, oren más. Los necesito a cada uno de ustedes. No lo dejen para después, hijitos, porque aquellos que no se conviertan ahora sufrirán mucho porque han dejado pasar su salvación. Oremos todos juntos para alejar las cosas tristes que están a punto de suceder en el mundo.
Queridos hijos, cuánto los amo. Amen a mi Hijo Jesús. Den sus vidas a Él. Hijitos, mi Inmaculado Corazón sufre, porque todavía son demasiado complacientes y esto me entristece mucho. Oren más. Lean la Biblia. Oren al menos dos horas al día. Vayan a la Santa Misa. Confiesen sus pecados. Agradezcan a Dios por su vida, por la paz que todavía tienen en su tierra.
No sean mis pequeños hijos incrédulos. Abran los ojos y vean cómo está el mundo hoy. ¿No estaría yo, su Madre, preocupada por venir a advertirles de los peligros que corren si no se convierten? Lo que digo es muy serio y he venido al mundo todos los días para llamarlos a la conversión, al arrepentimiento y a regresar al Señor.
Hijitos, regresen al Señor. No se queden estacionarios en el pecado. Luchen contra Satanás. Conquístelo con la recitación frecuente del santo rosario. Siempre estoy con ustedes, aunque no puedan verme. Gracias por sus oraciones. Hoy están sirviendo para salvar innumerables almas. Oren más. Gracias por haber respondido a mi llamado. A todos los bendigo: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
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