domingo, 19 de marzo de 1995

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber - Fiesta de San José

Fue la fiesta de San José. Nuestra Señora apareció toda vestida de blanco, con San José y el Niño Jesús a su lado y muchos Ángeles. Me dio el siguiente mensaje:

¡La paz esté con ustedes!

Queridos hijos, Oren, oren, oren. El mundo constantemente necesita muchas oraciones. No dejen de lado la oración. Vayan a la Santa Misa y recen el santo rosario. El mundo solo puede ser salvado rezando el santo rosario, así que, pequeños, órenlo constantemente. Hagan penitencia por los pobres pecadores. Sacrifíquense más por ellos. Entréguenme sus corazones a mí y a mi Hijo Jesús. No quiero que sean inconstantes, día tras día, porque vengo a ustedes todos los días, porque los amo con todo mi Corazón, y aunque no me vean, siempre estoy con ustedes y nunca los abandono. Pero ustedes aún no son así. Esfuércense, pequeños! Oren más. No me dejen a mí y a mi Hijo Jesús de lado, porque los amamos con un gran amor, que es eterno. ¿No quieren hacer algo por nosotros? Los amo, los amo, los amo. Esto es lo que tengo que decirles, en este hermoso día. Oren a San José. Él es un modelo y un ejemplo para todos ustedes. San José pide y obtiene grandes gracias ante Dios por ustedes. Así que, órenle más por su poderosa protección. Consagren sus familias a San José. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.

La Santísima Virgen, acompañada por San José y el Niño Jesús y los Ángeles, me condujo al lugar donde desea que se erija una Cruz y me dijo señalando con su mano:

Aquí, quiero que se coloque una Cruz. ¡Que el Pueblo se apresure a esta petición mía!

Entonces, levantando sus brazos hacia el Cielo, dijo:

El Señor me envía aquí, para traerles sus gracias y bendiciones!

Y añadió:

¡Canten pequeños, canten que estoy aquí escuchándolos!

Comenzamos a cantar un himno al Espíritu Santo y la Virgen cantaba con nosotros. De repente, comenzaron a caer luces del Cielo: eran las gracias enviadas por el Señor a todos nosotros. Cuando terminamos, la Virgen comenzó a elevarse al Cielo mostrándonos su Inmaculado Corazón. Dijo:

Hasta pronto pequeños, hasta pronto. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.

Esta aparición fue muy hermosa. Donde la Sagrada Familia pasó con los Ángeles la tierra se volvió dorada y los árboles parecían estar hechos todo de luz. Entendí que todo allí en ese lugar está bendecido de una manera muy especial por ellos y que allí, todas las personas deberían ir con gran respeto, en silencio y oración.