lunes, 21 de octubre de 1996

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Parintins, AM, Brasil

¡La paz esté con ustedes!

Mis amados y queridos hijos, Yo soy la Reina de la Paz, la Madre de Dios nuestro Señor y la Madre de todos ustedes.

Me dirijo a ustedes esta noche con Mi mensaje de conversión. Oren, oren, oren. Continúen orando el Santo Rosario todos los días por la conversión de todos los hombres. Mis pequeños hijos, Yo soy su Madre y llevo en mis brazos a Mi Amado y Divino Hijo Jesucristo para que Él los bendiga. Oren por la paz. Oren a Jesús ante el Santísimo Sacramento pidiendo la paz mundial. Sigan el ejemplo de Mi hijo San Francisco de Asís quien se entregó totalmente a la voluntad de Mi Divino Hijo Jesús y luchó arduamente por la conversión de las almas y por la gloria de Dios nuestro Señor. Hoy él está aquí a Mi lado y al lado de Mi Hijo Jesús para bendecir a todos y a sus familias también. Oren por todos los jóvenes. Llamo a todos los jóvenes a seguir a Mi Hijo Jesús y que todos se entreguen profundamente a Mí para que Yo los presente a todos a Jesús. Los bendigo y derramo Mi paz sobre todos ustedes. Estén con el amor de su Madre y el amor de Mi Divino Hijo Jesús. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén. ¡Nos vemos pronto!

Nuestra Señora dijo entonces :

Hijo, derramo una bendición especial sobre todos mis hijos sacerdotes:

En el Nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.

En esta aparición, Jesús y la Santísima Virgen vinieron acompañados por San Francisco de Asís, quien se arrodilló ante los dos, y junto con nosotros, rezaron los 7 credos por ateos 1 Padre Nuestro y 1 Gloria seguidos de los 3 Ave María por el Papa, sacerdotes y religiosos. Cuando Nuestra Señora habló sobre el mensaje de San Francisco de Asís, dirigió sus dedos hacia él, señalándolo como un ejemplo a seguir. San Francisco nos bendijo junto con Jesús y Nuestra Señora. Cuando los tres aparecieron, vinieron de una luz muy fuerte que salía del tabernáculo. Entendí que Nuestra Señora y todos los santos y ángeles están unidos a Jesús en la Santísima Eucaristía guardada en los Tabernáculos de las Iglesias. Y que todas las ofensas, ultrajes dirigidos a Jesús también son dirigidos a ellos mismos, porque los santos ángeles viven en profunda comunión con Jesús por toda la eternidad. La Virgen me ha pedido que no le dé la espalda al Tabernáculo al entregar las flores besadas por Ella y Jesús a las personas destinadas.