sábado, 30 de agosto de 2003

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Maderno, Italia

Nuestra Señora, a las 7:30 p.m.

Mi querido hijo, siempre estoy a tu lado y te bendigo. No te desanimes y nunca te sientas solo, porque siempre te acompaño con la presencia de tu Madre y mis oraciones.

Continúa rezando por la conversión de los pecadores, porque el mundo está lleno de cosas horribles que ofenden a Dios y que llevan a muchos hombres por el camino al infierno. Reza por tus hermanos que no aman a Dios y que no reconocen su divina Paternidad, porque son personas con corazones endurecidos. Mis hijos aún no han entendido el valor de mis llamados celestiales, porque muchos no rezan. ¡Cuántos males podrían evitarse con la oración...! Oh, qué sordos son mis hijos a mis llamados. Les pido tanto que rezuen, pero nadie me escucha. Reza al menos para consolar el Corazón de tu Madre que ve a los hombres tan a menudo perdidos en el pecado y ofenden a mi Hijo Jesús de maneras tan bajas y sucias.

Deseo salvar al mundo de un gran mal y peligro, pero los hombres deben seguir el camino de la oración y la conversión para que yo pueda interceder por ellos, porque lo que vendrá sobre el mundo será muy triste y tremendo, y los hombres no están preparados para lo que vendrá.

Reza, reza, reza, porque mi corazón está muy amargo hoy. Te bendigo a ti y a todo el mundo: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!