viernes, 24 de septiembre de 2004

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Maceió, Alagoas, Brasil

¡La paz esté con ustedes!

Queridos hijos, yo soy la Madre de Jesús y quiero decirles que su presencia aquí y sus oraciones consuelan mi corazón como Madre. Los amo y les digo esta noche: tengan fe. En los mayores problemas que surgen en sus vidas nada se pierde. Todo puede ser cambiado por la oración y la fe. Estoy intercediendo ante mi Hijo Jesús por ustedes y sus necesidades. Si oran con fe sin dudar nunca, convertirán los corazones más endurecidos que están lejos de Dios.

Hoy les doy una bendición especial, una bendición de paz y amor para ustedes y sus familias. Enseñen a los niños a rezar el rosario, queridas madres y padres, porque sus oraciones son importantes para el mundo. Sin las oraciones de los niños el mundo está perdido, pero si los padres enseñan a sus hijos a rezar el mundo se salvará.

Jóvenes, jóvenes, sean Jesús'. Jóvenes, los amo. Jóvenes, hoy los coloco dentro de mi Corazón. Paz, paz, paz! Concedo desde este lugar paz para las familias y para el mundo. Dios me envió al mundo para prepararlo, para enriquecerlo con sus gracias y bendiciones. Oren el rosario por la Iglesia y por el mundo. Nunca como en estos días es importante y precioso orar por los sacerdotes y los obispos. ¡Cuántas almas elegidas en pecado! Ayúdenme, pequeños hijos, a salvar estas almas queridas a Dios que están atrapadas en las manos del diablo a causa del pecado. No olvidaré su amor y dedicación. Oraré mucho a mi Hijo Jesús esta noche por cada uno de ustedes.

Maceió, Maceió, hoy el Señor los mira con misericordia, porque Su Santísima Madre los ha visitado esta noche. Maceió, vuelvan a Dios, conviértanse, porque Dios ya no puede soportar tantos pecados. Es tiempo de decidir por Dios o por el diablo. ¿A quién quieren seguir? Decidan ahora. El tiempo se está acabando. Oro siempre por ustedes mis hijos. Aquí está mi llamada final esta noche: oren, oren, oren, y conviértanse. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén! Hasta un día otra vez mis hijos. ¡Buenas Noches!