domingo, 28 de noviembre de 2004

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Sciacca, GA, Italia

¡Mi paz sea con ustedes!

Mis hijos, escuchen lo que su Madre les pide. La envío entre ustedes para prepararlos y ayudarlos en todo. Honren y amen a mi Madre. En ella encontrarán la fuerza y la ayuda necesarias que siempre los asistirán.

Mi Madre es aquella a quien di el poder de aplastar la cabeza de la serpiente, y ella es quien hace huir a todos los demonios del infierno, porque le di el poder de vencer todo mal. Ella es la Reina de todo el Cielo.

Mis hijos, pidan mis gracias a través de ella, y seguramente las recibirán. Estoy con ustedes y los acompaño siempre. Los coloco dentro de mi Sagrado Corazón. Sciacca, Sciacca, regresen a mí. Todavía los estoy llamando a mí. ¡Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo! Amén!

Nuestra Señora, también esta tarde, dio un mensaje:

Queridos hijos, mi Hijo Jesús los bendice y los coloca dentro de Su Sagrado Corazón. Hoy, todos ustedes están siendo agraciados con Su Santa Presencia. Entiendan que de esta manera el Señor los invita a la santidad. Traten cada día de pedir al Señor que derrame Su gracia y paz en sus corazones.

Tengan la devoción a los tres Corazones. Esta devoción salvará al mundo y a las familias contra todo mal, y así el Espíritu Santo renovará la faz de la tierra.

Hoy, todos los aquí presentes son invitados a vivir esta unión de amor con el Sagrado Corazón de mi Hijo Jesús, con mi Inmaculado Corazón, y con el Corazón Purísimo de mi Esposo José. Hoy, estoy obteniendo para el mundo, a través de sus oraciones, una gracia especial. ¡Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo! Amén!

Antes de partir, la Virgen dijo:

Siempre oren también esta oración que les enseño hoy:

O Señor, bendice al mundo entero y a las familias. Ayúdanos a vivir el amor, la paz y la unidad constantemente, para que tu gracia pueda renovar toda la faz de la tierra.

Señor, ten misericordia de aquellos que aún no se han decidido a seguir tu llamado. Ayúdanos a encontrar tu luz que ilumina y salva y así todos los corazones se abran a ti. Señor, ten misericordia. Amén!