jueves, 8 de diciembre de 2005

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡Mi paz esté con todos ustedes!

Yo soy el Salvador de sus vidas. Una vez más les digo: obedezcan a mi Madre. Hagan lo que ella les pide, porque lo que ella dice viene de mí, su Señor.

Estoy feliz cuando aman a mi Madre. De hecho, mi Madre es quien embellece todo el cielo y hace que todo el cielo se regocije, porque ella es la más perfecta, la más pura, la más santa, la más humilde y la más pequeña, quien trae gran alegría a Mi Corazón, porque me ha amado tanto y continúa amándome como yo quiero en el cielo, por toda la eternidad.

Imiten las virtudes de mi Madre y caminarán seguros por el camino que conduce al cielo. Yo, el Dios de la Paz, doy a todos ustedes aquí presentes y a todo el mundo mi amor y mi bendición especial. Tengan fe, porque a través de sus oraciones al mundo se le están dando muchas gracias, porque mi Madre se ha unido a sus oraciones y las ha hecho poderosas ante Mi Trono.

Muchas gracias estoy concediendo a ustedes y a sus familias. Aquellos que han cerrado sus corazones se están abriendo en este momento a la gracia divina. Confíen. Cuanto más amor den a la oración, más poderosa se vuelve. Les digo que hoy los coloco a todos dentro de Mi Corazón y del Corazón de mi Madre. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!

Antes de irse, Jesús dijo:

En la noche, quiero que todos vuelvan a recibir a mi Madre con amor, con himnos de alabanza y con el corazón, porque ella volverá de nuevo a mi petición. Ella volverá de nuevo, porque ha suplicado ante mí por esta gracia y yo se la he concedido.