Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil

 

sábado, 14 de abril de 2012

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Itatiba, SP, Brasil

 

Nuestra Señora vino acompañada por San Miguel y San Rafael. Nos transmitió el siguiente mensaje esta noche:

¡Paz, mis amados hijos!

Yo, vuestra Madre Celestial, la Reina del Rosario y de la Paz, los amo y los bendigo esta noche.

De nuevo, he venido del cielo para invitarlos a la oración y a la conversión. Dios desea su salvación y les pide que se arrepientan sinceramente de sus pecados.

Yo, vuestra Madre, me preocupo por su salvación, porque muchas veces me manifiesto, los invito a la oración, pero muchos no me escuchan y no me obedecen.

Mis hijos, el mundo necesita paz. Sin oración, sin sacrificios y sin penitencia, no pueden tener la paz de Dios. Abran sus corazones. No sean perezosos para orar, y no permitan que el diablo los aleje de mí, vuestra Madre, engañándolos con las cosas del mundo. El mundo no puede darles paz, pero solo Dios. El mundo no puede salvarlos, pero Dios puede y quiere salvarlos.

¿Por qué no me escuchan? Tengan fe. Este llamamiento lo dirijo al pueblo de esta ciudad, que a pesar de las gracias que les he concedido con mi presencia, aún no han abierto sus corazones al Señor y no oran como yo deseo.

Oren e intercedan por sus hermanos con corazones endurecidos, y así muchos se convertirán.

Los bendigo y les doy mi paz: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!

Durante la aparición, la Virgen me pidió que besara el suelo de la Iglesia y los escalones frente al altar, en reparación por los pecados cometidos dentro de la casa de Dios, en muchos lugares del mundo, pero también en reparación por los pecados del pueblo de Itatiba, donde se manifestó en el pasado y no supo dar valor a su presencia más santa, permaneciendo indiferente y frío. Pide oración, sacrificio y penitencia para que esta frialdad, dureza de corazón y falta de fe puedan ser reparadas y corregidas. Con los besos que di en el suelo de la Iglesia y en los escalones pidió la misericordia del Señor para los pecadores más difíciles e ingratos, para que se conviertan y regresen a Dios. Nuestra Señora bendijo a las personas presentes, dándoles el amor de su Madre. Solo Dios puede salvarnos y no las cosas del mundo. Nuestra Señora pide al pueblo que no se aferren a las cosas materiales, sino solo a Dios que puede dar la vida eterna.

Orígenes:

➥ SantuarioDeItapiranga.com.br

➥ Itapiranga0205.blogspot.com

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