Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil

 

lunes, 16 de abril de 2012

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

 

¡Paz, mis queridos hijos!

Yo, vuestra Madre, vengo del cielo para invitaros al amor y a la paz.

Mis hijos, amen, amen, amen para que Dios transforme vuestros corazones y vuestras familias guiándolos por el camino de la santidad. Dios os invita a una vida santa a través de mí. Os cubro con mi manto inmaculado y os doy el amor de vuestra Madre. Hijos a quienes amo tanto, escuchad este mensaje mío. Os digo estas palabras porque deseo guiaros al Corazón de mi Hijo Jesús. Dios os ama y me envía desde el cielo para bendecir vuestras familias. Gracias por vuestra presencia aquí esta noche. Rezad, rezad mucho y así el mundo encontrará la paz de Dios. ¡Paz, paz, paz! Vivid la paz en vuestras familias. Vivid el amor y vuestras familias serán sanadas. El amor de Dios puede curar todas las heridas de vuestras almas. Acercaos a Dios y Él os envolverá en su misericordia.

Os envío el beso de vuestra Madre y os concedo grandes gracias. Regresad a vuestros hogares con la paz de Dios. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!

Nuestra Santísima Madre, una vez más vino del cielo para bendecirnos. Su presencia maternal en medio de nosotros es un consuelo y una señal de esperanza. Cuando un niño está enfermo la presencia de la madre siempre le conforta y le consuela. Nuestra Señora viene del cielo para consolarnos y tomarnos bajo su manto, porque muchos de sus hijos están espiritualmente enfermos y sus palabras maternales nos dan paz y esperanza de Dios. El Señor la envía entre nosotros, para que podamos entender su inmenso amor por nosotros. Nos muestra un camino a seguir: el camino de la santidad que es el objetivo de todo cristiano. Dios quiere que seamos personas santas, verdaderos cristianos. Pero para poder recorrer este camino de santidad debemos pedir perdón por nuestros pecados y permitirle que nos cure de toda herida del alma y del corazón. Ser santo es permitirnos ser envueltos por la misericordia del Señor y ser un reflejo de ella a nuestros hermanos y hermanas. Cuanto más amamos y somos misericordiosos más tendremos a Dios en nuestras vidas quien nos acogerá con Su Divino Corazón lleno de paz.

Orígenes:

➥ SantuarioDeItapiranga.com.br

➥ Itapiranga0205.blogspot.com

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