Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil

 

miércoles, 24 de octubre de 2007

Mensaje de San José

 

Queridos hijos, junto con María, soy la puerta del Cielo. Quien quiera entrar al Cielo tendrá que pasar por Mí para llegar a María y luego a Dios. Quien no entra por la puerta, quien no pasa por Mí, no llega a la Virgen María, y tampoco llega a Dios. La devoción a Mí es una señal segura de salvación, así como el desprecio y la resistencia a ella es una señal segura de condenación. El Verbo Me amó como a un hijo verdadero, confió en Mí; depositó Su vida, Su Cuerpo, en Mis manos. Imiten este amor de Jesús por Mí y entonces Le complacerán. Y sus almas permanecerán para siempre seguras en Mis brazos. Las almas que se entregan plenamente a Mí como el Niño Jesús se entregó son agradables a Él y amadas por Él con predilección. Soy el verdadero Mediador de todas las gracias para ustedes. El Señor ha puesto en Mis manos la administración de todos Sus bienes y no hay alma que reciba la gracia si Yo no la dispensa. Vengan, pues, a Mis manos que están llenas de riquezas celestiales para derramarlas sobre ustedes. Soy su Co-redentor junto con María. Como dije en el mensaje anterior, el Padre Eterno Me concedió sufrir por adelantado muy grandes dolores sabiendo cuánto sufrirían Jesús y María en el Calvario, en la Pasión, por su Redención. Y el Padre Eterno mismo Me preguntó si aceptaría el sacrificio de morir antes de la Pasión de Jesús, para que mi sufrimiento fuera mayor y el de Jesús y María también, y acepté ese sacrificio de lo contrario habría durado hasta después de la Pasión de Jesús en esta vida. Vertí abundantes lágrimas de sangre sabiendo cuánto sufrirían Jesús y María por su redención y cuánto les costaría mi ausencia física, pues ya habría dejado esta vida. Por todos estos sufrimientos ofrecidos por su Redención, colocados en las manos del Padre Eterno y unidos a los sufrimientos de Jesús y María en la Pasión, Me convertí en su Co-redentor junto con María. Nada es imposible para Dios, y por esta razón Me ha unido de una manera que es incomprensible para ustedes en la obra de la Redención. Por lo tanto, recurro a Mí mismo, que tiene los frutos de la Redención guardados en la bóveda de Mi Corazón Amantísimo, para derramar sobre ustedes estos tesoros de gracia y así hacerlos santos y perfectos para la gloria del Señor. Continúen con todas las oraciones que les hemos dado, especialmente la santa Hora de la Paz sobre la cual depende la paz del mundo. Cada día los amo más. Paz, Marcos, mi ángel.

Orígenes:

➥ MensageiraDaPaz.org

➥ www.AvisosDoCeu.com.br

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