viernes, 3 de mayo de 2013

Queridos padres y madres: ¡amen a sus hijos! ¡Esperen con ilusión su llegada! ¡Y hagan de ellos la parte más importante de sus vidas!

- Mensaje No. 124 -

Mi hijo. Siéntate conmigo. Yo, tu Madre en el Cielo, te amo mucho. Nunca escuches lo que dicen los demás y escucha solo a Nosotros, a Mí y a Mi Santísimo Hijo, porque se han difundido muchas mentiras, y muchas más lo serán.

Lo que sientes, Mi amado hijo, Mi hija en tu corazón es lo correcto, porque has dado entrada a Jesús y a Dios Padre en tu corazón, lo cual lo está purificando cada vez más, y Ellos están obrando Sus milagros en ti.

Mi hijo, Mi tan amado hijo. Sois muy importantes para Nosotros, porque vuestra tarea es grande. Ya sabéis que colocamos mucho en vuestro corazón y luego la explicación "Celestial" se da en la Palabra por Nosotros, Mi Hijo y Yo, vuestra Santa Madre en el Cielo.

Confíen solo en Nosotros, en Mi Hijo, y no escuchen lo que dicen los demás. Así sea.

Os amamos mucho.

Vuestra Santa Madre en el Cielo y vuestro siempre amoroso Jesús en unión con Dios Padre.

Mi hijo. Mi hija. Siempre estaré con vosotros. Siempre os guiaré. Sed completamente Míos y confiad en Mí. Entonces nada puede sucederos.

Vuestro siempre amoroso Jesús. Salvador de todos los hijos de Dios.

Mi hijo. Dios Padre creó el mundo. Dio vida a cada uno de vosotros. Llenó vuestros corazones de amor y confianza, pero el mundo, el hombre, se ha alejado tanto que primero la confianza, luego el amor se perdió en gran medida.

Un bebé solo puede confiar, porque sin sus padres no es viable. Especialmente la madre juega un papel importante. Ella es protección, amor y seguridad, así como gran alegría para su hijo, porque ya en el vientre el niño siente las emociones que su madre siente.

Así, la madre es ante todo la cuidadora más importante del niño, y es muy importante que espere con ilusión a su hijo.

Dado que el bebé recibe todas las emociones mientras aún está en el vientre, ahora tenéis una idea de cuánto sufre un bebé que no recibe este amor de su madre. Una madre que no espera con ilusión a su bebé lo entristece y le causa incomodidad al bebé. Se siente solo, no siente alegría, y el bebé se "enferma" en términos de su mundo emocional.

Ya lo sabéis: Aquellos que no se sienten aceptados por sus semejantes están tristes, a menudo se sienten indignos, y son muy susceptibles a la enfermedad social actual: la depresión.

Ahora pónganse en el lugar de un ser tan pequeño que viene a este mundo absolutamente indefenso: Debe poder confiar en su madre y, por supuesto, también en su padre. Debe ser protegido, amado, y debe experimentar alegría.

¿Cómo aprenderá a confiar un bebé que no experimenta todo esto? ¿Cómo aprenderá a amar si nunca ha experimentado el amor?

Las personas más importantes a una edad tan tierna son y siempre serán los padres y si no es aceptado allí y se le dan todos estos maravillosos regalos, entonces se "estropeará" por dentro, se marchitará como una flor que no recibe suficiente agua y sol.

Queridos padres y madres: ¡amen a sus hijos! ¡Esperen con ilusión su llegada! ¡Y hagan de ellos la parte más importante de vuestras vidas!

Quien da amor a su hijo, recibirá este amor de vuelta de muchas maneras. Quien siempre está ahí para su hijo, donde el niño tiene completa confianza en sus padres, este niño también siempre estará ahí para sus padres,especialmente también más tarde, cuando vosotros, queridos padres y madres, hayáis envejecido.

Si no empezáis a "ajustar" vuestras vidas a vuestros hijos, entonces vuestros hijos no la "ajustarán" a vosotros más tarde. Entonces estaréis solos y tristes, tal como vuestros hijos estaban antes cuando eran pequeños.

Traed el amor de vuelta a vuestras familias y está ahí el uno para el otro. ¡TODOS! Si empezáis y sois buenos con vuestros hijos, no habrá ni riñas ni caminos separados en vuestras familias.

Así que empezad a asumir la responsabilidad y vivid con Jesús y Dios Padre. El amor verdadero os será dado a vosotros y a vuestros hijos, y vuestra familia será muy feliz.

Así sea.

Vuestra amorosa Madre en el Cielo. Madre de todos los hijos de Dios.

Gracias, Mi hijo, Mi hija. (Jesús está ahí todo el tiempo)