Mensajes a los Hijos de la Renovación, EEUU
domingo, 4 de agosto de 2019
Capilla de la Adoración

Fiesta de Dios Padre Nuestro, Padre de toda la Humanidad
Hola, amadísimo Jesús siempre presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Creo en Ti, espero en Ti, confío en Ti y te adoro, mi Señor, Dios y Rey. Te alabo por la Santa Misa y la Comunión de hoy y por la hermosa y solemne celebración de la Fiesta de Dios Padre. Ha sido magnífica, Señor. Gracias por lo que estás haciendo en los corazones de la humanidad a través de los muchos movimientos del Espíritu Santo, las apariciones de Tu Santísima Madre y los Sacramentos de Tu Santa Iglesia Católica. Alabado seas Señor, ahora y siempre.
Señor, elevo a Jesús a todos los que han pedido oración, incluyendo a (nombres ocultos), y a todos los que están enfermos. Rezo también por (nombres no revelados) y por todos nuestros nietos. Por favor, trae a la Fe a todos los que están fuera de la Iglesia. Rezo por todos los que no han sido bautizados y por los que necesitan curación física, mental o espiritual. Señor, por favor, protege las almas de todos los sacerdotes y religiosos y ayúdales a ser fieles a sus votos y promesas. Te lo pido por todos los matrimonios, Señor, y para que todos los niños del mundo sean amados y protegidos. Señor, mi corazón está lleno de gratitud, amor y confianza en Ti. Gracias por todo lo que has hecho y sigues haciendo por nosotros, Tus hijos. Te amo, Padre, Te amo, Jesús, Te amo, Espíritu Santo. Gracias por Tu amor por mí. Gracias también por la maravillosa conferencia, Jesús, y por permitirnos asistir.
Señor, ¿tienes algo que decirme?
«Sí, hija mía. Hay mucho que decir. Esta fiesta es de suma importancia para estos días. La familia está siendo atacada y la paternidad también. Dios Padre desea establecer en el corazón de Sus hijos el amor hacia Él. Este amor debe sustituir al miedo y también a la apatía que muchos sienten por Dios. Dios Padre ama a Sus hijos y Yo (Jesús) fui enviado para redimir al mundo por este gran amor del Padre. No hay necesidad de temer el amor del Padre. Confía en Su amor que es bondad y misericordia infinitas. El mundo necesita amor, y el amor del Padre liberará a las almas esclavizadas. Confía en este amor infinito. Confía en Su infinita misericordia. Su amor está disponible para todas las almas, para todos Sus hijos. El Padre y Yo somos Uno. He venido para mostrar a todos el amor del Padre. Cuando uno Me ve, ve al Padre. Ama al Padre. No Le temas. Somos amor y todo amor procede de Dios. Fuisteis hechos por amor y del amor. Esto es verdad para todas las personas, incluso para aquéllas que no parecían ser amadas por sus padres. Yo te he amado desde antes de que nacieras. No tengas miedo de acercarte a la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo».
Gracias, Señor, porque Tú eres amor. Gracias por crearnos por Tu amor y por Tu amor. Ayúdame a amarte cada vez más. Dame gracias para amar heroicamente. Oh, Amado mío, que también eres mi Dios, haz de mi corazón una llama de amor puro por Ti.
«Has dicho esta oración durante muchos años, hija Mía. He escuchado este deseo de tu corazón todos estos años y te he respondido con Mi amor a cambio. Hijita mía, puse este deseo en tu corazón cuando eras muy pequeña y te di esta oración. Te deleitaste con ella e incluso la escribiste en una tarjeta. ¿Recuerdas la imagen de esta tarjeta?».
Sí, Señor. Ahora sí. Fue hace tanto tiempo, Jesús. Probablemente hace más de 30 años.
«Sí, corderito mío».
Era una flor. Creo que era de un naranja rojizo brillante o algo parecido.
«Sí, hija mía. La flor estaba en plena floración y era muy brillante. Esta oración que has rezado durante años preparó tu corazón para la llama de Mi amor puro. Tu alma fue preparada durante tantos años a través de duras pruebas y periodos de permanencia en el desierto. Yo permití esto para prepararte, para enseñarte de Mi amor por ti. Confiabas en Mí y dependías de Mí para atravesar estos tiempos oscuros. Cada vez, cada prueba por la que te hice pasar aumentó tu fe y tu confianza en Mí. A lo largo de tu vida has soportado mucho, hija Mía, y continúas haciéndolo, pero de muchas maneras diferentes. Ahora, hay una tranquila confianza en Mí que es firme y no puede ser sacudida».
Señor, me preocupa oír esto porque me han enseñado que nunca debemos dar por sentada nuestra salvación. Debemos confiar plenamente en Ti, pero también permanecer en guardia porque cualquiera puede caer y ceder a la tentación. Si tengo alguna preocupación sobre mí misma, es que nunca quiero darte la espalda ni rechazarte, independientemente de la amenaza, incluso la amenaza de perder la vida. Mi alma vale mucho más que mi vida en la tierra. Por favor, nunca permitas que me aparte de Tu lado, Jesús.
«Hija mía, hija mía, tú confías en Mí, así que confía en que si alguna vez llega este momento, Mi gracia te bastará, tal como dijo San Pablo».
Sí, Señor. Eso es verdad. Tu gracia me basta y Tú me ayudarás a resistir todas y cada una de las pruebas, por peligrosas que sean.
«Sí, corderito mío. Así será. No Me abandonarás. Todo irá bien. Tienes mucho trabajo por hacer. Todo lo que estás haciendo ahora, hija Mía, se desvanecerá un día y tú y tu familia viviréis la misión preparada para vosotros. Vive cada día como una preparación para ese momento, a nivel espiritual. Mientras atraviesas estos tiempos, ministra a los que se crucen en tu camino. Reza con las almas que se crucen en tu camino. Reza con las almas temerosas y necesitadas. Reza por los enfermos, ya sean espirituales o físicos. Sé una fuente de aliento para los demás. No importa lo que estés haciendo, ofrécemelo todo a Mí, hija Mía. Entonces, nada se desperdiciará. Todas tus acciones estarán en unión con Mis acciones en la tierra y con las que Yo estoy haciendo ahora, hijita Mía. Recuerda esta sencilla ofrenda cada día y tu vida se vivirá en unión Conmigo y será una hermosa ofrenda de oración.»
Sí, Jesús. Gracias, Señor.
Jesús, por favor, ayúdame a dedicar más espacio y tiempo a la oración. Siento que esto se me escapa y necesito tu ayuda e indicaciones Divinas.
«Lo tendrás, hija Mía. Hija Mía, cuando otros te pregunten qué se avecina, explícales el Tiempo de las Grandes Pruebas y recuerda explicarles la Renovación. Deseo que Mis hijos sean conscientes y estén preparados espiritual y físicamente cuando se les indique, pero deseo que sus corazones y mentes se eleven con pensamientos de la Renovación. De este modo, Mis hijos tendrán el don de la esperanza en sus almas. No quiero que Mis Hijos de la Luz tengan miedo. El miedo es lo contrario de la confianza. Todo lo que se necesita es confianza. No tengáis miedo, pues el miedo es de Mi adversario. Las pruebas deben llegar, pero fuisteis hechos para soportar las pruebas para ser llevados a la Renovación, al cumplimiento de las profecías de la Nueva Primavera. Todo irá bien, corderito Mío. Continúa cada día caminando Conmigo. Deseo caminar con cada uno de Mis hijos. Éste ha sido Mi deseo desde que creé a los primeros padres y sigue siendo Mi deseo, pues os amo. Id en Mi paz. Os bendigo en el nombre de Mi Padre, en Mi nombre y en el nombre de Mi Espíritu Santo. Sed amor. Sed misericordia. Sed alegría. Llévame a un mundo necesitado de amor».
Gracias, Señor. Amén. ¡Aleluya!
Origen: ➥ www.childrenoftherenewal.com
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