Mensajes a los Hijos de la Renovación, EEUU
domingo, 20 de octubre de 2019
Capilla de la Adoración

Hola, mi queridísimo Jesús presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te adoro, mi Señor y mi Dios. Te alabo por Tu presencia en todos los Sagrarios y Capillas de Adoración del mundo. Creo en Ti, espero en Ti y Te amo, mi Dios y mi Rey. ¡Gracias por la Confesión de ayer, Jesús! Me alegró mucho ver una larga fila de personas para la Confesión. ¡Alabado seas, Señor! Gracias por la Misa y la Santa Comunión de esta mañana, Jesús. Señor, gracias por los encuentros, tanto hermosos como algunos tristes, con tantas personas esta semana. Fue bueno estar con muchos a los que hacía mucho tiempo que no veía. Gracias por la renovación de conocidos y amistades. Bendice a todos los que encontré, Señor. Bendice también a sus familias. Que las almas de los que murieron esta semana descansen en Tus brazos y sean llevadas a su lugar de descanso eterno en Tu Reino. Te pido por las almas del Purgatorio, Señor, que aceleres su estancia allí y les concedas una rápida purgación para que puedan contemplar el rostro de Dios. Te ruego por mis hijos que sufren por su pérdida, por la separación que les causa tanta enfermedad y disfunción, así como por la que sufren a causa de la muerte. Sufren por lo que fue (alegría y tristeza) y por lo que no fue, así como por lo que podría haber sido. Conforta y consuela sus hermosos corazones que no guardan rencor, pero que contienen mucho sufrimiento y tristeza, así como decepción. Señor, te necesitan. Llena todos los vacíos de sus almas por el dolor, la discordia y por las veces que se sintieron tan incomprendidos. Perdóname, Señor, por no haber podido ayudarles más y por las veces que pude hacerlo pero no supe qué hacer. Perdóname por cualquier omisión de caridad, Jesús. Señor, sé que Tú los quieres mucho y que mi amor es sólo una pequeña parte de cómo Tú los quieres. Derrama gracias en sus almas. Gracias de compasión, valor, perseverancia, fortaleza, santidad, amor heroico y paz. Concede gracias para la conversión continua hasta que caminen completamente en la Luz de Tu amor. Te alabo y Te doy gracias por el trabajo que haces ahora en sus almas y espero con gozosa esperanza el regreso de aquellos a quienes amo y que están lejos de Tu Iglesia. Llévalos a todos a la Luz de la Fe, Señor. Protege a nuestros hijos, nietos, parientes, amigos y a todos en el mundo de la oscuridad y el pecado. Trae a todas las almas a Tu Iglesia, a Tu Familia, a Tu Reino. Cura todas las heridas, Señor Jesús, como sólo Tú puedes hacer. Muchas personas están sufriendo, Jesús mío. Cura su dolor. Concédeles amor, Señor. Todos necesitan más amor, más Jesús. Permite que nosotros, Tus Hijos de la Luz, seamos portadores de la Luz. Ayúdanos a llevarte a los demás, igual que nuestra hermosa Madre María Te llevó en Su vientre durante nueve meses, y en Sus brazos, y más tarde sólo en Su corazón. Permítenos llevarte a este mundo de tinieblas y de sombra de muerte. Jesús, confío en Ti. Jesús, confío en Ti. Jesús, confío en Ti.
«Hija mía, hija mía, llevas muchas cargas en tu corazón. Yo también llevo estas cargas ya que caminamos juntos y porque Tú Me las das. Así que, como ves, te comprendo y también las llevo por ti con amor y gran ternura. Créeme cuando te digo esto. Gracias, hija Mía por tu presencia, tu amor, tu misericordia hacia aquellos con los que dispuse que te reunieras. Sientes que no dijiste todo lo que podías haber dicho, corderito Mío, pero aún no te das cuenta plenamente de que tu presencia amorosa, tu preocupación y tu atención prestada a aquellos que se sentían desapercibidos, era todo lo que se necesitaba. Tu reconocimiento incluso a aquellos que no conocías ni recordabas les mostró dignidad. La mirada en tus ojos cuando hablaban les daba esperanza, pues tus ojos brillaban de amor. Tú no ves esto en ti, hijita Mía, pero ellos sí; otros sí y esto es lo que quiero que sepas, cuando Mis hijos están llenos de amor por Mí, y están unidos a Mí especialmente a través de la Comunión Conmigo (recepción de la Eucaristía) Yo estoy en vosotros. Os lleno de Mi presencia y cada encuentro se convierte en un encuentro con Cristo, Conmigo. Por eso no siempre hay que hablar de Mí para predicar una lección sobre el amor. Ser amor es en sí mismo un sermón fuerte y, en cierto modo, lo es mucho más. Rezaste antes de cada acontecimiento, para que Yo te utilizara, para que Yo amara a través de ti y para que fueras un instrumento de Mi amor llenando las necesidades de cada persona, que sólo Yo conozco. ¿No es así, hija Mía?»
Sí, Señor. Lo recé y luego me preparé y me puse en marcha, y enseguida olvidé estas palabras. ¡Gracias porque no las olvidaste, Jesús!
«De nada, hija. Me tomo muy en serio las oraciones de Mis hijos. Tú diste permiso para que Dios te utilizara y por eso lo hice en el corazón de cada uno. Dispongo que otros hagan lo mismo y por eso experimentas un dar y un recibir de gracias al encontrarte con otras almas santas. Hay gracias inagotables que fluyen del Cielo a Mis seguidores en la Tierra y hacia y desde las almas fieles y santas. Pedid al Cielo estas gracias, hijos Míos. Muchos no piden gracias y hay gracias en abundancia para vosotros, especialmente en estos tiempos urgentes. Las almas están necesitadas de gracias y necesitan urgentemente los dones de la fe, la esperanza y el amor.»
«Mirad a vuestro alrededor, hijos Míos que Me amáis y Me seguís. Cuántas almas hay a vuestro alrededor que necesitan desesperadamente el amor de Dios, pero que están lejos de Mí. Mostradles amor. Muéstrales misericordia. No juzgues sus corazones atribulados y luchadores. Pasa por alto sus pecados, pues éstos son para Mi revisión. No juzgues a la gente por sus errores. Las consecuencias ya son bastante difíciles y causan mucha miseria y sufrimiento, así que sé una fuente de amor y consuelo. Pregúntame qué puedes hacer por tus seres queridos, por tus vecinos y por aquellos que quizá estén lejos de ti, pero que tienen una gran necesidad, ya sea espiritual, emocional o física. ¿Qué pequeño acto de amor puedes hacer por ellos para demostrarles que alguien se preocupa por ellos? Pídemelo y Yo te orientaré. Pueblo mío, hay tanta necesidad y tan poco tiempo. Cuando alguien está necesitado físicamente, ya sea por enfermedad, necesidad económica o debido a su edad (joven o anciano), atender sus necesidades físicas es una forma de mostrar un gran amor, respeto, dignidad y, sobre todo, amor a Dios. Cuando muestras amor y misericordia a los demás, no sólo les das amor a ellos, sino también a Mí. Yo te lleno aún más de amor y ellos aprenden sobre el amor de Dios y te devuelven tu amor. Así que, como ves, también estás recibiendo amor de ellos y de Mí, cuando entregas tu amor. No hay forma de perder, hijos Míos. Esto también es construir el Reino de Dios. No os preocupéis si el receptor de vuestro amor no os devuelve amor. En ese caso, os daré aún más amor y gracia por hacer este sacrificio sin expectativas de amor recíproco. Mi amor no tiene límites. Que no haya límites para el vuestro. Hijos Míos, sed como Yo, vuestro Jesús que da y da sin contar el coste. Debéis llegar a ser como Yo, Mis hijos, Mis amigos. Sólo mirad al Cielo en busca de ayuda y fuerza e incluso un signo de amor hacia Mí traerá gracias del Cielo. Todo lo necesario será proporcionado, sólo rezad y pedid, hijos Míos. Tened fe y confianza en Dios, que creó el Cielo y la Tierra y a todos los seres vivos. Yo os proveeré. No temáis, sino confiad».
¡Gracias, Señor! Padre Dios, Tú eres el Padre perfecto. Tú cubres todas nuestras necesidades. Nos amas tanto que nos diste a Tu único Hijo, Jesucristo, para salvarnos del pecado y de la destrucción, para salvarnos del mal. Gracias, Padre, porque cuidas íntimamente de cada persona, de cada hijo. Gracias por implicarte en nuestras vidas. Rezo por los que son ingratos, por ignorancia o por presunción irreflexiva. Te pido por los que Te rechazan, Padre, porque en su corazón, en lo más profundo de su corazón, Te conocen a Ti, que los creaste por amor y para el amor. Te pido perdón por las veces que fui descuidado y no te devolví la alabanza y el agradecimiento. Tú eres el dador de todo lo bueno, Señor. Te doy gracias. Te alabo. Te amo.
«Hija mía, hijita mía. Te amo y acepto tu gratitud, pequeño. Estas lecciones de amor que te doy y te he dado a lo largo de muchos meses y estaciones parecen sencillas. Hay quien diría que son demasiado sencillas. Te aseguro que no son demasiado sencillas, o Mis hijos las habrían dominado hace siglos, y, sin embargo, pocas son las personas que dominan Mi Evangelio de amor. Hijos del Dios Vivo, recordad, debéis poner en práctica estas lecciones de amor que os he dado desde que se fundó Mi Iglesia hasta estos días. Empezad a mostrar y a dar amor y misericordia ahora, pues muchas almas necesitan lo que sólo vosotros podéis dar. Os he elegido a todos para estos días, para esta misión de amor. Estas sencillas lecciones de amor no son tan sencillas de poner en práctica para muchos de vosotros, porque significa dar de vosotros mismos. Significa compartir con los necesitados. Significa sacrificar vuestra propia comodidad por otra persona. Os pido y os invito a que lo hagáis ahora. No os parecerá tan fácil más adelante, cuando el mundo esté más agitado y viváis el Tiempo de las Grandes Pruebas. Debéis ser generosos con el amor ahora, hijos Míos, porque después será aún más difícil. Es mucho más difícil compartir con los demás cuando tus reservas también están agotadas. Hacedlo ahora mientras tenéis mucho que compartir y será más fácil más tarde compartir vuestro último bocado de comida. Os estoy preparando, hijitos Míos. Por favor, haced lo que os pido. Es por el bien de las almas y por el bien de vuestra propia alma».
«Hija mía, te dirigiré en relación con los mensajes anteriores, dados antes de que supieras que debías enviar a (nombre oculto). Soy consciente de la petición de Mi hijo (nombre oculto). Yo te dirigiré. Continúa buscando Mi Voluntad en todas las cosas».
Sí, Jesús. Gracias, Señor.
«Te bendigo en nombre de Mi Padre, en Mi nombre y en nombre de Mi Espíritu Santo. Ve en paz, hija Mía. Ve en Mi amor y en Mi misericordia».
Gracias, Jesús. Amén. ¡Aleluya!
Origen: ➥ www.childrenoftherenewal.com
El texto de este sitio web se ha traducido automáticamente. Por favor, disculpa cualquier error y consulta la traducción al inglés.