domingo, 8 de marzo de 2020

Capilla de la Adoración

Hola mi queridísimo Jesús siempre presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te creo, adoro, alabo y amo, mi Dios, mi Salvador, mi Rey. Gracias por la oportunidad de adorarte en esta capilla, Jesús. Gracias por la Confesión, la Santa Misa y la Santa Comunión, Señor mío. Gracias por ser quien eres, Dios. Te amo. Gracias por todo lo que has hecho por la humanidad y por mí. Señor, te entrego mi vida, mi trabajo y mi corazón. Elevo a mi esposo, a mis hijos y a mis nietos y Te pido que los atraigas a Tu Sagrado Corazón a través del Corazón Inmaculado de María. Gracias por Tu amor, por Tu sacrificio de amor y por Tu vida. Gracias por enseñarnos a amar. Enséñame a amar, Jesús. Enséñame a perdonar como Tú perdonaste. Enséñame a ser como Tú, Señor. Madre bendita, condúcenos cerca del corazón de Tu Hijo, Jesús. Señor, elevo a todos los miembros de la familia que necesitan curación, ya sea espiritual, emocional o física. Rezo especialmente por (nombre oculto), Señor. Su vida está en juego y su familia la necesita, Jesús. Por favor, perdónala y tráele la curación completa. Te ruego que los que están separados de la Fe Una, Santa, Católica y Apostólica se reúnan en la Fe. Llévalos a casa, a Tu Iglesia, Jesús. Gracias por lo que me estás enseñando, Jesús, sobre Tu Corazón y Tu Iglesia. Estoy muy agradecida, Señor. Ayúdame a saber qué más quieres que haga para evangelizar, Jesús. Muéstrame, indúceme, llámame la atención sobre el siguiente paso que quieres que dé y que sea obvio para mí, ya que no siempre estoy despierto, Señor. Jesús, confío en Ti. Jesús, confío en Ti. Jesús, confío en Ti.

«Hijo mío, gracias por tu presencia aquí y por tu amor. Te estoy acercando a Mi Corazón. Tu deseo por Mí, Me complace. Soy consciente de tus luchas con la oración y es bueno que sigas trabajando en la oración a pesar de ello. Tu deseo y tu acción Me complacen. Mi Espíritu Santo te ayudará, así que no te preocupes y continúa en tu esfuerzo. Estoy más cerca de ti en estos momentos de lo que crees. El objetivo principal es que reces. Habrá momentos de sequedad, momentos de distracción en la oración, momentos de dificultad para realizar tus deberes y de sentir que esto compite con tu tiempo Conmigo en la oración. Guarda este tiempo Conmigo. Protégelo, hija Mía. Es la parte más importante de tu día. Yo te ayudaré con todos tus deberes, así que no temas. Haz de este tiempo Conmigo, cada día, una prioridad y todo irá bien. Yo proveeré».

Gracias, Jesús. Me cuesta mucho hacer esto, aunque sé que es muy importante. Ayúdame, Jesús. Me encanta nuestro tiempo juntos porque te amo a Ti. Señor, ¿cómo llegamos a la gente que no te conoce ni te ama para que Tú vengas a morar en ellos? ¿Cómo te presentamos a la gente en este día, Señor, cuando hay tal crisis de fe, incluso en Tu Iglesia? ¿Cómo, Jesús? ¿Cuál es la manera de llegar a quienes te han abandonado, Señor, porque han sido heridos, o por una catequesis inadecuada, o porque nunca se les enseñó que podían tener una relación personal con el Dios que los creó? ¿Cómo, Señor?

«Hija mía, primero hay que dar amor y misericordia. Primero hay que apartarse mediante la santidad personal. Hay que esforzarse por ser abierto y accesible, pero sin comprometer las creencias ni los valores. Sé amable; sé caritativo, sé amoroso. Ten paz, hija Mía. Ten confianza en tu relación Conmigo. Cuando alguien vea el amor en tu corazón, empezará a estar abierto a tener amistad y compartirá su corazón contigo. Esta será entonces la oportunidad para que compartas lo que Yo he hecho en tu vida. Del mismo modo que hablé en parábolas, harías bien en contar la «historia» de lo que he hecho por ti. Hay muchas cosas que compartir».

Sí, Señor. Hay muchas bendiciones e incluso milagros que puedo compartir con los demás. Jesús, ¿y con los que te han rechazado a Ti o a la Iglesia?

«En esos casos, hija Mía, debes amar. Perdona y ama. Cuando el corazón está duro, lo único que se puede hacer es amar. Puesto que el amor es sacrificado, uno podría mostrar su amor ayunando, rezando, haciendo obras de misericordia y de amor por el alma que tiene el corazón duro. Haz pequeños sacrificios por amor. Esto les dará gracias y hará que se ablanden. Puede que lleve mucho tiempo, hija Mía, pero Yo soy paciente. Tú también debes serlo. Persevera en este amor. Yo te ayudaré. Mi Espíritu Santo te ayudará. Es difícil en muchos sentidos, pero las almas que tienen el corazón endurecido suelen estar profundamente heridas. Estas heridas tardan en curarse, hija Mía. Confía en Mí para curarlas. Entrégamelas, corderito Mío, y haz tu parte. Coopera con Mi amor y Mi misericordia. Permíteme dispensar amor a través de tu corazón».

Sí, Señor. Algunas personas no permiten que otros se acerquen a ellas, y mucho menos que hagan algo por ellas.

«En ese caso, reza y ofrece sacrificios por ellos. Esto es muy eficaz, hija Mía, y tú lo has observado. ¿Recuerdas cuando, mediante oraciones y sacrificios, cambié el corazón de uno que estaba cerrado?»

Oh, sí, Jesús. Casi lo había olvidado. Fue un milagro de la gracia.

«Sí, hija mía. Parece más fácil para alguien que no está emparentado contigo. Los familiares son los que causan más consternación, debido a tu amor por ellos. Recuerda que Yo siento el mayor amor por Mis hijos, y deseo la cercanía con ellos incluso más que tú».

Por supuesto, Jesús. Me doy cuenta de ello. Sólo quiero estar segura de que estoy haciendo mi parte y de que no estoy pasando algo por alto. También los anhelo. Me preocupo por sus almas, pero sé que Tú te preocupas aún más. Te entrego a cada uno de ellos, Jesús. Por favor, devuélvelos a Ti y a Tu Iglesia. Están en Tus manos, Señor Jesús.

«Hija mía, medita en Mi pasión. Te daré gracias para ello y te revelaré más a través de Mi sacrificio».

Sí, Jesús. Gracias, Señor.

«Te bendigo, hija Mía, en el nombre de Mi Padre, en Mi nombre y en el nombre de Mi Espíritu Santo. Ve en paz, hijita Mía. Ve en Mi amor y en Mi misericordia. Sé amor, misericordia y paz para todos los que encuentres, hija Mía. Yo estoy contigo. Permanezco contigo».

Alabado y agradecido seas, Jesús. ¡Te amo!