domingo, 21 de enero de 2024

Dios Padre aparece vestido de majestuosidad real

Mensaje de Dios Padre a Valentina Papagna en Sidney, Australia, el 7 de enero de 2023

Durante toda la noche, sufrí tanto dolor en la pierna que no podía dormir. De repente, vino el Ángel del Señor y me dijo: «Valentina, ven conmigo. Tienes que hacer limpieza y hay almas que esperan ser ayudadas».

De repente, me encontré en un lugar donde los ángeles me instruían sobre lo que debía hacer. Empecé a lavar ropa que parecía de niños y jóvenes.

El ángel me explicó por qué me habían elegido para hacer esta limpieza, diciendo: «Valentina, eres muy particular y cuidadosa cuando lavas la ropa».

Una vez lavada la ropa y exprimida el agua sobrante, la coloqué en un cesto. El Ángel entregaba entonces la cesta a una santa señora vestida toda de blanco que estaba sentada a unos metros, a mi derecha. Entonces inspeccionó detenidamente la ropa para asegurarse de que había lavado bien las manchas [del pecado]. Esta santa dama decidiría entonces si este grupo de jóvenes estaba lo bastante purificado para ir al Cielo.

Mientras lavaba y limpiaba la ropa, apareció de repente a mi derecha, ligeramente elevada, una hermosa tela rígida y gruesa bordada en rojo y oro. Para mi gran sorpresa, en medio de esta tela, sentado majestuosamente, ¡estaba Dios Padre!

Dios Padre estaba vestido con la misma tela real roja y dorada y, para mi asombro, también llevaba zapatillas de la misma rica tela. Llevaba un tocado del mismo rojo y oro, parecido a una mitra.

Dios Padre se levantó y dio un par de pasos hacia mí. Entonces me bendijo haciendo la Señal de la Cruz, y luego retrocedió. Lo hizo tres veces. Parecía que bendecía la ropa lavada.

Me quedé asombrada observándole. Cuando volvió a sentarse, me dije: 'Será mejor que continúe con mi lavado porque Dios Padre me está observando'.

Al minuto siguiente, apareció de la esquina un joven de pelo rubio. Traía un par de botines con cordones de color crema, de un material muy fuerte y grueso. Parecían de talla masculina. El joven colocó las botas junto a mi colada limpia. Me molestó un poco que las pusiera tan cerca de la ropa limpia.

Aquel mismo día, durante la Misa Mayor, apareció Dios Padre. Sonrió y dijo: «Yo, Dios Padre, vengo a explicarte lo que significa todo lo que has hecho y experimentado antes. La limpieza, el lavado y el dolor de tus piernas eran para las almas: una preparación de última hora para que fueran liberadas y pudieran volver a casa, al Cielo.»

«Las botas que recibiste de Mí son Mi protección para ti contra el mal que está ocurriendo ahora en el mundo y también para que camines entre la gente para proclamar Mi Santa Palabra.»

«Mi Vestido Real Majestuoso representa la Realeza y Realeza que Mi Hijo Jesús recibió a través de los tres Reyes Magos que Le rindieron homenaje, trayéndole regalos de incienso, mirra y oro. Sabían que Él es el Rey, el Más Santo de toda la Santidad, y que nadie está por encima de Él. Él reinará para siempre. Di a la gente que honre a Mi Hijo, le ame y le alabe».

Gracias, mi Padre amoroso. Nosotros también Te amamos.

Origen: ➥ valentina-sydneyseer.com.au