Mensajes de diversas orígenes
domingo, 28 de enero de 2024
Niños, Vivir en Oración y Silencio, Dios Está Ahí en el Silencio, Dios Actúa en el Silencio
Mensaje de Nuestra Señora a Angela en Zaro di Ischia, Italia del 26 de enero de 2024
Esta tarde apareció la Virgen María toda vestida de blanco. El manto que la envolvía era también blanco, amplio, y el mismo manto cubría también Su cabeza. Sobre Su cabeza la Virgen María tenía una corona de doce estrellas brillantes. Sus manos estaban juntas en oración, en Sus manos una larga corona del santo rosario tan blanca como la luz. La Madre tenía los pies descalzos que descansaban sobre el mundo. Una parte del mundo, estaba cubierta por una parte del manto de la Virgen, la otra parte estaba descubierta y estaba envuelta en una gran nube gris. Madre, en Su pecho había un corazón de carne coronado de espinas, palpitando fuertemente.La Virgen tenía un rostro muy triste, pero insinuaba una hermosa sonrisa, como si quisiera ocultar Su dolor.
Alabado sea Jesucristo.
Queridos hijos, caminad Conmigo, caminad en Mi luz, vivid en la luz. Sed hijos de la luz.
Hijos míos, no os desaniméis, vivid Conmigo en la oración, que vuestra vida sea oración.
Hijos, cuando oráis, Yo estoy siempre con vosotros. Rezo con vosotros y por vosotros.
Hijos, vivid en la oración y en el silencio, Dios está ahí en el silencio, Dios actúa en el silencio. La oración es vuestra fuerza, la oración es la fuerza de la Iglesia, la oración es necesaria para vuestra salvación.
Hijos, estoy aquí para mostraros el camino, estoy aquí porque os amo.
Hijos, agarraos a Mis manos y no tengáis miedo.
Cuando la Madre dijo:
«Agarrad Mis manos», las extendió hacia nosotros y Su corazón no sólo empezó a latir rápidamente, sino que emanaba una luz inmensa. Entonces Ella continuó hablando.
Hijos, hoy derramo sobre vosotros numerosas gracias. ¡Os amo, os amo hijos, convertíos!
Os esperan tiempos difíciles, tiempos de dolor y sufrimiento, pero no temáis, estoy a vuestro lado y no os dejo solos.
Hijos, también hoy os pido oración por Mi amada Iglesia y por el Vicario de Cristo. Rezad, hijos, no sólo por la Iglesia universal, sino también por vuestra Iglesia local. Rezad mucho por los sacerdotes.
En este momento, la Virgen María me pidió que rezara con Ella, mientras rezaba, tuve una visión sobre la Iglesia.
Finalmente, Ella bendijo a todos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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