Mensajes de diversas orígenes
martes, 30 de abril de 2024
Hijos míos, os pido de nuevo con insistencia que forméis Cenáculos de Oración
Mensaje de Nuestra Señora a Angela en Zaro di Ischia, Italia del 26 de abril de 2024
Esta tarde, la Virgen María se presentó toda vestida de blanco. El manto que la envolvía era también blanco y ancho. El mismo manto cubría también Su cabeza. Sobre Su cabeza la Virgen tenía una corona de doce estrellas brillantes. Tenía las manos juntas en oración y en ellas una larga corona del santo rosario, blanca como la luz, que le llegaba casi hasta los pies. Sus pies estaban descalzos y descansaban sobre el mundo. Sobre el mundo había destellos de guerra y violencia de todo tipo. La Madre, con un pequeño gesto, deslizó una parte de Su manto y cubrió una pequeña parte del mundo. La parte que la Madre cubría estaba como iluminada por muchas pequeñas llamas que brillaban. En el mismo momento en que Nuestra Señora cubrió esa parte del mundo, Su corazón comenzó a latir rápidamente, un latido con una frecuencia maravillosa. Sus ojos se llenaron de lágrimas.
Alabado sea Jesucristo.
Queridos hijos, no perdáis la esperanza, no os desaniméis. Yo estoy aquí, rezando con vosotros y por vosotros. Dejad que Mi luz os guíe, caminad Conmigo por el sendero que durante largos años os he mostrado.
Hijos míos, si sigo aquí es por el inmenso amor del Padre por cada uno de vosotros.
Amados hijos, hoy me inclino sobre vosotros, sobre cada uno de vosotros, me inclino sobre esta humanidad cada vez más amenazada por la guerra y por los poderosos de esta tierra.
Mis amados hijos, hoy os invito a rezar de manera especial por la paz.
(La Madre se sumió en un largo silencio).
Hoy estoy aquí para recoger todos vuestros sufrimientos y todas vuestras enfermedades y presentarlos al corazón de Mi Hijo Jesús.
Hijos míos, os pido de nuevo con insistencia que forméis cenáculos de oración. No sólo en vuestros hogares, sino también en vuestras iglesias. Hace mucho tiempo que os lo pido y con cuidado y amor os he indicado los sacerdotes que deben ocuparse de este Mi proyecto de amor. Los cenáculos deben ser formados, cuidados y, sobre todo, nutridos y criados como niños pequeños en los brazos de la más tierna de las madres, Mi amada Iglesia.
Hijos, rezad mucho por este lugar tan querido para Mí, rezad para que pronto se cumpla el plan de Dios en medio de vosotros. Que no haya entre vosotros rencillas ni separaciones, sino que caminéis juntos. Dios es amor, Dios es paz, Dios es unidad.
Rezad, rezad, rezad.
Por último, la Virgen bendijo a todos. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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