Mensajes de diversas orígenes
sábado, 27 de julio de 2024
Lo Que Mi Hijo Juan Experimentó Será Lo Que Ayudará A Convertir Muchas Almas
Mensaje de la Santísima Virgen María, Juan Sombrerito y los Arcángeles San Gabriel y San Rafael al Grupo de Amor de la Santísima Trinidad en la Gruta «Santísima María del Puente» - Partinico, Palermo, Italia el 24 de julio de 2024
Santísima Virgen María
Hijos míos, haced tres reverencias marcándoos con la señal de la Cruz, viniendo de uno en uno aquí delante de la gruta.
La Santísima Trinidad está aquí y debéis honrarla, esto debéis hacerlo cada vez que vengáis aquí, no debéis olvidarlo. Yo se lo enseñé a Mi Hijo Juan en honor a la Santísima Trinidad y esto debe quedar escrito en el libro, muchos que en el futuro vendrán aquí que no podrán llegar a postrarse a causa de sus enfermedades, serán sanados y se arrodillarán ante esta humilde cueva, reconociendo que aquí han sido sanados milagrosamente por intercesión de Mi Hijo Juan, lo cual será conocido en todo el mundo a través del libro que debéis difundir en todas las lenguas. Te ayudaremos a hacer todo esto porque Nuestra voluntad es que se realice aquí este designio, planeado por Dios Padre Todopoderoso desde hace siglos.
Mi Estatua ha estado aquí muchos siglos, este lugar ha sufrido transformaciones, pero Mi Estatua siempre ha estado aquí en cada época y en cada época ha hecho maravillas. Lo que vivió Mi Hijo Juan será lo que ayudará a convertir a muchas almas no sólo de este lugar, no sólo de Palermo, sino a muchas almas que viven en todo el mundo, porque esta historia extraordinaria envolverá sus almas, créanla porque María Santísima del Puente no es una leyenda sino que es la verdad, y los signos que se producirán serán tangibles. Todos aquellos que hayan conocido este lugar y no hayan perseverado se arrepentirán de no haberlo hecho, porque aquellos que lo hagan hasta el final serán recompensados, todos aquellos que hayan contribuido con su presencia, con su amor a difundir esta historia, serán recordados en el libro, sus nombres serán enumerados el último día que Mi Hijo Juan hable para concluir el libro, así que hijos Míos, creedlo y empezad a dar importancia a esta verdad, aunque vuestros ojos no vean más que una cueva abandonada, descuidada como tantas otras, pero ésta es Mi morada porque Mi Estatua volverá aquí.
Hijos míos, en este día, Mi hijo Juan tuvo muchas emociones, los Arcángeles le asistieron continuamente, incluso cuando Él no los veía. Mi hijo Juan que está aquí, quiere contaros algunas emociones que tuvo en este día, Él está lleno de amor y no conoce la malicia de este mundo, por eso sus ojos vieron más que una cueva, para Él era un castillo que su Padre Sol y su Madre Luna le habían regalado.
Mi hijo Juan , a quien todos llamaban Sombrerito, está a punto de hablarte.
Juan Sombrerito
Hermanos, hermanas, soy John Sombrerito, estoy muy contento de poder hablaros, deseo contaros los bellos momentos que he vivido aquí en Mi hogar, en el hogar de María. En este día tan especial, Mi corazón se llenó de alegría, no sabía lo que iba a experimentar, pero la alegría, la alegría del Cielo, me envolvió desde primeras horas de la mañana, no podía descansar, los Arcángeles estaban conmigo y me prepararon para recibir la gracia que una vez más llegaba a Mí. Dije
«Señores, Mi corazón rebosa de alegría y de amor, voy a ver a María». Y ellos, los Arcángeles, Me dijeron: «Juan, estamos aquí para que estés preparado para recibir lo que el Cielo va a darte».
«Señores, el Cielo va a darme hoy algo grande, puedo sentirlo». «Juan ten fe y espera, hoy el Cielo te dará una sorpresa, María te hablará de todo lo que vas a experimentar, reza Juan, reza Juan, las cosas del Cielo hay que ganárselas con humildad y oración incesante.»
«Señores, rezaré para estar preparado, pero vosotros no Me abandonéis». «Juan, Nuestra tarea es velar por ti y por este lugar tan querido para María y el Padre Celestial».
Santísima Virgen María
Aquel día, pedí especialmente a los Arcángeles que asistieran a Juan, porque, aunque estaba contento, le acompañaba un gran temor que no podía explicar. El Arcángel Gabriel estaba a su derecha, El Arcángel Rafael estaba a su izquierda, ellos también están a punto de hablarte, para contarte lo que ocurrió aquel día. Las ropas que llevaba Juan, fueron encontradas en este lugar, las cogieron para tirarlas porque el que las encontró no conocía a Juan, fueron cogidas entonces por el Arcángel Gabriel y milagrosamente fueron encontradas lejos de aquí, el Arcángel Rafael os dirá donde.
San Gabriel Arcángel
Hermanos y hermanas, Yo soy El Arcángel Gabriel, aquel día de madrugada Juan estaba aquí, tenía miedo de lo que iba a pasar, porque Nosotros los Arcángeles le habíamos anunciado que María iba a aparecer aquí, y Él sabía que era la última vez que María vendría aquí, pero sabía que después ascendería al Cielo. Yo junto con el Arcángel Rafael estuvimos aquí y nos preparamos y expulsamos el miedo, y Juan nos dio las gracias después de eso, porque no sabía cómo expulsar el miedo. Hermanos y hermanas, Juan era muy sencillo, no comprendía la malicia de este mundo, confió en Nosotros los Arcángeles desde el primer momento, porque Su corazón estaba abierto al amor del Cielo.
San Rafael Arcángel
Hermanos, hermanas, soy yo, el Arcángel Rafael , que estoy aquí para deciros lo que le dije a Juan en aquellos momentos. Temprano por la mañana en Juan creció un miedo fuerte, algo que nunca había sentido antes, empezó a sudar, su respiración se volvió agitada, a Nuestra Vista se calmó pero no del todo. Le dije: «Juan ¿por qué tienes miedo? Sé que has puesto Tu confianza en Dios, no tienes nada que temer, Tu alma sabe lo que está por venir».
En ese momento Juan rompió a llorar, pero yo le dije: «Alégrate Juan, ésta es la última purificación, lo que te espera es muy, muy grande», me acerqué mucho a Él, casi tocándole, Juan sintió un fuerte calor que sanó completamente su mente y su corazón.
«El mundo te necesitará mucho en el futuro, alégrate Juan, eres un milagro de Dios». Tras Su ascensión al Cielo, Sus ropas fueron llevadas por la corriente del río hasta la roca que hay no lejos del Puente, a la izquierda bajando por el camino, cuando estés allí asómate y hazte la señal de la Cruz, pues esas ropas fueron lo último que perteneció a Juan en este mundo.
Santísima Virgen María
Hijos míos, aún hoy os hemos dado una pieza importante, al llegar al final de esta historia, aunque seguiremos contándoos los misterios que pertenecen a esta cueva cada vez que vengáis aquí. El libro será un resumen, pero será suficiente para ser un instrumento, para dar a conocer la verdad de este lugar, porque siempre se ha difundido una leyenda, pues el mundo es más fácil de creer las leyendas que la verdad. Hijos míos, Mi hijo Juan aún desea deciros algo para ayudaros a creer con el corazón.
Juan Sombrerito
Hermanos, hermanas, gracias, os pido: perseverad, pues las alegrías serán inmensas, sed muy humildes para que podáis comprender todo lo que el Cielo os revela. Yo estaba sola, tenía Mi pequeño rebaño y la naturaleza que Dios nos dio, y para Mí lo era todo, me sentía amada con sólo mirar la belleza de Mi Papá Sol, la sencillez os ayudará a abrir cada vez más vuestro corazón a la grandeza del Cielo.
Os amo hermanos y hermanas, gracias.
Santísima Virgen María
Hijos míos, ahora en voz alta, levantando los brazos al Cielo decimos: Sol, gracias por estar ahí, Sol, gracias por darnos calor, Sol, gracias por iluminarnos. Dios Padre Todopoderoso se manifiesta siempre a través del sol. Hijos míos, ahora debo dejaros, os quiero, os amo, os beso y os bendigo a todos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Shalom.
Paz Hijos míos.
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