Mensajes de diversas orígenes
jueves, 29 de mayo de 2025
Camina Derecho Con Mi Mano En La Tuya Y Nunca Perderás El Camino
Mensaje de la Santísima Virgen María al Grupo de Amor de la Santísima Trinidad en Sant'Antimo, Italia, el 28 de mayo de 2025, durante la reunión de Oración

Hijos míos, soy la Inmaculada Concepción, soy Aquella que dio a luz al Verbo, soy la Madre de Jesús y vuestra Madre, he bajado con gran poder junto con Mi Hijo Jesús y Dios Padre Todopoderoso, la Santísima Trinidad está aquí entre vosotros.
Los Arcángeles os protegen, siempre están entre vosotros cuando oráis, dondequiera que oréis, la oración es fundamental para vuestra alma, dondequiera que oréis con el corazón, la presencia divina forma la Iglesia, porque invocando al Espíritu Santo construís la casa de Dios Padre Todopoderoso en este mundo, todos los que oráis juntos alcanzaréis una meta, esta casa será vuestra barrera, hoy no podéis comprender pero confiad en Mis palabras.
Rezad por la Iglesia, aún tendrán que salir muchos escándalos por voluntad de Dios Padre Todopoderoso, las almas del mundo entero serán puestas a prueba, el mal estará dispuesto a llevarse consigo a las almas que se dejen confundir, rezad para ser fuertes e iluminados por el Espíritu Santo. Pronto Mi Hijo Jesús dará grandes señales por todo el mundo, y todos aquellos que hagan Su voluntad serán destacados para que sean puntos de referencia.
Hijos míos, no os dejéis engañar nunca, en vuestros corazones está la verdad, el espíritu de verdad que Dios Padre Todopoderoso ha dado a todos Sus hijos, no lo neguéis con el pecado, con la mentira, con el orgullo. Hijos míos, os espero a todos en Oliveto Citra, en el Monte de los Milagros, donde os daré inmensas alegrías y grandes signos en el sol y en la luna. Deseaba tanto hablaros para guiaros. Caminad rectos con Mi mano en la vuestra y nunca perderéis el camino. Os amo inmensamente, hijos Míos, por vuestro amor que reconforta Mi corazón cuando rezáis. Ayudo y protejo a vuestros seres queridos que viven en el mundo, con las tribulaciones del mundo.
Ahora debo dejaros. Sed humildes, hijos Míos, porque la humildad os da la vista, la vista del corazón. Os doy un beso y os bendigo a todos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Shalom.
La paz sea con vosotros.
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