[EL SEÑOR] Hijos, todos vosotros sois Míos y vengo a vosotros. Vengo a vosotros en estos tiempos de angustia que están surgiendo y verán a tantos hombres con una mirada demacrada, perdidos porque no conocieron o malinterpretaron Mi Presencia y porque sus corazones, lejos de la Vida que Yo soy, no pueden latir si no llevan dentro el sonido del salterio, el sonido de la viola, el sonido de la trompeta. Vengo a vosotros para salvaros de las manos de los impíos, para tomaros bajo Mi manto y llevaros a Mi par-vis. Hijos, ¿qué quedará de estos amargos tiempos que solo glorifican cosas materiales, persiguen quimeras y olvidan y no veneran Mi Santo Nombre?
¡Volad en Mi Corazón! Lejos del mundo y sus devastadoras olas, lejos de las mentiras abundantes que os extravián, venid en silencio y tomad posesión de Mi Corazón que llevo para vosotros, para liberaros de los malvados y sus trampas. Hijos, llevad amor en vuestros corazones y dejad que vuestros corazones sean fuentes de agua viva que llevan la Luz de Mi Palabra. No temáis al mundo, sino más bien temed no acercaros a Mí, quien soy la Fuente viviente, el eterno Torrente de amor que enciende corazones y almas y les trae Agua Viva, Fuego Ardiente. ¡Caminad por el Camino de vida que Yo soy!
La Muerte está causando estragos en cada esquina, y todos aquellos que se alían con el pacto de la Bestia llevan dentro ellos la mentira que los destruirá. Hijos, deseo con todo Mi corazón que todos Mis hijos sean salvados y que todos caminen por el Camino de Vida que Yo soy, pero pocos, tan pocos, muy pocos, se acercan a Mis santuarios. Han invitado a la muerte en sí mismos, han escuchado las palabras del mundo y se han dejado engañar.
Hay tres tiempos: el tiempo del Cielo, el tiempo de la Tierra y el tiempo del Infierno.
Hijos, aprended a entregaros a Mi Santa Voluntad y caminaréis por el buen camino. Incluso en la tormenta encontraréis el camino, seréis guiados y acompañados. Hijos, dejad que la oración esté dentro de vosotros, sed su morada y la dovela del arco de vuestros corazones! Orad, hijos, orad sin cesar, con vuestros corazones en Mi volcán, y en el silencio interior, las alas del amanecer, siempre a vuestro alcance, os harán volar al Cielo de Mi Corazón para refugiaros y fortaleceros. Tomad el camino de la ascensión.
[22:30]
[EL SEÑOR] ¡Que el maná descienda del Cielo para nutrir a los hombres con Mi Palabra de vida! Todo hombre que la reciba caminará por el Camino de la vida y llevará su alma y su corazón a Mis atrios, y en presencia de los ángeles se regocijará, cantará y glorificará Mi Santo Nombre. Santo, Santo, Santo, el Señor; el Cielo está lleno de Su Gloria. ¡Hosanna en las alturas!
¡El Banquete Nupcial es para todos! El Banquete Nupcial, la Alianza del Cielo y la Tierra, llevado por un torrente de Agua viva al Cielo de vida que Yo soy, el cual llama e introduce a Sus hijos en el Universo de gracia, Vida eterna.
Hijos míos, os llamo a todos para glorificar Mi Santo Nombre y por el camino de la Justicia avanzaréis; todos vosotros caminaréis entre los lirios y seréis purificados, lavados de vuestras iniquidades. El Cielo llama a Sus propios hijos: ¿oiréis la Voz que os llamará en el silencio? Abrid vuestros corazones, abrid vuestros oídos al Viento de Mi Espíritu que viene a buscar a los Míos para regarlos con Mi Luz de vida. Todo lo que proviene del Cielo es Luz y todo lo que proviene del Cielo es Fuego ardiente, trompeta y sonido de cuerno! Cantad, bailad en las cabañas; el Cielo llama a los hombres de corazón fiel y viene para liberarlos del peso de la Tierra. El Cielo lleva a vuelo a los hijos del Padre, y a aquellos que tropiezan y se pierden, les da alas para enseñarles a volar y elevarse hacia la Luz eterna!
Hijos míos, el Cielo no abandona a ninguno de Sus hijos; pero a cada uno le lleva el Camino, y el sonido de Su Voz abre corazones, incluso los más cerrados. Todos vosotros sois esperados en el Banquete Nupcial e invitados todos. Los que persistan en su negación caerán, y será Infierno, vacío eterno, camino de tristeza oscura. A cada uno se le da el Camino, el camino de salvación, el camino de vida, el camino de alegría. A los hombres se les da la elección entre la vida eterna o la muerte eterna, que es vida pero en un Infierno eterno y por lo tanto muerte, ya que sin el Camino del Cielo todo es solo oscuridad negra.
Hijos míos, os llamo a venir a Mí; os llamo a volar, os llamo a la alegría, os llamo a la contemplación, que es elevación. En la elevación, el hombre entra en la Luz, que es eterna y permanece eternamente, y en ella disfruta de la Presencia beatífica.
Si supierais el don de Dios, nunca dejaríais de desearlo y dar gracias! Dios llama a sus hijos a la Bienaventuranza para la Eternidad, en la Eternidad. Alegraos, gritad de alegría, entraid en contemplación, y viviréis en el Viviente, y os alegraréis y seréis transportados en alegría. Entrad en el silencio del corazón, escuchad el canto del coro de ángeles. Al dejaros trasportar a Mi Cielo de Gloria, vendréis a Mí y seréis liberados de la oscuridad, vuestros ojos se abrirán y vuestros corazones de gracia exultarán, y vuestros labios cantarán Mis Palabras de vida, y vuestros oídos escucharán el canto de los ángeles, y vuestros labios saborearán el perfume de Mi Cielo de Gloria!
Niños, estáis invitados al Banquete Nupcial del Cordero, vosotros que sois sus hijos y a quienes el Padre llama cerca de su aliento(1) para alimentarlos con Su Palabra, que es Vida eterna. Alegraos, el Cielo desciende y transporta a Sus anhelados e amados hijos a Sus moradas. Bailad al son del tamboril, bailad al sonido de la cítara, y alegraos con alegría! El Cielo viene a llamar a sus hijos, Él viene a buscarlos y llevarlos al Reino de la Morada eterna. Venid, entrad en los atrios del Cielo, la Boda se acerca y trae festín a los corazones y júbilo a las almas! Niños, sois hijos del Padre y todos son esperados en el Reino de la Morada eterna. La vida llama a la vida y toda vida entra en Vida. Vuestro fiat es esperado, vuestro fiat abre las puertas de la Morada eterna de vida. Alegraos, gritad de alegría y aprenderéis a glorificar al Señor en todo momento en el atemporal del Cielo. Alegraos, el Cielo desciende y exulta la Tierra al llamado de la Boda eterna!
(1) Cf. [Génesis 2:7] “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.”
Fuente: ➥ MessagesDuCielAChristine.fr