viernes, 13 de noviembre de 2020

Llamado de San Miguel a la Humanidad. Mensaje a Enoc

Pecadores, corred y báñense en la Fuente del Perdón, Antes de que lleguen los Días de la Justicia Divina, ¡Para que mañana puedan vivir eternamente!

¿Quién es como Dios? ¡Nadie es como Dios!

Que la Paz del Altísimo esté con todos vosotros, Semilla de mi Padre

Hermanos, Yo, Miguel, Príncipe de los Ejércitos Celestiales, me dirijo hoy a vosotros por medio de este Instrumento, para deciros que muy pronto la humanidad entrará en el tiempo de la Gran Tribulación, donde solo se oirán llanto y gemidos. ¡Qué tristeza que esta humanidad de estos últimos tiempos tenga que conocer la Justa Ira de Dios, para cambiar! Oh Mortales, no sabéis lo que os espera, si supierais, correríais a buscar el perdón de Dios y arrepentiros de todos vuestros pecados! La tribulación que está por venir nunca se ha visto antes en la Creación, y lo más triste es saber que millones de almas van a perderse eternamente porque no están preparados espiritualmente.

Tribulaciones, tragedias, hambrunas, ruina, persecuciones, catástrofes y desolación en general, es lo que muy pronto vendrá a esta humanidad. Nunca antes en ninguna generación se ha visto la tribulación que está por venir a esta generación de estos últimos tiempos; la inmensa mayoría de esta humanidad ingrata y pecadora vive hoy como en los tiempos de Noé y Lot; comen, beben, compran, venden, se casan, construyen, y repentinamente la Justicia de Dios vendrá sobre ellos, y como en los tiempos de Lot, fuego del cielo lloverá sobre ellos y muchos morirán. (Lucas 17. 26 a 29). Pobres mortales, si no despertáis lo antes posible de vuestra letargia espiritual, ¿vais a perderos eternamente! Todavía tenéis algunos milésimos de tiempo, aprovechadlo y corred a poner en orden vuestras cuentas; no seáis necios, porque lo que está en juego es la salvación de vuestra alma.

Os recuerdo, humanidad pecadora, que cuando comiencen las tribulaciones ya no encontraréis abiertas las casas de mi Padre; por tanto os exhorto a reconciliaros con Dios cuanto antes para que nada tengáis que lamentar mañana. Humanidad pecadora, ¡dejad de ofender al Altísimo! Recordad que la vida en este mundo es transitoria, y que la verdadera vida está en la eternidad y para siempre; os pregunto: ¿dónde queréis pasarla, en el Cielo o en el infierno? La vida eterna o la muerte depende de vosotros; el Altísimo os da la oportunidad de volver a Él, desde el corazón, para que mañana podáis disfrutar de Su compañía. Os recuerdo lo que dice la Sagrada Palabra de Dios: Hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierte que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse (Lucas 15:7)

Por tanto, humanidad pecadora, haced caso a las llamadas que os está haciendo el Cielo para que os arrepintáis de vuestros pecados y retoméis nuevamente el camino de la salvación, porque los días de la Justicia Divina están llamando a vuestra puerta. No sigáis quebrantando los Sagrados Preceptos, porque si seguís haciéndolo con la Justa Ira de Dios, Él os borrará de la faz de la tierra. Apuraos, ladrones, prostitutas, homosexuales, adúlteros, lujuriosos, fornicarios, impuros; drogadictos, alcohólicos, estafadores, mentirosos, envidiosos, idólatras, orgullosos, asesinos, avariciosos, hechiceros y otros pecadores que vagáis por este mundo sin Dios y sin Ley; porque ninguno de vosotros, si seguís pecando, heredará el Reino de Dios. (1 Corintios 6. 9, 10), (Efesios 5, 5), (Apocalipsis 22, 15). Pecadores, corred y báñense en la Fuente del Perdón, Antes de que lleguen los Días de la Justicia Divina, ¡Para que mañana puedan vivir eternamente!

Que la Paz del Altísimo permanezca con vosotros, Semilla de mi Padre, y mi Protección os acompañe siempre.

Vuestro Hermano y Siervo, Miguel el Arcángel

Haced conocer los mensajes de salvación a toda la humanidad, Amados de mi Padre