sábado, 7 de junio de 1997

Desde el Cura de Ars - Patrono de los Párrocos

Mensaje de San Juan Vianney, Cura de Ars y Patrono de los Sacerdotes dado a la Visionaria Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, EE. UU.

Miro hacia arriba y veo al Cura de Ars. Él dice, "Veo que no te alegra mucho verme. No operamos con miedo. Sé que temes que te diga cosas que te dejarán expuesta a la crítica. Solo vengo trayendo la verdad."

"Por dónde empiezo? Fe en el Santo Padre, fe en la Real Presencia en la Eucaristía, devoción a Nuestra Señora y al Santo Rosario - estos son los tres puntos fuertes que debe tener un buen sacerdote. No hay aquí nada abierto al debate o al compromiso. Estas son doctrinas de la Iglesia. Uno no puede ser medio católico. O crees o no crees."

"La función de un sacerdote es llevar los sacramentos al pueblo. Nada debe interponerse en el camino de esto."

"El sacerdote puede cambiar muchas almas y situaciones desde el púlpito y por su estilo de vida. Puede descubrir el pecado, luchar contra el aborto, alimentar a los hambrientos y fortalecer la fe. Puede promover el Rosario familiar y grupos de Rosario en su propia parroquia. Puede pedir oraciones contra el aborto y en apoyo del Santo Padre y la Iglesia. Puede llevar una vida santa, ejemplar sin tener miedo de la impopularidad o de ser una señal del sacerdocio en el mundo - sin tener miedo de descubrir el pecado."

"Una vocación es un regalo especial de Dios. Es una llamada, y dentro de esa llamada hay una grave responsabilidad hacia sus feligreses y su salvación,"

El Cura me asiente. "Ya está. ¿Fue tan malo? Avanza." Él me bendice y se va.