lunes, 18 de febrero de 2019

Lunes, 18 De Febrero De 2019

Mensaje de Dios Padre dado a la vidente Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, EE.UU.

Una vez más, yo (Maureen) veo una Gran Llama que he llegado a conocer como el Corazón de Dios Padre. Dice: "Yo soy Dios Padre - Patriarca de todas las Edades. Mi Reino es de generación en generación, de horizonte en horizonte. Mi Reino no tiene fronteras. No hay alma que no conozca, desde la concepción hasta la muerte natural. Te hablo a través de estos Mensajes* para exhortarte e inspirarte a que vuelvas a obedecer Mis Mandamientos».

"Sólo encontraréis el camino de la salvación si escudriñáis vuestros corazones para descubrir la Verdad de dónde os encontráis ante Mí. No basta con que conozcáis Mi Existencia y Mis Mandamientos. Haz que complacerme sea el objetivo más importante de tu vida. Hoy en día, la mayoría está enamorada de la tecnología moderna y de todo lo que te ofrece. Yo soy el Creador de lo que creéis haber creado. Soy el Padre de todos los inventos y el inspirador de lo que atribuís a los esfuerzos humanos».

"No puedo conducirte a la salvación si no quieres seguirme. La decisión es siempre tu libre albedrío. Vengo a hacerte comprender que toda la tierra está bajo Mi Divina Voluntad. Respeto vuestras decisiones de libre albedrío, pero vengo a la tierra a través de estos Mensajes para ayudaros a formar vuestro libre albedrío en la rectitud. Encuentra el camino de la Verdad en todo lo que te digo hoy».

* Los Mensajes del Amor Santo y Divino en el Manantial y Santuario de Maranatha.

Lee Hebreos 2:1-4+.

Por eso debemos prestar más atención a lo que hemos oído, no sea que nos alejemos de ello. Pues si el mensaje declarado por los ángeles fue válido y toda transgresión o desobediencia recibió una justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? Fue declarada al principio por el Señor, y nos fue atestiguada por los que le oyeron, mientras Dios daba también testimonio mediante signos y prodigios y diversos milagros y mediante dones del Espíritu Santo distribuidos según su propia voluntad.