jueves, 23 de mayo de 2019

Jueves, 23 de Mayo de 2019

Mensaje de Dios Padre dado a la vidente Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, EE.UU.

Una vez más, yo (Maureen) veo una Gran Llama que he llegado a conocer como el Corazón de Dios Padre. Dice: "Para que el Remanente se aparte de la Iglesia liberal, primero debe identificar las formas en que se ataca a la fe. Es como salir de la lluvia para buscar refugio. En primer lugar, hay que reconocer la necesidad de refugio. En el caso de los Fieles Remanentes, hay que darse cuenta del error».

"Con demasiada frecuencia, los líderes de cualquier organización se vuelven laxos en su liderazgo y los objetivos de dinero y poder tienen prioridad sobre la Verdad. No sigas ciegamente sin ver cómo te dirigen. Los líderes deben rendir cuentas y ser desafiados en cuanto al error en sus creencias. El título no es una excusa para llevar a la gente por el mal camino. Así es como el amor a la reputación se apodera de las almas y las aleja de la Verdad. La deshonestidad lleva a muchas personas a confiar en un liderazgo que Yo no he establecido».

"La confianza en Mí y en Mi Disposición debe tener prioridad sobre la confianza en las personas. Esta es la norma número uno de la Iglesia Remanente».

Lee Efesios 6:10-17+.

Por último, fortaleceos en el Señor y en la fuerza de su poder. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis hacer frente a las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de este mundo de tinieblas, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos por la cintura el cinturón de la Verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el equipo del Evangelio de la paz; además de todo esto, tomad el escudo de la fe, con el que podréis apagar todos los dardos encendidos del Maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.