domingo, 2 de junio de 2019

Domingo, 2 De Junio De 2019

Mensaje de Dios Padre dado a la vidente Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, EE.UU.

Una vez más, yo (Maureen) veo una Gran Llama que he llegado a conocer como el Corazón de Dios Padre. Dice: "Yo soy el Creador de todo bien. He creado el mundo, los mares, la tierra y todas las estrellas del Cielo. Permito el mal, pero no lo acepto. Yo creo toda la vida en los cielos, en los mares y en la tierra. Toda renovación que el hombre atribuye a su propio ingenio es por inspiración de Mi Espíritu. Vengo a ti en forma de estos Mensajes* para ser aceptado como tu Padre Celestial. Como los Mensajes son una extensión de Mi Gracia, no es un buen augurio para quienes los rechazan sumariamente."

"De ello se deduce que aquellos que rechacen Mi Gracia aquí** se encontrarán cada vez más solos: legisladores, por favor, tomad nota. Vengo a guiar, a reconvenir y a abrazar a quienes quieran escucharme. Deseo que todos Me acepten como su Padre amoroso, Quien ciertamente sólo desea lo mejor para ellos».

"Con Mi Poder tras él, la humanidad puede detener la progresión hacia la autodestrucción. Puede, una vez más, reconocer y aceptar su lugar ante Mí. Puede permitirme ser Dios».

"Nada proviene del rechazo del bien. Yo ofrezco capacidades por encima y más allá de las capacidades humanas. Deseo colocar Mi Poder en torno a la humanidad. Es la incredulidad la que Me obstaculiza. Reza por los incrédulos».

* Los Mensajes del Amor Santo y Divino en el Manantial y Santuario de Maranatha.

** El lugar de la aparición del Manantial y Santuario Maranatha.

Lee 1 Corintios 2:10-14+.

Dios nos lo ha revelado por medio del Espíritu. Pues el Espíritu lo escudriña todo, hasta las profundidades de Dios. Pues ¿quién conoce los pensamientos de un hombre sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie comprende los pensamientos de Dios, sino el Espíritu de Dios. Ahora bien, nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios, para que comprendamos los dones que Dios nos ha concedido. Y esto lo impartimos con palabras no enseñadas por la sabiduría humana, sino enseñadas por el Espíritu, interpretando las verdades espirituales a los que poseen el Espíritu. El hombre no espiritual no recibe los dones del Espíritu de Dios, pues son una locura para él, y no es capaz de entenderlos porque se disciernen espiritualmente.