jueves, 9 de abril de 2020

Jueves Santo

Mensaje de Dios Padre dado a la vidente Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, EE.UU.

Una vez más, yo (Maureen) veo una Gran Llama que he llegado a conocer como el Corazón de Dios Padre. Dice: "Estos días de prueba encuentran al mundo unido en una batalla contra una enfermedad mortal. Cuánto deseo que la unidad del mundo se encuentre en la creencia en la Presencia Real de Mi Hijo.* El don de esta Sagrada Eucaristía fue concedido hace siglos.** Edad tras edad se ha visto disminuir la creencia en este don hasta el día de hoy, en que no se valora ni se respeta por lo que es. El Santo Sacerdocio se fundamenta en la Presencia Real de Mi Hijo en la Eucaristía, sin embargo, hoy en día, pocos sacerdotes centran su sacerdocio en esta Verdad. Ese ha sido y es el puerto de entrada de Satanás para destruir vocaciones».

"Si los corazones estuvieran unidos en la creencia en la Presencia Real de Mi Hijo, el mundo no se encontraría sumido en la amenaza constante de las guerras. No habría necesidad de armas de destrucción masiva. Toda vida humana sería respetada desde la concepción hasta la muerte natural. No viviríais entre enfermedades mortales que son fruto del mal».

"Así pues, hoy pido, una vez más, que toda la humanidad reevalúe su principal objetivo en la vida. Permitid que la Sagrada Eucaristía os reúna en la unidad del Amor Santo. Sólo entonces veréis que el corazón del mundo cambia y vuelve a Mí».

* Véase en holylove.org/files/med_1583443279. pdf una serie de Mensajes dados por Jesús sobre Su Presencia Real en la Sagrada Eucaristía -que se realiza mediante un sacerdote que utiliza las palabras correctas de la Consagración en cada Misa cambiando el pan y el vino en el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad Reales de Jesucristo por medio de la transubstanciación. Ver también el Ccc sobre el Sacramento de la Eucaristía:

vatican.va/archive/ccc_css/archive/catechism/p2s2c1a3.htm

** Instituido por Jesucristo durante la Última Cena, dando a sus discípulos pan y vino durante una comida pascual.

Lee Efesios 5:1-2+.

Sed, pues, imitadores de Dios, como hijos amados. Y andad en amor, como Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.

Lee Lucas 22:19+.

Tomó pan y, después de dar gracias, lo partió y se lo dio diciendo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria# mía».

# Sólo el sacrificio de Cristo en la Cruz remite poderosamente nuestros pecados. Su ofrenda sacerdotal se perpetúa entonces a lo largo de la historia, siendo traída al presente cada vez que se celebra la liturgia eucarística. A diferencia de los de la Ot, este «memorial» litúrgico no sólo nos recuerda su muerte salvadora, sino que la vuelve a representar ante nosotros de forma sacramental (Lc 22,19; 1 Co 11,24-26; Ccc 1341, 1362).