Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil

 

domingo, 18 de enero de 1998

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

 

En este encuentro realizado con los jóvenes, la Virgen apareció y estaba con una hermosa sonrisa viéndolos reunidos en oración.

Nuestra Señora tiene un afecto y amor muy especial por los jóvenes. La Virgen me comunicó lo siguiente:

¡La paz esté con ustedes!

Queridos hijos, no seáis vanidosos, pues la vanidad los lleva al orgullo. No intenten atraer la atención de las personas por su belleza o apariencia, sino intenten atraer su atención viviendo la palabra y el amor de Dios. De esta manera, se volverán hermosos y serán agradables ante Jesús y ante mí.

Amad, amad, amad, porque el amor de Dios los hace más hermosos. Uníos a sus familiares. Vivid el amor de Dios y la unidad en vuestros hogares. Sed obedientes y amad a vuestros padres. ¿Lo haréis por mí?

Alguien en el grupo durante la aparición pensó para sí mismo: ¿Ella me escucha y atiende mi petición? ¿Sabe que estoy aquí?...Nuestra Señora respondió:

Sí, escucho a todos, porque amo a todos. Todos son importantes para mí. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. ¡Hasta pronto!

La Virgen nos dio la siguiente lectura para meditar: Mateo 25:1-13

Entonces el reino de los cielos será como diez vírgenes que salieron con sus lámparas a recibir al novio. Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes. Las necias, al tomar sus lámparas, no tomaron aceite con ellas. Las prudentes, en cambio, tomaron aceite en recipientes adicionales junto con sus lámparas. Y cuando el novio tardó, todas se adormecieron y se durmieron.

Pero a medianoche se oyó un grito: ¡He aquí el novio! Y todas las vírgenes se levantaron y prepararon sus lámparas. Las necias dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite, porque nuestras lámparas se están apagando. Las prudentes respondieron: No tenemos suficiente para vosotras y para nosotros; mejor id a los mercaderes a comprar para vosotras mismas. Mientras ellas iban a comprar, llegó el novio. Las que estaban preparadas entraron con él en la sala de bodas, y la puerta se cerró. Más tarde, las otras también llegaron, y dijeron: ¡Señor, Señor, ábrenos! Pero él respondió: En verdad os digo que no os conozco. Velad, pues no sabéis ni el día ni la hora .

Orígenes:

➥ SantuarioDeItapiranga.com.br

➥ Itapiranga0205.blogspot.com

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