viernes, 17 de septiembre de 1999

Mensaje de Nuestro Señor a Edson Glauber en Brescia, BS, Italia

Estaba pensando en algunas cosas que estaban sucediendo en Manaus y algunos hechos e incomprensiones de algunas personas y una tristeza me invadió. Estaba triste y pensando cómo ayudarlos y sentí la voz de Jesús que me dijo:

Edson, escribe: no te sientas impotente. ¡Nunca!...Mira que siempre estoy a tu lado. Debes buscar ser uno conmigo, como yo soy uno con el Padre. Unete siempre más a Mí. Hijo mío, dame tus pecados: uno por uno. No los guardes para ti, sino déjame perdonarlos y liberarte de todos ellos. No debes dejar que la preocupación y la turbulencia se acerquen a tu alma. Eres mi hijo y te amo!...

Hablé algunas cosas con Jesús con respecto a ciertas personas y ciertos problemas que surgieron y él sonriéndome amablemente me dijo:

Sí, háblame, háblame como un hijo. Dame todo lo que tienes contigo, ¡porque estoy aquí para escucharte!

Después de haber terminado de hablar me dijo:

Hijo mío, debes confiar en mí!...Como ya te he dicho, conozco tus debilidades y conozco tus caídas, ¡pero coraje!...Avanza en tu camino!...Soy misericordia y quiero que entiendas que no deseo la muerte del pecador, sino que viva y tenga vida eterna. No quiero que mis amadas almas caigan en la desesperación por sus innumerables pecados, porque tal consecuencia proviene de Satanás, quien desea su destrucción, pero quiero que las almas tengan una confianza ilimitada en mi misericordia. Estoy lleno de amor por las almas. Suspiro por ellas. Que todas vengan a mí, buenas o malas, porque deseo transformarlas y enriquecerlas con mi amor divino. Quiero la salvación de todos mis hijos. El precio que pagué por ellos en la Cruz fue el precio de mi sangre, y esta sangre es vida salutífera para todos ellos. Quiero que tú, hijo mío, vivas la santidad en todo. En tu miseria, poco a poco, te estoy transformando y moldeando a mi manera. Deseo santos para mi Iglesia. Santos que puedan ser un ejemplo para el nuevo milenio que viene. Santos que puedan revelarme a los hombres en sus diversas formas de vida y en sus diversas formas de trabajo diario!...

Él le dijo a Jesús: - ¿Cómo puedo ser santo si a veces me resulta tan difícil cumplir fielmente todo lo que me pides? Y mira lo que dicen y lo que piensan de mí....Realmente creo que ni siquiera he empezado nada todavía. No soy digno ni siquiera de oírte y verte Señor. Has elegido a la persona equivocada. Encuentra a alguien más que hará como Tú deseas, ya que la gente dice que no soy apto para ello y no me entienden!...

Jesús respondió,

Soy Yo quien te santifica, y a quien yo moldeo según mi voluntad es una cosa preciosa mía. Y no es a los hombres a quienes deben agradar, sino a mí, porque soy Yo quien los guía y los forma en la manera que bien deseo. Deseo la santidad vivida entre todos mis hijos, porque soy el trisanto....

Entendí que Jesús quiere santidad de todos, y si la gente estaba tan preocupada por mí criticándome, mirando mis defectos, que también se apresuren, porque Jesús también exigirá la perfección de ellos. Él me consoló, porque al menos caminaré como él quiere y desea, guiándome y corrigiéndome, porque solo él puede hacer esto y nadie más, y la gente por juzgarme y querer pensar que tienen razón en criticarme serán muy cargados por hacer lo que no les está permitido hacer, porque esto solo le debe a Jesús, y con la misma medida que me midieron serán medidos por Jesús. Entonces continuó diciendo,

Si mis hijos realmente se rindieran a mí y me escucharan, ya sería para que la tierra estuviera rebosante de almas santas y fuera un verdadero Paraíso. Escucha mis súplicas, ponlas en práctica y así día a día te enriqueceré con mis gracias: gracias que están reservadas para todos ustedes. Hijo mío, no te involucres en lo que sucede en Manaus. Permanece fiel al camino que te he indicado, y de esta manera estarás cumpliendo mi voluntad. Ofrece todo lo que te suceda con paciencia y humildad a mí. Recuerda: el silencio es precioso en estos momentos. En el silencio se vive la humildad. Y un alma silenciosa es una gran arma contra Satanás. No des cabida a las críticas y tentaciones, sino permanece fiel a mis llamadas. Todo debe ser revelado en su propio tiempo. La verdad siempre vendrá. Perdona, ora, ofrécete al Padre como víctima de expiación por tantos errores y pecados en el mundo.

La desobediencia y la falta de amor es una de las cosas graves en este mundo. Si las almas vivieran la obediencia a mi Iglesia no se condenarían y no serían conducidas al error. Mira que donde hay desobediencia hay desorden, y donde hay desorden hay Satanás, porque el alma que está conmigo y con mi Madre siempre está en orden y obediencia. Puede haber las persecuciones, la cruz, los ataques, pero el alma siempre está en obediencia. Este es mi mensaje hoy. Te bendigo: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!