Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil

 

martes, 9 de julio de 2002

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Medjugorje, Bosnia Herzergovina

 

Hoy fuimos a rezar al Monte Krizevac, en Medjugorje. Hicimos el Vía Crucis. Le estaba pidiendo a Jesús y a la Virgen una gracia con respecto a una persona en particular, y también le estaba pidiendo cada vez más un cambio y una apertura de mi corazón. Deseo cada vez más la conversión y le estoy pidiendo a Dios Señor que me ayude a realizar su voluntad en mi vida.

Cuánto deseo cambiar y ser una criatura nueva, otra persona. La perfección todavía está muy lejos de mí. Todavía tengo que esforzarme más y saber renunciar a mí mismo, a mi voluntad, y dejar que Dios me moldee como Él quiera.

Me doy cuenta cada vez más de que todavía no soy totalmente del Señor, porque todavía no me he entregado verdaderamente a Él. Quiero ser santo y un gran santo para Dios, pero sé que este deseo dentro de mí está luchando contra mis malas inclinaciones y debilidades que todavía tengo en mi alma. Es una batalla tremenda. Espero algún día ser como San Pablo y decir: ¡He luchado la buena batalla!

No quiero desvanecerme y dar lugar al pecado y al diablo, sino que quiero que Dios Señor me ayude a amarlo y adorarlo en Espíritu y Verdad, para que mi vida se llene de su gracia divina. No ha sido una batalla fácil. A veces el desánimo me invade y pienso que no podré superarlo y llevar a cabo mi misión. Todavía soy muy frágil. Le estoy pidiendo al Señor que me fortalezca cada vez más con su gracia y que me llene con su Espíritu Santo, para que pueda ser una luz para todos mis hermanos y dar testimonio de su Santa Presencia.

En estos últimos días estoy continuamente en compañía de diferentes personas. Cada uno tiene un estilo de vida diferente y una forma diferente de pensar y actuar. Le estoy pidiendo al Señor que me ayude a ser paciente y que me conceda la gracia de ser siempre acogedor y considerado con todos. Debemos saber relacionarnos con nuestros hermanos y hermanas y ser en todo un instrumento del amor y la paz de Dios para todos ellos.

Cada persona es especial para el Señor, que ama a todos con un gran amor. Estoy tratando de ver en cada hermano y hermana la presencia de Dios. Sé que es el Señor mismo quien me permite estar junto a cada uno de ellos para que aprenda a amar y a saber transmitir su amor, su paz y su luz a todos.

El amor de Dios nos da la fuerza y el coraje para hacer grandes cosas en su nombre. Espero poder dar testimonio de este amor divino suyo cada vez más y nunca fallar en la caridad.

Señor, enséñame a amar, a perdonar y a transmitir tu paz a todos.

Quiero ser tuyo y espero que cada día pueda crecer más en el camino de la santidad. Que toda mi vida se transforme en un verdadero acto de amor. Que el amor me transforme, me sane, me libere, porque el amor eres Tú, Señor.

Te amo y te ofrezco mi amor, para que se perfeccione cada vez más. Así, sabré amar, amar, amar y dar testimonio de tu santo Amor para siempre y para siempre. ¡Amén!

Orígenes:

➥ SantuarioDeItapiranga.com.br

➥ Itapiranga0205.blogspot.com

El texto de este sitio web se ha traducido automáticamente. Por favor, disculpa cualquier error y consulta la traducción al inglés.