domingo, 8 de marzo de 2020

Mensaje de San José a Edson Glauber

Hoy, San José apareció teniendo al niño Jesús en brazos. Nos dio el siguiente mensaje

¡Paz a tu corazón!

Hijo mío, vengo del cielo para bendecirte a ti y a toda la humanidad. Jesús pide a todos que se refugien en mi Corazón castísimo y extraigan de él todas las gracias que su Corazón divino desea conceder a los que imploran mi intercesión ante su Trono.

El mundo está siendo purificado de sus pecados, porque no reza, no se arrepiente de sus errores y crímenes, y no pide, con corazón contrito, el perdón de Dios. ¿Cuándo aprenderá el mundo a ser obediente a Dios?

Volved al Señor, oh humanidad ingrata y rebelde, porque vendrán aún más grandes dolores y penas al mundo, porque el Señor ya no puede soportar tantos pecados: hay tantos adulterios, abortos, crímenes y atentados contra la inocencia, con la destrucción de la pureza y la santidad de muchas almas. El Corazón de mi Divino Hijo sangra a causa de las terribles infidelidades y pecados de los ministros de Dios, que ya no viven la verdadera fe, sino que predican el error a las almas, enseñando otras cosas, pero no las santas palabras y enseñanzas del Señor.

En la Iglesia de mi Hijo reina la decadencia espiritual, porque el demonio ha entrado en ella, disfrazado y sutilmente, y desea destruir lo sagrado y devorar a todas las almas con gran furia.

Reza, hijo mío, reza, porque vendrán al mundo pruebas más fuertes y terribles, y bienaventurados serán todos aquellos que no renieguen de su fe y no traicionen las verdades enseñadas por mi Hijo Jesús, permaneciendo fieles y firmes hasta el final.

Pedid mi protección, desead estar bajo mi manto sagrado, y yo os conduciré a Jesús y os colocaré dentro de su Corazón Divino.

Doy mi bendición y protección a todos los hijos devotos que honran mi Corazón castísimo y que se consagran a mí diariamente. A todos ellos les concedo, por orden de mi Divino Hijo, muchas gracias del cielo.

Os bendigo a vosotros y a toda la humanidad: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Durante la aparición, San José, por orden del Niño Dios, trazó tres veces la señal de la cruz sobre los países y regiones del mundo. Mientras trazaba la señal de la cruz sobre el mundo, rayos de luz caían sobre él y lo iluminaban. Recordé de nuevo lo que Jesús me dijo en el pasado, al comienzo de las apariciones: San José, por su mandato, ¡salvará a la Iglesia y al mundo de una gran catástrofe!...Creamos en el poder de intercesión de San José ante el Trono de Jesús y pidamos las bendiciones y gracias del cielo rezando diariamente el Rosario de sus siete Dolores y Alegrías, así como, pidiendo su protección poniéndonos bajo su manto sagrado con las oraciones que recemos en su honor. Que las 9 de cada noche, la hora de San José, sea practicada y vivida en nuestros hogares, como Jesús nos pidió, pues podemos obtener grandes gracias para nosotros, para la Santa Iglesia y para el mundo. Podemos rezar el rosario de San José o meditar sus siete penas y alegrías de forma breve con 1 Padrenuestro, 1 Ave José y 1 Gloria, o rezar su Sagrado Manto o las oraciones y consagraciones que Jesús y la Virgen nos enseñaron en honor de San José y de su Corazón castísimo. Lo importante es que demos el primer paso y perseveremos en este camino de oración y fe.