Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil
lunes, 30 de marzo de 2020
Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡Paz a tu corazón!
Hijo mío, reza mucho y hazte rezar, porque la oración puede cambiarlo todo en el mundo. Un corazón lleno de fe y confianza en Dios lo obtiene todo de su Amor Divino.
Reza por el Pastor, el Gran Pastor. Pronto, Dios aceptará su sacrificio final por el bien de la Santa Iglesia y de las ovejas. Como os dijo mi Hijo Jesús: el Buen Pastor es el que da su vida por las ovejas. Tres santos interceden ante el Trono de mi Hijo, apoyando al Pastor en su sacrificio: Santa Gema Galgani, Santa Catalina de Siena y Santa Verónica Giuliani. Estas tres santas tienen, por orden divina, por petición mía y de San José ante el Señor, un papel importante en estos tiempos difíciles y dolorosos.
Que todos pidan su intercesión y Dios dará pronto a la humanidad otra oportunidad y vuestras lágrimas de dolor, hijos míos, se cambiarán por lágrimas de alegría. Rezad y confiad. Yo os bendigo.
Cuando la Virgen dijo la parte del mensaje: el buen Pastor es el que da su vida por las ovejas, oí decir al mismo tiempo las palabras «el verdadero pastor». También comprendí que los tres santos que mencionó en el mensaje, tres santos italianos, interceden por la Santa Madre Iglesia, que se encuentra en Italia y en otras partes del mundo. Estos santos son el modelo para cada uno de nosotros, porque supieron meditar y honrar la pasión de Jesús, hasta el punto de sufrirla en sus vidas, recibiendo en sus cuerpos, unidos al amor de Jesús, los estigmas de la pasión, para ayudar al Señor a reparar los pecados cometidos en la Santa Iglesia y en el mundo, y hoy, están al lado del gran pastor, que se ofreció a Dios por la salvación de la Santa Iglesia y de la humanidad de este virus mortal, ayudándole en su sacrificio final, como víctima de expiación, aceptada por Dios. Todos nosotros, unidos a él, ofrezcamos nuestras oraciones, sacrificios y penitencias, ofreciendo al Padre Eterno, los méritos del Cordero Inmaculado, en expiación por nuestros pecados y los del mundo entero, porque en la situación actual que atravesamos, sólo tenemos la palabra de Dios en nuestros corazones, la cruz y el Rosario en nuestras manos, como medios para ofrecer reparación por los pecados del mundo e implorar el perdón y la misericordia para todos del Corazón de Jesús.
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