Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil
sábado, 2 de mayo de 2020
Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber - Fiesta de la Reina del Rosario y de la Paz

¡Paz a tu corazón!
Hijo mío, yo tu Madre, la Reina del Rosario y de la Paz, vengo del cielo llevando en mis brazos a Aquel que es la Vida y la Paz, Aquel que es el Vencedor de la muerte y de todo pecado, Aquel que es, que era y que viene.
Confiad en el amor de mi Divino Hijo. Su amor cura vuestras almas, vuestros corazones y vuestros cuerpos. Dios Padre está con vosotros y, a través de mi Hijo Jesús, os bendice, dándoos Su amor y Su gracia, mediante la acción del Espíritu Santo.
Hijo mío, di a mis hijos que no teman al mal de su tiempo, ni a la muerte. Quien esté unido al amor de mi Hijo no debe temer nada.
Mi Hijo Jesús está vivo y resucitado, y su reino glorioso es una realidad presente, viva y verdadera en la vida de todos los que creen en sus palabras divinas y eternas. Dios nunca los abandona.
Yo soy la Madre del Camino Verdadero.
Soy la Madre de la Verdad.
Soy la Madre de la Vida Eterna.
Y este Camino, esta Verdad y esta Vida quiero dar a cada uno de mis hijos que confían en mi intercesión maternal y que han abierto su corazón a Dios, en este día dedicado a mí.
El Señor los ha liberado de la esclavitud y del pecado. Ya no quieren vivir en pecado, alejados de su amor, para no caer en manos humanas y ser prisioneros de hombres malvados y desalmados dentro de sus propios hogares.
Intensificad vuestras oraciones, ayunos y reparaciones, suplicando el perdón del Señor y la ayuda divina, y Dios actuará, haciendo que los hombres dirigidos por Satanás sean desenmascarados y destronados, cayendo al suelo y quedando atrapados en sus propias trampas. Si los ministros de Dios no actúan pronto y permanecen ciegos y sordos a las llamadas del Señor, llegará el día en que muchos de ellos tendrán las manos y los pies atados, y junto con sus fieles serán conducidos al cruel martirio.
Éste es el momento de que tengan la fuerza y la fe de los mártires que no retrocedieron ni tuvieron miedo ante la cruz, ni ante los grandes peligros, ni ante la muerte.
Este es el tiempo de los mártires de la fe y del amor a mi Hijo, el verdadero Esposo de sus almas, Aquel que enjugará sus lágrimas y que les dará un vestido nuevo, y en su reino divino ya no habrá llanto ni lágrimas ni muerte, porque Él hará nuevas todas las cosas.
El Señor concederá una gracia a todos aquellos que se hayan preparado dignamente y nunca hayan dudado de mi presencia maternal, sino que hayan acogido y vivido con amor mis mensajes. Por petición mía, ante su Trono, antes de que tengan lugar los grandes castigos sobre el mundo, muchos de mis hijos devotos serán alejados de este mundo y serán transformados, en un abrir y cerrar de ojos, y estarán unidos a Él para siempre en su reino de amor y en su gloria. Haced de este tiempo vuestro retiro de oración, de silencio, de meditación, de examen de conciencia sincero y profundo, corrigiendo vuestros pecados y cambiando vuestros corazones en el amor de mi Hijo.
La Bestia y el Falso Profeta ya se comunican y actúan entre ellos, pero un día, por el poder de Dios, serán destruidos y arrojados al lago de fuego, donde serán atormentados noche y día, por toda la eternidad, según las Escrituras. Todas sus malas acciones y todos los que hayan seguido sus errores, ultrajando el Santo Nombre del Señor, despreciando su divinidad, luchando contra su Santa Iglesia, serán devorados por el fuego que descenderá del cielo y desaparecerá para siempre de la faz de la tierra.
Enseña a tus hermanos a ser fieles a Dios, a permanecer siempre unidos a su amor divino, a buscar refugio bajo sus alas, porque sólo el Señor puede servir para cada uno de ellos en el día de su grande y santa ira.
Dios es Santo, hijo mío, y te pide santidad y respeto por sus obras y por su Divina Majestad.
La Justicia de Dios es Santa y esta Justicia os juzgará, buscando obras de amor en vuestras vidas, en cada acto realizado en este mundo, y el día en que cada uno sea juzgado por la Justicia, podrá encontrar vuestras acciones llenas de la voluntad y del amor divinos; sólo entonces la Justicia se desarmará y dará paso a la misericordia.
Amad, amad, amad y vivid en el amor y por el amor seréis juzgados y en su reino entraréis. Te bendigo, como a toda la humanidad, unida a mi Divino Hijo, el amor de sus vidas: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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