domingo, 2 de agosto de 1998

Mensaje de Nuestra Señora

Queridos hijos, les agradezco a todos ustedes quienes han venido hoy a ofrecerme esta oración del Rosario, que confío con toda la Alegría de Mi Corazón a DIOS.

Quiero decirles, queridos hijos, ¡los Amo!!! ¡los amo mucho!!! y en la medida en que dependa de Mí, hasta el último momento que pueda, estaré a su lado para ayudarles, para fortalecerlos. para animarlos y no dejarles caer, sino continuar siempre adelante. siempre hacia DIOS!

Estoy con ustedes, y aunque sus muchos sufrimientos quieran separarlos de Mí, estoy con ustedes. ¡Confíen en Mi Inmaculado Corazón! Si creen que Mi Corazón es y siempre será su hogar, la esperanza, de la cual brota la alegría, nunca abandonará su corazón.

Vivan todo el día pensando y sintiendo de esta manera: "María es mi Madre, ¡y su Corazón es mi hogar por derecho de Misericordia!

Yo, queridos hijos, estoy con ustedes y los protejo de todo mal con Mi Manto. Muchos de ustedes a veces caen en la tentación de dudar de Mis Apariciones aquí, porque aún no han comprendido realmente la razón de Mi venida a este lugar.

Vine aquí para pedir más que solo un Rosario al día, más que solo ayuno, más que solo prácticas devocionales. He venido a pedirles conversión y santidad de vida!

Hasta que entiendan que he venido aquí para santificarlos, nunca producirán los Frutos de Mis Mensajes.

No vine aquí solo para hablar, sino vine aquí para educar, para formar, para hacer crecer en santidad a aquellos que son Míos.

Si fuera solo para transmitir los Mensajes, haría solo una, dos o diez Apariciones en el primer año, y me iría de nuevo, aunque. para el Cielo. Pero, si permanezco aquí durante tantos años, Mis hijos, es porque quiero guiarlos por el camino de la santidad. ¿Aún no han comprendido esto?

Pongan en sus corazones y en sus mentes que vine aquí para hacerlos santos! Esta es la razón por la que me he aferrado a ustedes todos estos años.

Repito y repito y repito una y otra vez las mismas peticiones y mensajes, porque no avanzan por el camino de la santidad. No quieren crecer, no quieren ascender en santidad. (pausa) Quieren poco. quieren nada. y es por eso que Mi Corazón se siente torturado con angustia...

Todo lo que se ha enseñado, y aún se está enseñando hoy, debe ser escuchado y oído, debe ser comprendido y tomado como ORDEN, ORDEN del Cielo!!! Que ustedes, Mis hijos, escuchen con amor Mi llamada.

Además de dar los Mensajes al mundo, vengo aquí para hacer santos a aquellos que son Míos en este mundo.

Mi Misión no estará completa hasta que alcancen al menos el grado mínimo que prometí a Mi Hijo Jesús.

Los bendigo con AMOR, en el Nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.

Estén en la Paz del Señor."