Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil

 

domingo, 25 de abril de 2021

Mensaje de Nuestra Señora Reina y Mensajera de la Paz, San Marcos Evangelista y San Marcos Ermitaño, comunicado al vidente Marcos Tadeu Teixeira

¡Tu nombre está escrito más allá de las estrellas!

 

Día De San Marcos Evangelista Y De Nuestra Señora De Genazzano

(Marcos): «¡Alabados seáis por siempre, Jesús, María y José!

Sí, mi Reina, lo haré.

Sí, lo haré, Madre mía.

Haré todo lo posible por hacerlo, Madre.

Sí, estoy muy contenta, sobre todo porque hoy tengo nuevos visitantes....

¿Quiénes son?

Mensaje de la Virgen

«Querido hijo Marcos, ¡felicidades por tu onomástica! Hoy recibes grandes gracias del Cielo. Alégrate, querido hijo mío, porque tu nombre está escrito más allá de las estrellas, está escrito en mi corazón y en el corazón de mi Hijo Jesús y nosotros, con gran amor, te bendecimos hoy con una gran lluvia de gracias.

Sí, el día en que naciste todos los Ángeles del Cielo contemplaron extasiados tu llegada a este mundo, porque a través de ti, a través de tu vida, finalmente se realizaría mi plan de amor y verdaderamente mi Llama de Amor estallaría poderosamente sobre la humanidad, sobre esta generación en estos tiempos finales para salvar a todos mis hijos y conducirlos al Triunfo de mi Corazón Inmaculado.

Sí, los Ángeles cantaron y vibraron, exultaron de alegría ante tu llegada. Todo el Infierno se estremeció, vociferó furiosamente, y los demonios quedaron aterrorizados y paralizados, sobrecogidos, por un nuevo poder de gracia del Cielo que no podían comprender en absoluto, pero que sentían que amenazaba verdaderamente su poder sobre tantas almas y tantas naciones.

Has de saber, querido hijo Marcos, que el demonio durante mucho tiempo trató de desentrañar, de conocer el misterio de tan gran nuevo acontecimiento. Buscó saber quién era el niño nacido que amenazaba su imperio. Y tras muchas investigaciones durante años, finalmente supo que eras tú.

Así que, con gran odio, intentó quitarte la vida, incluso utilizando para ello a tu padre biológico, que casi, casi llevó a cabo realmente los planes de Satanás. Lo intentó muchas, muchas veces contra tu vida, pero yo siempre te he defendido, incluso antes de que empezaran mis Apariciones a ti, y mi protección siempre continuará en tu vida mientras siempre me sirvas, mientras siempre seas mi hijo, siempre seré tu madre, tu guardia, tu protectora, tu reina, tu defensa.

Por eso, debes saber cuánto te odia el demonio y cuánto ha intentado siempre atentar, quitarte incluso la vida para impedir que mi plan maternal se realice a través de ti en el mundo, en esta generación, en la vida de mis hijos para la salvación de todos ellos. Pero no temas nada, porque igual que el demonio no puede dañarte antes, ni ahora, nunca podrá hacerlo, porque yo siempre estaré a tu lado y siempre te defenderé.

Sí, sois míos, todos sois míos, y a través de vosotros haré triunfar mi Llama de Amor en los corazones de mis hijos, en los pueblos y en las naciones.

Esta generación se ha vuelto peor que la generación del diluvio y que la de Sodoma y Gomorra, por eso he bajado con todo mi poder aquí en Jacareí, y en tu persona, en tu palabra, en los rosarios(1) y rosarios meditados(2) hechos por ti, en las películas y en las horas de oración, Yo muestro todo el poder de mi Corazón Inmaculado y derramo mi Llama de Amor luminosa y resplandeciente en el alma y en la vida de todos mis hijos para iluminarlos, guiarlos, salvarlos, arrancarlos de las garras de Satanás y de las tinieblas del pecado, y conducirlos por el camino de la salvación que es el camino de la renuncia, de la oración, del sacrificio y de la penitencia.

Sí, y seguiré iluminando la vida de todos mis hijos a través de ti, y todo el que esté unido a ti permanecerá en la luz y será también hijo de la luz. Así pues, ¡adelante, hija mía! ¡No tengas miedo!

Sí, tu nombre está escrito más allá de las estrellas, allá en mi Corazón Inmaculado, en el Corazón de mi Hijo y en nuestros tronos de amor. ¡Y con cada latido de nuestros corazones tu nombre resuena en el Cielo con gran amor y todos los Ángeles y Santos rezan por ti!

Así pues, ¡no temas! Todo el Cielo está contigo. Sí, aquí muestro verdaderamente todo el poder de mi gracia a través de ti. Es verdad lo que ha dicho mi hija la Madre Inés del Sagrario: nunca, nunca ha habido tanto amor a Dios, a mí y a mi Rosario tan bien meditado y grabado por vosotros, con vuestro amor. ¡Nunca lo ha habido y nunca lo habrá! Nunca ha habido tanto amor por mi Rosario como el tuyo que lo reza en forma de mil Avemarías, tan lleno de amor, incluso agotado por la fatiga, el cansancio, por las noches pasadas de dolor y sacrificio.

Sí, no hay amor como el tuyo, ni lo habrá jamás. Por eso, a través de vosotras, ¡triunfará mi Corazón Inmaculado! Y toda alma de buena voluntad y elegida para el Cielo, toda alma que tenga en sí misma un carácter bueno, lo reconocerá. Sólo las almas que tengan mala voluntad o mal carácter no lo reconocerán. Por tanto, alégrate, hijo mío, porque los buenos te seguirán, te seguirán fielmente por el camino de la oración y de la santidad, ¡y no te abandonarán!

Alégrate, porque los elegidos serán conocidos por esto: ¡por la fidelidad y la perseverancia! El amor fiel y perseverante. Y ahora, yo y más los dos Santos de mi nombre os bendecimos y os decimos:

Persevera, persevera en el amor del Señor, persevera en el camino de la santidad, persevera en mi gracia, ¡y no desmayes nunca!

Rezad el Rosario todos los días, porque con él todos os convertiréis en grandes santos y tendréis la fuerza interior para vencer a vuestro propio yo corrompido, a las tentaciones y al mundo.

Os bendigo, y bendigo también a vuestro padre espiritual, el padre que os di. A él le digo

Hijo mío Carlos Tadeo, alégrate tú también, porque a ti te he dado lo mejor de lo mejor, te he dado el hijo más amoroso, el más lleno de amor a Dios, el más lleno de amor a mí, el más lleno de amor a mi Rosario por él tan bien meditado cada misterio.

A ti te di lo mejor de lo mejor, te di un hijo en el que manifesté signos que no manifesté ni a los hijos más santos que ha habido en este mundo, para mostrarte cuánto te amo y para ti preparé, reservé y di lo mejor de lo mejor de mis servidores, de mis videntes.

Cuanto más unidos estéis a él, cuanto más confiéis y os entreguéis dulcemente en sus brazos, mayores gracias y beneficios recibiréis de mi corazón. Y cuanto más se entregue mi hijo Marcos con mayor confianza también en tus brazos, más sentirá mi amor, el amor de mi Señor que le cura de todas las heridas que mi enemigo a través de las personas le infligió. Y así, los dos, curados, fortalecidos y enriquecidos por mi amor y mi gracia seguiréis adelante, o más bien volaréis incólumes, inalcanzables en el cielo de la santidad hacia el Cielo. Yo, nosotros, os bendigo ahora: desde Fátima, desde Pontmain y desde Jacareí».

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Mensaje de San Marcos Evangelista

«Amado Marcos, yo, Marcos Evangelista, vengo hoy a ti para decirte:

¡Te amo y nunca te dejo solo! Estoy contigo en todo momento, especialmente en los momentos de sufrimiento, para ayudarte, para sostenerte, para ayudarte, para fortalecerte y para animarte.

No apartes nunca los ojos de la estrella de nuestra Reina, María Santísima, para que siempre tengas fuerzas para llegar hasta el final.

Vuela, vuela águila real de la Madre de Dios, mantente firme, firme como un guerrero. Nuestro nombre significa guerrero. Guerrero debes ser, luchando cada día más por la Madre de Dios y por la salvación de las almas sin cansarte, sin desanimarte.

Tendrás muchas heridas en esta guerra que Ella libra contra el enemigo, pero Ella siempre estará a tu lado para cerrar tus heridas, y por eso también te dio este ángel de la guarda, este enfermero amoroso que es tu padre espiritual. Él cerrará tus heridas con amor, siempre con la palabra, con el afecto, con la amistad, la confianza y la intimidad, y así tendrás la fuerza para seguir adelante sin desanimarte nunca.

Guerrero debes ser cada día de tu vida, incluso cuando los soldados traicionen a nuestro comandante, abandonen la lucha o incluso te disparen por la espalda. Guerrero debes ser, levantándote como Juana de Arco alcanzada por la flecha y reanudando la batalla, debes avanzar firmemente hasta la victoria final.

Guerrera debes ser, e incluso sangrando, herida por los traidores, debes luchar hasta el final, blandiendo la espada de la fe, del amor, de la perseverancia, y con tu palabra, tu ejemplo y tu amor, debes encender a otras almas con la llama de amor de nuestra Reina, para sacarlas de su languidez, de su tibieza, de su pereza, de su timidez espiritual, y transformar a todas las almas también en guerreras, en otras «Marcas», guerreras ardientes de amor para luchar por nuestra Reina. Guerreros completamente muertos a sí mismos y a su propia voluntad, totalmente olvidados de sí mismos y del mundo, sin deseos terrenales, y que tengan sus pensamientos y sus ojos fijos únicamente en la Madre de Dios y en la misión a cumplir.

Así debéis ser vosotros y así debéis exigir que sean todos, para que entonces, luchando como soldados firmes y fervorosos, intrépidos y valientes, el ejército de la Virgen avance cada día más conquistando y salvando almas para el Cielo.

¡Avanzad! Llamadme en cada momento de necesidad y vendré a ayudaros y, como un león enfurecido defiende a su cachorro, os defenderé de todo y de todos los que os hagan daño.

Pídeme, pídeme todas las gracias que quieras a través de los Rosarios enseñados(1), del Rosario(2), o incluso haciendo rosarios en mi honor, y vendré, vendré a ti, te defenderé y te salvaré siempre.

¡Adelante, guerrero! Convierte el mundo entero en un ejército de amor, fervor y santidad de nuestra Santísima Reina.

Ahora te bendigo con amor».

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Mensaje de San Marcos el Ermitaño

«Amado Marcos, yo, Marcos el Ermitaño, vengo de nuevo a decirte:

Te amo, te amo. Te amo con todo mi corazón. Ya vine a ti una de las noches en que sufrías terriblemente los dolores de cabeza por aquella pequeña alma en particular, por tu padre Carlos Tadeo y por otras almas. No te dije nada, pero estuve allí con nuestra Bendita Reina, como tú misma lo viste, y hoy vengo a bendecirte y a decírtelo: ¡Te amo! Y debéis seguirme por el camino de la santidad, del amor, de la oración y de la penitencia.

Viví en el desierto, alejado del mundo, para preservarme de toda contaminación de las cosas mundanas y vivir sólo para Dios, sólo en Dios, con el corazón y la mente ocupados únicamente en el Señor. Y así tú también debes seguir viviendo como hasta hoy.

Así pues, ¡en el desierto junto conmigo debéis vivir!

En el desierto conmigo debes vivir, rezando las Mil Avemarías cada día como has estado haciendo, lejos del mundo, lejos del ajetreo de las criaturas y de toda contaminación con sus pecados, con los pecados de esta generación perversa.

En el desierto conmigo debes vivir siempre, en la meditación, en la lectura espiritual, en el amor y la alabanza al Señor, lejos de todo comercio con las criaturas de esta generación perdida y pervertida, para que tu alma permanezca siempre encendida con la llama del amor de la Madre de Dios, siempre iluminada por la gracia y el amor del Señor y llena de los dones del Espíritu Santo.

En el desierto conmigo debes vivir siempre, buscando más la convivencia y la compañía de los Ángeles y de los nuestros, los Santos, que la de los mundanos, para que permanezcas más ángel que hombre, más celestial que terrestre, para que entonces la Santísima Trinidad realice en ti con nuestra Santísima Reina, todos sus divinos planes de amor y encuentre en ti siempre, su complacencia, su predilección, su placer.

En el desierto conmigo debéis vivir siempre, buscando sólo lo celestial, para que vuestro rostro refleje siempre, vuestra vida refleje siempre la mística llama de amor de la Madre de Dios para iluminar las tinieblas de estos tiempos de tanto mal y perdición.

Te quiero mucho y estoy siempre contigo. Haz, haz un rosario de aspiraciones en mi honor y difúndelo a todos, para que rezándome así, puedan alcanzar también las grandes gracias que con mis méritos puedo alcanzarles del Señor.

Te quiero mucho, Marcos, ¡nunca te dejaré! Siempre estaré a tu lado. Cuando estés cansado de la lucha por salvar almas, cuando te traicionen aquellas personas a las que más has amado, a las que has alimentado, vestido, aconsejado, cuidado cuando estaban enfermas, a las que has enseñado, y te sientas aplastado como un grano de trigo, ¡llámame! Vendré a ti, te daré descanso, te daré alivio, te daré el amor, el afecto de un verdadero amigo. Siempre seré tu refugio y tu apoyo.

Estaré siempre a tu lado para sostenerte siempre, para comprenderte siempre, para consolarte siempre, para no condenarte nunca. Estaré a tu lado y seré tu fuerza. Seré tu ángel consolador.

A ti, y también a tu padre espiritual, bendigo con amor ahora. A él, nuestro amadísimo Carlos Tadeu, le digo:

Yo también soy tu protector. No sólo soy el protector de tu hijo, sino también el tuyo. Lo amo tanto, lo quiero tanto, tanto, tanto. Yo también estaré a tu lado, amado Carlos, para consolarte, para apoyarte en los momentos difíciles. Agradece continuamente al Cielo la gran gracia que te ha concedido, al darte como hijo al que más ama a Dios, al que más ama a la Madre de Dios, al Santísimo Rosario, en esta generación.

Sí, por los grandes méritos que tiene este hijo, tú que eres su consorte, recibirás tantas gracias, tantos beneficios, tantos bienes celestiales del Señor.

Sí, el Señor y la Madre de Dios te han mirado con tanto amor, con tanta predilección, que te han dado por hijo a éste que ha realizado las obras de amor más extraordinarias, en un esfuerzo verdaderamente sobrehumano, y tú, como padre, eres digno de recibir todas las gracias que proceden de los méritos de este hijo.

Y cuanto más crezca en méritos de obras de amor ante el Señor, más recibirás y serás embellecido, purificado, iluminado, santificado y perfumado con las gracias del Cielo.

A ti te dio la Madre de Dios a quien el infierno intentó quitar la vida para impedir que se realizara el plan divino, ¡pero triunfó el Cielo! Y gracias a esto también vosotros, no sólo la humanidad, sino también vosotros habéis recibido la bendición de este gran tesoro, así que honrad este tesoro, amad este tesoro y no lo perdáis por nada, no lo cambiéis por nada, y así también vosotros recibiréis los grandes tesoros de gracias que la Madre de Dios, nuestra Santísima Reina, y nosotros de todo el Cielo tenemos aquí para daros, para regalaros.

A vosotros y a todos mis hermanos aquí presentes, a quienes tanto amo, guardo y protejo, os bendigo ahora con amor.»

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NUESTRA SEÑORA DESPUÉS DE TOCAR LOS ROSARIOS

(María Santísima): «Como ya he dicho, allí donde llegue uno de estos rosarios, allí iré viva con mis dos hijos Marcos, San Marcos, llevando las grandes gracias del Señor.

Hijo mío Marcos, hoy te concedo una nueva gracia. Recibes ahora el poder de bendecir a todos con la bendición de San Marcos Evangelista y también Ermitaño. Al imponer tus manos sobre las cabezas de todas las personas y pedir esta bendición para ellas, se realizarán grandes gracias. También puedes bendecir a distancia a las personas que amas, transmitiendo mi bendición especial y la bendición de los dos santos con tu mirada, con tu corazón.

Adelante, hijo mío, lleva la bendición del Cielo a tantos hijos míos que están tan necesitados de curación, de gracia y de fuerza para superar las tribulaciones y vencer en la lucha.

Adelante mi guerrero, la mayoría de las batallas ya las has ganado, sólo quedan unas pocas para mi gran victoria. Avanza, guerrero mío, hacia la victoria y la gran corona de vencedor que te espera».

Enlace de vídeo: https://youtu.be/XPGnEaVCJnQ

(1) 7 Rosarios enseñados por Nuestra Señora de Jacarei

(2) El Santo Rosario Meditado

Orígenes:

➥ MensageiraDaPaz.org

➥ www.AvisosDoCeu.com.br

➥ www.AparicoesDeJacarei.com.br

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