Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
viernes, 23 de julio de 2021
Mensaje de Nuestra Señora Reina y Mensajera de la Paz comunicado al vidente Marcos Tadeu Teixeira
Llevo tantos siglos esperando que saques del olvido mi Escapulario Azul

(Marcos Tadeu:) «Sí, lo haré...».
«Ya se ha iniciado y continuaré...»
«¡Yo también lo haré, querida Madre!»
Mensaje de Nuestra Señora Reina y Mensajera de la Paz
«Mi amado hijo Marcos, he esperado, esperado durante tantos siglos, que sacaras mi Escapulario Azul del desprecio y del olvido de la humanidad.
Sí, este Escapulario, don de mi Corazón al mundo entero y fuente de tantas gracias para mis hijos, ha caído en el olvido y en el desprecio absoluto de la humanidad. Pero, gracias a vosotros, ahora ha sido sacado del olvido y del desprecio del mundo y mis hijos pueden por fin llevarlo y, a través de él, realizar las promesas que hice por medio de mi hija Úrsula Benincasa.
Sí, mientras tantos de mis hijos no se preocuparon por este Escapulario, no lo cuidaron, no lo buscaron, tú amaste este Escapulario y dedicaste toda tu vida a darlo a conocer y a que todos mis hijos lo amaran y así, al hacerlo y dárselo, les diste tantas y tantas gracias que a través de mi Escapulario Azul puedo derramar sobre ellos.
Sí, por todo esto, hija mía, alégrate, porque el mérito es tuyo, ¡totalmente tuyo! Y cuantos hijos lleven este Escapulario, tantas serán las coronas de gloria que os daré en el Cielo. Y también, tantas como serán las lluvias de gracia que derramaré siempre sobre vosotros y sobre todos aquellos a quienes amáis, especialmente sobre vuestro padre Carlos Tadeo, por quien hoy me habéis pedido especialmente.
Sí, te he esperado durante más de 30 años, para que nacieras y recibieras todos los mensajes que mi Hijo Jesús y yo dimos a nuestra hija Consolata Betrone. Sí, esos mensajes caídos en el total olvido y desprecio de la humanidad, ahora por fin son conocidos por todos mis hijos.
Se conoce y se reza el Rosario del Amor, el acto de amor: ¡"¡Jesús, María, os amo, salvad a las almas! » es rezado incesantemente por tantos hijos míos, y no sólo puedo derramar sobre ellos copiosas gracias, sino que puedo hacerles crecer en la pequeñez espiritual que deseo de todos ellos, para que, finalmente, nuestros Dos Corazones puedan reinar en todos mis hijos, mediante la confianza y la entrega total, la docilidad, a nuestro amor!
¡Y todo esto gracias a ti, mi amado hijo! Por tanto, no dejes que nada ni nadie te quite la alegría, nunca, porque el mérito de todo esto es tuyo. Y por estos méritos, hoy te doy a ti, mi rayo de luz, 89 bendiciones especiales, y a tu padre Carlos Tadeu le doy 379 bendiciones especiales que recibirá siempre el segundo sábado de cada mes, durante todo este año. Sí, y en el aniversario de su consagración a mí y a mi Hijo Jesús como almita, que ocurrió el 16 de febrero de 1994, recibirá particularmente 300 mil bendiciones especiales. Y cada uno de sus hijos espirituales, sus postulantes, y aquellos también que indiquéis, recibirán el mismo día, igualmente, mil bendiciones de mi Corazón y del Corazón de mi Hijo Jesús, en la misma fecha.
Así, rayo de luz mío, te recompenso abundantemente a ti y a todos mis hijos a quienes amas, derramando sobre vosotros las copiosas gracias de nuestros Corazones.
Sigue, sigue difundiendo la Hora del Sagrado Corazón de mi Hijo Jesús, que tanto consuela, y sigue difundiendo todos los mensajes que dimos a nuestra hija Consolata y el Rosario de amor a todos, a todos nuestros hijos.
Seguid difundiendo también el Escapulario de la Pasión. Hoy, sobre todos los que lo llevan, desciende la gracia del perdón de todas las faltas.
Os bendigo a todos, y especialmente a ti, mi querido hijo André.
Gracias por haber venido, gracias por estar aquí. Gracias porque consoláis mucho mi Corazón. Las espinas que el mundo talla en mi Corazón ya han empezado a salir gracias a tu venida. Gracias por venir a darme lo que más deseo de mis hijos: ¡amor!
Gracias por venir también a dar a mi hijo Marcos: amor, amistad, comprensión y curación, curación a través de tu amor, a través de tu amistad.
Sí, a través de ti, el Señor curará a mi hijo Marcos de tantas heridas causadas por tantas traiciones de tantas almas ingratas que, aún habiendo sido tan ayudadas y beneficiadas por él, pagaron todo con ingratitud. A través de ti, esta gracia descenderá y sanará su corazón. ¡Gracias por ello! Gracias por ser también mi hijo consolador que da tanta alegría a mi Corazón cada día, y especialmente cuando estás aquí.
Sí, con tu ayuda, mi hijo Marcos hará grandes cosas y con su ayuda, tú también harás grandes cosas y serás una fuerza, una fortaleza que me servirá a Mí y a Mis planes para la salvación de muchas almas.
Te bendigo a ti y a toda tu familia y a todos mis hijos aquí presentes, y especialmente a ti también, hijo mío Carlos Tadeu.
A ti te di como hijo, el hijo que esperé durante tanto tiempo, para quitar todas mis apariencias, las apariencias de mi Hijo del pasado. Y este hijo, con tanto amor y generosidad, me dio el sí y siguió mansamente todos mis mandatos. Dedicó su vida a mí, a sacar todo esto del olvido y de la ocultación, mientras todos los demás sólo buscaban la satisfacción de sus deseos personales, entretenimientos y placeres, y este niño dio ahora el acto de amor y todos nuestros mensajes para darlos a conocer a todos nuestros hijos. Y cuanto más aumenten sus méritos, más aumentarán también las gracias que te daré a ti, que eres la consorte de mi rayo de luz.
Alégrate, porque a ti te he dado el mejor de los hijos, el mejor que he elegido para mí, y que también te he dado para mostrarte cuánto, cuánto eres amada por mí, cuán preciosa eres para mí, y por eso te he dado mi rayo de luz, mi precioso tesoro, para que también sea tuyo. Y a través de él te llegarán todas las gracias de mi Corazón.
Cuanto más te unas a él, más asimilarás su amor y te convertirás con él en una llama de amor incesante.
Y lo mismo te digo a ti, hijo mío André: cuanto más te unas a mi hijo Marcos, más llama de amor serás. Y un día, así como todos, todos mirarán a mi hija Faustina, para comprender la misericordia de Dios y convertirse en almas confiadas en la misericordia de Dios, así un día todos mirarán a mi hijo Marcos, para convertirse en llamas incesantes de amor a mi Corazón y al Corazón de mi Hijo Jesús.
Os pido a todos que sigáis rezando mi Rosario todos los días.
Os bendigo a todos: desde Lourdes, desde Turín y desde Jacareí.
Paz!»
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