Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
lunes, 3 de junio de 2024
Aparición y Mensaje del Espíritu Santo y de Nuestra Señora Reina y Mensajera de la Paz el 19 de mayo de 2024 - Fiesta de Pentecostés y de Santa Rita de Casia
Quien No Se Deje Formar y Educar por María No Me Recibirá en el Segundo Pentecostés
Jacareí, 19 de Mayo de 2024
Fiesta De Pentecostés Y De Santa Rita De Casia
Mensaje Del Divino Espíritu Santo Y De Nuestra Señora Reina Y Mensajera De Paz
Comunicado Al Vidente Marcos Tadeu Teixeira
En Las Apariciones En Jacareí Sp Brasil
(Espíritu Santo): «Mis almas elegidas, Yo, el Espíritu Santo, vengo hoy en el día de Mi Fiesta para deciros a todos: ¡Yo soy el Amor! Soy el Amor en acto puro, he amado desde toda la eternidad y amaré siempre a las almas que he creado.
Sí, junto con el Padre y el Hijo, os he creado a todos vosotros. Sois Mi semilla, vuestro espíritu vino de Mí, procede de Mí y debe volver a Mí. No lo arruines todo con el pecado, no arruines la obra de amor que creé para salvaros a todos.
¡Vuelve a Mí! Igual que un río fluye hacia el mar y se adentra en él, mezclando sus aguas con las suyas, vuelve a Mí, vive en Mí. Para que un día, cuando abandones este valle de lágrimas, puedas volver a Mí y sumergirte en la trascendencia divina de Mi amor en el cielo.
Soy tu Dios, soy Amor y lo único que quiero y deseo de ti es Amor. Vive en Mi amor y Yo viviré en ti. Vive en Mí y Yo habitaré en ti. Soy el río del amor, soy un manantial puro, soy un jardín fragante para las almas que he elegido y amado.
Sí, nunca he dejado de buscaros a todos vosotros, hijos Míos. Hace muchos años que os busco y lo he hecho todo con María, Mi templo, Mi catedral, Mi jardín sellado, Mi castísima y mística esposa.
He hecho todo con Ella para poder encontraros a cada uno de vosotros y atraeros a cada uno de vosotros a este lugar, para llenar vuestros corazones de paz, de gracia, de santidad y de amor divino.
Abrid vuestros corazones a Mi amor, para que pueda entrar y obrar en vosotros sus grandes maravillas. ¿Cómo os encontré? ¿Cómo os encontré a cada uno de vosotros? Como desiertos secos y áridos, muertos y sin vida.
He intentado derramar el rocío de Mi gracia sobre este desierto, pero cuántos de vosotros, hijos Míos, os habéis resistido a la efusión de Mi amor sobre vosotros. Cuántos siguen aferrados a sus pecados mezquinos y por eso no puedo actuar. Cuántos siguen aferrados a su propia voluntad y por eso no puedo actuar en vosotros, no puedo actuar.
Podría golpearte con un rayo o podría obligarte a obedecerme, pero ésa no es Mi voluntad. Quiero que Me obedezcas por amor, que Me escuches por amor y que Me sirvas por amor, no coaccionado, no forzado.
Por eso os digo: Abridme vuestros corazones, para que Yo pueda entrar, actuar y realizar poderosamente Mis obras de amor en vosotros.
Todo lo que quiero es amor y confianza. Confiad en Mi amor, dejaos guiar por Mi amor, dejaos conducir por Mí por el camino de la santidad y del amor.
Hijos míos, durante tantos años aquí os he estado enviando Mis cartas de amor, que son Mis mensajes. Pero todo lo que oigo como respuesta es un profundo silencio de indiferencia, desinterés espiritual, dureza de corazón, incredulidad y falta de fe. ¿Cuánto tiempo podré soportarlo?
El Padre ya está decidido a detener a los pecadores, hay que detenerlos porque no se detendrán por sí solos. Por eso va a enviar los mayores castigos al mundo, porque incluso después de La Salette, París, Lourdes, Fátima y todas las apariciones de María, los pecadores no se han detenido.
Los que hacen el mal no han querido detenerse, así que el Padre va a detenerlos con los grandes castigos que va a enviar. Me preocupo por cada uno de vosotros y os digo: Convertíos ahora, porque os digo que falta poco tiempo para que descienda por segunda vez.
El Segundo Pentecostés llegará al final de los grandes Castigos y de los Tres Días de Tinieblas, renovaré toda la faz de la Tierra con Mi poderoso soplo de amor. Eliminaré y barreré, quemaré, consumiré de la faz de la Tierra todo lo que se haya corrompido, todo lo que esté corrompido.
Y entonces me derramaré como una lluvia abundante, para que entonces toda la Tierra renazca en el amor, para que toda la Tierra reviva en el amor, para que el desierto vuelva a ser un verde jardín de gracia y de santidad.
Sí, me derramaré sobre todo pueblo, lengua, raza y nación. Del Norte, del Sur, del Este y del Oeste, me derramaré y traeré a Mí a las ovejas que son mías y que conocen Mi voz, reconocen Mi voz.
Y vendrán a Mí, vendrán a alabarme y bendecirme, a adorarme y glorificarme aquí en este lugar. Y proclamarán las maravillas de Mi amor y de Mi poder a todos los pueblos y naciones.
Cuando Me derrame, aquellos que han sido preparados por María para recibirme, Me recibirán con una efusión aún mayor, con la que Me derramé sobre los apóstoles preparados por María en el Primer Pentecostés.
Les concederé grandes gracias, realizaré maravillas como nunca he hecho antes en toda la historia de la humanidad y vendrá al mundo una Nueva Era de santidad, perfección y amor. Entonces seré servido, adorado y alabado por todos los hombres.
Este tiempo de preparación en el que María os está preparando para Mi Segunda Venida ya está llegando a su fin. Volved a María para que Yo pueda volver a vosotros a través de Ella.
Quien no se deje formar y educar por María, no Me recibirá en el Segundo Pentecostés.
Quien no se deje formar en la Escuela de María, como hicieron los Apóstoles en los días que precedieron a Mi descenso, no Me recibirá; al contrario, será borrado de la faz de la tierra con el demonio y sus secuaces y nunca verá Mi rostro.
Para poseerme, tienes que renunciar a todo pecado, tienes que renunciar a tu propia voluntad, tienes que renunciar a todo otro amor, porque Yo soy un Dios celoso y no desciendo, no habito, ni permanezco en las almas cuyos corazones están divididos o que aman algo distinto de Mí.
Sí Marcos, tú siempre Me has amado a lo largo de tu vida, tu corazón siempre ha sido el mío, siempre Me has preferido, y por eso Yo siempre te he preferido también.
Sí, hijo Mío, durante 33 años has sido no sólo Totus Tuus María, sino también, Totus Tuus, todo tu Espíritu Santo. Yo habito en ti como en Mi segundo trono, en Mi pequeño Cielo en la Tierra.
Cuando vengo a darte Mi mensaje, salgo de tu corazón para que puedas verme y luego vuelvo a entrar en tu espíritu, en tu corazón, donde habito y donde encuentro Mis delicias.
Sí, tus obras de amor por Mí y por María, los Rosarios meditados, las películas de Sus apariciones en las que actué poderosamente con Ella, realizando maravillas para la salvación de todos.
Las películas de las vidas de los santos, Mis templos, Mis tabernáculos vivientes donde actué poderosamente realizando toda clase de obras y virtudes, son Mis delicias.
Sí, los Rosarios meditados grabados por vosotros son Mis delicias, por eso, cuando Me los ofrecéis a través de María, ya sea para la curación, o para cualquier gracia, para cualquier persona, Yo nunca niego la gracia. Porque estas obras de amor vuestras son Mis delicias.
En vosotros he encontrado la satisfacción que deseaba de esta generación y que nunca tuve. De hecho, nunca la he tenido de muchas generaciones y de ti he recibido satisfacción, adoración, alabanza, servicio, obediencia total y completa.
Por eso no te niego nada, querido hijo mío. ¡Por eso diré sí, siempre sí, a todo lo que Me pidas que quiera y me guste!
Tú eres lo que Me atrae ahora en la Tierra, tú eres lo que Me atrae a esta generación. Si os desanimarais a causa de alguien o de algo que os hicieran, ya no habría lo que detiene al rebelde, a Mi enemigo, y ya no habría lo que Me atrae, lo que Me atrae a la Tierra.
Y así el Padre enviaría realmente Su Justicia para quemar finalmente todo lo que se ha corrompido, todo lo que se ha podrido. Soy vuestro Dios de amor y Me siento atraído por vosotros.
Allí donde resuene vuestra voz, estaré presente, obrando maravillas. Las almas que son de la verdad y que escuchan Mi voz ya te han reconocido, ya han visto las maravillas que realizo a través de tu voz, a través de tu persona.
Por eso, hijo mío, quien venga a ti, vendrá a Mí, vendrá a María, vendrá a Jesús, vendrá al Padre. Quien se aleje de ti, se alejará de María y de Mí y caerá en las tinieblas.
Adelante, hijo mío, quien se una a ti, se unirá a María y a Mí, y en él haré Mi morada y realizaré Mis mayores maravillas.
Ahora te bendigo y te digo Sigue trabajando para preparar a las almas para Mí, para Mi segundo descenso que está cerca.
Todo lo que habéis hecho, todas las obras de amor de toda vuestra vida: cenáculos, Rosarios, Rosarios meditados, películas, Horas de Oración, han preparado a las almas para Mi segundo descenso.
Seguid preparando la Tierra para que Yo pueda venir con Mi rocío divino a rociarla y a transformar este gran desierto en un verde jardín.
Un día verás todas las rosas místicas de amor que han nacido de tu esfuerzo y trabajo. Así que adelante, hijo Mío, y no te desanimes porque Yo estoy contigo y mientras Yo sea Dios no te faltarán Mi amor y Mi gracia.
Ahora te bendigo y derramo Mi paz sobre ti.
Hijo mío André, gracias por venir. Yo soy tu Dios y te he creado. Saliste de Mí y a Mí debes volver, te atraigo a Mí a través de María y de Mi hijo Marcos.
Únete cada vez más a él y te unirás cada vez más a María y a Mí.
Quiero que reces el rosario dedicado a Mí durante una hora entera los tres sábados. Tengo dones que darte y durante tres meses María te enviará un mensaje para guiarte hacia una tarea, hacia una misión que debes cumplir y llevar a cabo.
Yo os bendigo. Y os bendigo, hijos Míos, entre miles de millones de hombres os he elegido por amor, corresponded a Mi amor, vivid en Mi amor y Yo viviré en vosotros en el amor.
Os bendigo a todos: de Nazaret, de Jerusalén y de Jacareí».
(María Santísima): «¡Hijos míos, Yo soy la Madre del Segundo Pentecostés! Mi misión materna es preparar al mundo para la Segunda Venida del Espíritu Santo.
Así como María, María de Nazaret, precedió a Su hijo y precedió al Espíritu Santo en Su descenso al mundo. Ahora también, Ella, que primero fue María y ahora es la Señora de todos los Pueblos y la Mensajera de la Paz, la Mediadora de todas las gracias, debe preceder al descenso del Espíritu Santo.
He venido a preparar al mundo para el descenso del Espíritu Santo, que purificará todas las cosas con Su fuego abrasador. Vendrá a separar el trigo de la paja, a quemar la paja en un fuego que nunca se apagará.
Vendrá a purificar todo lo que esté contaminado. Ahora bien, para que un objeto esté libre de contaminación, hay que desinfectarlo, esterilizarlo a altas temperaturas.
Así también, para que este mundo esté libre del contagio de la enfermedad mortal del pecado y de la contaminación de Mi enemigo, el Espíritu Santo vendrá para purgarlo y purificarlo con Su fuego divino.
Descenderá y los justos Le verán, los pecadores serán detenidos para siempre en el gran Castigo. Y entonces, el Espíritu Santo vendrá sobre los justos que queden, será derramado sobre ellos con un poder mucho mayor que en el Primer Pentecostés.
Y entonces todos se llenarán de Sus dones y gracias, vendrá al mundo una nueva etapa, una nueva era de amor, de santidad. Y entonces, hijos míos, nunca más caerá de vuestros ojos una lágrima de dolor, sufrimiento o angustia, y nunca más veréis la tristeza del pecado en el mundo.
Sí, el pecado, que destruye todo lo que toca, será expulsado de la tierra junto con el demonio, su padre. Y entonces todos serán elevados a un altísimo grado de perfección y santidad y el mundo será un perfecto Oasis de Paz.
Así pues, hijitos, dejaos preparar y formar por Mí, para que podáis recibir al Espíritu Santo, que pronto descenderá.
Renunciad a todo pecado, a todo mal, convertíos de verdad, practicad las buenas obras para que podáis ser dignos del Espíritu Santo.
Purificaos con la Penitencia, purificaos con la Oración y con el amor a Dios, para que aquel día os vea junto a Mí, para que os entregue al Espíritu Santo, para que se derrame sobre vosotros y os renueve, transformándoos en criaturas nuevas.
Sí, quien no renazca del agua y del espíritu no entrará en el Reino de los Cielos. Quien no se deje renovar por el Espíritu Santo y no deje morir al hombre viejo y nacer el hombre nuevo, no verá al Señor, no recibirá el Espíritu Santo y no entrará en el Cielo nuevo y en la Tierra nueva.
Así pues, hijitos, convertíos, cambiad completamente de vida y vivid una vida de amor y de oración, de sacrificio y de penitencia, como preparación para el Segundo Pentecostés, que ya está a la vuelta de la esquina.
El Espíritu Santo buscará a aquellas almas en las que Yo haya plantado Mi semilla, en las almas en las que Yo las encuentre, entonces ese día se derramará con todos sus Dones y se unirá a estas almas para siempre. Pero en las almas donde no encuentre Su semilla, ¡las rechazará!
No es el que ha comenzado el que recibirá el Espíritu Santo y el premio de la corona eterna, sino el que persevere y termine la obra el que será coronado.
Así pues, hijitos, perseverad en el amor y comprended que sólo podréis recibir el Espíritu Santo viviendo en el amor divino y para el amor divino.
Así pues: ¡Rezad! ¡Rezad! ¡Rezad! Hasta que tu corazón se abra al Espíritu Santo y Él entre, trayendo Sus gracias.
Muchas veces el Espíritu Santo ha venido a vosotros, os ha dado Su amor a través de Mí y de Mis apariciones, pero luego Le habéis alejado de vuestros corazones, prefiriendo el mal, prefiriendo a nuestro enemigo.
Haciendo vuestra propia voluntad, contristasteis al Espíritu Santo, perdisteis Su gracia y Él abandonó vuestras almas. Sólo un gran amor puede atraerle de nuevo y hacer que vuelva a vosotros.
Por eso, decidíos por el Espíritu Santo, para que vuelva a vosotros y se derrame sobre vosotros con Sus gracias, produciendo Sus frutos y maravillas de amor.
Yo soy la Madre del Segundo Pentecostés, y así como preparé a los apóstoles para el primero, estoy aquí en este último cenáculo de la historia, que es este Santuario en Mis apariciones para prepararos para la venida del Espíritu Santo.
Así pues: ¡Rezad, Velad, Esperad!
Hijo mío Marcos, has sido preparado todos estos años por Mí para recibir al Espíritu Santo y pronto lo recibirás. En el Segundo Pentecostés serás dotado de tal poder y gracia del Espíritu Santo que con unas pocas palabras llevarás a millones y millones hacia Mí, hacia el Espíritu Santo, hacia Mi hijo Jesús.
Has sido preparada para Mí, has sido preparada para el Espíritu Santo, has sido preparada por Mí y ¡estás lista para el Segundo Pentecostés!
Sigue trabajando para preparar a otras almas para este Segundo Pentecostés, porque muchas almas están todavía muy lejos del nivel espiritual de preparación para recibir al Espíritu Santo.
Así que, hija Mía, lucha, trabaja duro para preparar la Tierra para la efusión del Espíritu Santo.
La hora de la efusión se acerca y cuántos desiertos hay todavía, cuántas almas desiertas y muertas hay todavía.
Ve, hijo mío, derramando el rocío de Mi gracia maternal sobre estos desiertos, a través de los rosarios, de las películas que has hecho, de los rosarios que has meditado, de tus meditaciones, que son el verdadero rocío del Espíritu Santo y el bálsamo para transformar este inmenso desierto en un verde jardín.
La tierra que es buena siempre te escuchará, recibirá el rocío que le des y la convertirá en un jardín exuberante. La tierra que es mala siempre rechazará tu rocío, pero debes sacudir el polvo de tus sandalias contra esta tierra, porque habrá más misericordia para Sodoma y Gomorra en el día del juicio que para ella.
Y sigue adelante, hijo mío, ahora debes pasar a otra fase del plan que conoces muy bien, preparar la Tierra del mundo y las naciones para recibir el reinado del Espíritu Santo, que será el reinado de Mi Corazón Inmaculado.
Daos prisa, daos prisa y preparad la Tierra para el Espíritu Santo, cuyo rumor ya se hace sentir aquí y en todas partes de la Tierra. El viento que no sabéis de dónde viene ni a dónde va, del que siempre hablé con Mi hijo Jesús al principio aquí, el rumor de este viento ya se está oyendo, está llegando.
Ahora es el momento de preparar la Tierra para ello de una vez por todas, así que, hijo Mío: ¡Trabaja! ¡Trabaja! ¡Trabaja!
Te bendigo ahora, Apóstol del Espíritu Santo, preparador, heraldo del Espíritu Santo, que has preparado el camino para el viento de lo Alto.
Te bendigo amorosamente, Viento de la Inmaculada.
Y también te digo, hijo mío André, gracias por haber venido a consolar a mi hijo Marcos. Sí, verdaderamente le consolaste y ahora quiero que hagas lo que el Espíritu Santo te ha pedido que hagas.
Y que también te prepares porque el viernes de la semana que viene te enviaré un mensaje privado. Tengo una tarea, una misión para ti y voy a prepararte para ello.
De este modo, darás gran gloria al Señor y a Mí y prestarás un gran servicio a Mi Corazón y también a este lugar.
¡Reza, confía y espera!
Te liberé, te salvé la vida hace unos días de todo lo que el enemigo había preparado para ti. La trampa del enemigo fue derrotada por Mi amor maternal y las continuas oraciones que Mi hijo Marcos ofrece fervientemente por ti cada día.
Sus sufrimientos y sacrificios te han protegido, y aunque el enemigo golpeó la jaula, no consiguió golpear al pájaro.
Sigue adelante hijo Mío, Yo siempre estaré contigo y nunca jamás dejaré de protegerte, guardarte y cuidarte.
Te bendigo, bendigo a todos Mis hijos que están aquí, persevera en tu sí y prepárate para la venida del Espíritu Santo.
Te bendigo hijo Mío Carlos Tadeu y te digo: Yo también te estoy preparando para el Segundo Pentecostés, déjate llevar en Mis brazos como lo hizo el Niño Jesús, Mi hijo Jesús.
Únete cada vez más a Mi hijo Marcos y te unirás cada vez más a Mí y al Espíritu Santo. Déjate fundir, déjate unir para que el Espíritu Santo pueda entonces comunicarse contigo con toda Su fuerza y plenitud.
Continúa con tus oraciones y, sobre todo, reza cuatro veces este mes el Rosario nº 2 de la Llama de Amor, para que Yo pueda colmarte de nuevas gracias.
Que todos recéis el Rosario meditado n. 44 tres veces y lo regaléis a dos de Mis hijos que no lo tengan.
Hijo mío Andrés, únete, fúndete cada vez más con Mi hijo Marcos y recibirás mucho más de la gracia de Mi Corazón y del Espíritu Santo.
Bendigo a Mis hijos predilectos, derramo Mi gracia sobre todos ellos: de Lourdes, de Pontmain y de Jacareí».
Nuestra Señora después de tocar los objetos santos:
«Como ya he dicho, dondequiera que llegue uno de estos objetos santos tocados por Mí y por Mi esposo José, allí estaré trayendo las grandes gracias del Señor.
Mi hijo Carlos Tadeu, Mi hijo Marcos ha ofrecido los méritos del Rosario nº 82 por ti, ahora derramo 58 gracias sobre ti, fruto de los méritos de este Rosario.
Derramo 53 gracias sobre ti, hijo Mío André, por la ofrenda del Rosario meditado n. 40 que Mi hijo Marcos te ha hecho hoy en silencio.
Y sobre los que estáis aquí, derramo ahora 39 bendiciones, fruto de los méritos del Rosario meditado núm. 27 que Mi hijo Marcos ofreció por todos.
Os bendigo a todos de nuevo y os dejo Mi Paz».
"¡Soy la Reina y Mensajera de la Paz! He venido del Cielo para traeros la paz!"
Todos los domingos hay Cenáculo de Nuestra Señora en el Santuario a las 10 de la mañana.
Información: +55 12 99701-2427
Dirección: Estrada Arlindo Alves Vieira, nº300 - Bairro Campo Grande - Jacareí-SP
Tienda Virtual de Nuestra Señora
Desde el 7 de febrero de 1991, la Santísima Madre de Jesús visita la tierra brasileña en las Apariciones de Jacareí, en el Valle del Paraíba, y transmite Sus Mensajes de Amor al mundo a través de Su elegido, Marcos Tadeu Teixeira. Estas visitas celestiales continúan hasta hoy, conoce esta bella historia que comenzó en 1991 y sigue las peticiones que el Cielo hace para nuestra salvación...
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