domingo, 7 de diciembre de 2008

Domingo, 7 de diciembre de 2008

Jesús dijo: “Mi gente, hoy están viendo a San Juan el Bautista anunciando Mi Camino en el desierto, como en la visión. En el desierto, es inusual encontrar agua, pero es el medio que San Juan usó para bautizar a aquellos que querían arrepentirse de sus pecados. El agua es necesaria para la vida en el cuerpo, y la gracia limpiadora del Bautismo es vida para el alma también. Arrepentirse del pecado y cambiar cualquier estilo de vida pecaminoso es lo que deben aceptar en su vida si desean ser uno de Mis discípulos. A medida que avanzan hacia la segunda semana del Adviento, preparen sus almas con la Confesión y la contrición por sus pecados. Sean más fervientes en sus oraciones y busquen oportunidades para ayudar más a la gente. Mientras piensan en comprar regalos para Navidad, también piensen en ayudar a los pobres en sus necesidades. Recuerden cómo Me negaron en la posada, y abran sus corazones para ayudar a la gente y saluden a todos con alegría navideña.”

Jesús dijo: “Mi gente, todos Mis refugios serán como fortalezas como un castillo donde habrá protección para Mis fieles por Mis ángeles. No importa cuánto los malvados intenten destruirlos, no tendrán éxito. Mis manantiales de agua los curarán de todas sus enfermedades. Su alimento se multiplicará para perdurar durante toda la tribulación. Sus refugios también se multiplicarán para proveer para todos. No teman este tiempo, ya que se les dirigirá cuándo venir a Mis refugios. Solo aquellos que se queden en sus hogares podrían correr el riesgo de convertirse en mártires por no venir a Mis refugios. Incluso les disminuiré el dolor, ya que se convertirán en santos instantáneos. Regocíjense cuando vean la tribulación desarrollándose porque saben que Mi venida está cerca.”