miércoles, 28 de agosto de 2019

Miércoles, 28 De Agosto De 2019

Miércoles, 28 de agosto de 2019: (San Agustín)

Jesús dijo: «Hijo mío, tu vida en la tierra es una preparación para tu próxima vida Conmigo en el cielo. Ves un árbol que crece y vibra, como tú que estás vivo pero limitado en tu cuerpo. Luego viste el árbol muerto y talado, como tu espíritu abandonará tu cuerpo cuando mueras. Pero una vez que tu cuerpo muere, tu espíritu sigue viviendo libre de los límites de esta vida. Algunas almas son enviadas al infierno por su falta de amor en sus vidas de maldad. Algunas almas son enviadas al purgatorio para ser purificadas del castigo debido por sus pecados. Sólo unas pocas almas van directamente al cielo por lo que sufrieron en la tierra. Ahora, esas almas, que son creyentes y sufrirán el purgatorio de la tribulación, tendrán la oportunidad de presenciar lo que fue para Adán y Eva en el Jardín del Edén. Experimentarán Mi Era de Paz durante una larga vida, y luego su espíritu llegará al cielo cuando mueran y sean separados de su cuerpo. Fue esta sensación de libertad en tu espíritu la que presenciaste durante un breve tiempo en tu visión. La vida Conmigo es gloriosa, y será tu recompensa por haberme sido fiel en todas tus pruebas en la tierra.»

Jesús dijo: «Hijo mío, recuerdas las palabras del Obispo Sheen cuando visitó un hospital, y dijo que en los hospitales había mucho dolor desperdiciado que podría ofrecerse por los pecadores y las almas del purgatorio. Del mismo modo, tú no quieres malgastar tu propio tiempo o dolor, cuando podrías ofrecer tus oraciones por las almas. Tienes muchas intenciones de oración, incluso en tu propia familia. Todos tenéis la misión de orar por los pecadores y convertirlos con Mi ayuda. En vuestro mundo actual, el demonio está engañando a mucha gente con deseos de dinero, posesiones y fama. Vuestra sociedad está orientada al placer por el sexo y las comodidades. Muchas personas son egoístas y no quieren ayudar a los demás. Si Me amas, debes amar a tu prójimo y tenderle la mano para ayudarle con tu tiempo, tu fe y tu tesoro. Cuando ayudas a la gente, estás almacenando un verdadero tesoro en el cielo que no será robado ni se perderá. Deja que tu amor por Mí fluya hacia los demás en su necesidad».