miércoles, 18 de septiembre de 2024

Conoce Mi Palabra para que no te engañen, Conóceme a Mí para que estés seguro de cómo obro y actúo y de cómo obra y actúa el Diablo

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a Luz de María el 16 de Septiembre de 2024

Amados hijos Míos, Yo os bendigo y os amo con Amor Eterno.

Amadísimos hijos:

¡Todo Está Ya Dicho Por Mi Casa!

Es la Responsabilidad Humana La Que Debe Actuar, De Ella Depende El Futuro Del Que Tanto Os Hemos Advertido...

El Gran Ingrediente Que Han Olvidado Es La Obediencia.

Hijos, os habéis entregado a Satanás, habéis erigido templos en su nombre, os encontráis rendidos a las garras del Anticristo (1) y permitiéndole que os domine.

No Esperes, Conviértete, ¡La Conversión Debe Ser Hoy!

Seréis tentados hasta la saciedad, sometidos a las órdenes de la élite y anhelaréis la libertad en todos los sentidos, libertad que no podréis vivir.

Hijos, estar tranquilos no es mantenerse al margen de las Llamadas con las que os alertamos ni seguir sin interés los desafíos a los que os enfrentáis en este momento; permanecer tranquilos hijos, es no desesperar, confiar en Mí y en Mi Santísima Madre, Reina y Madre de la Humanidad.

La Humanidad está en peligro ante la guerra que a veces lucha con una falsa paz. Esta generación indiferente vive en el bullicio de su gran «ego», sin mirar a su alrededor, en un momento en que la paz pende de un hilo.

Amados hijos, sed guardianes de Los Mandamientos, sed perseverantes en la fe, «Yo soy vuestro Dios», «Yo soy el primero y el último; no hay más dios que Yo». (Is. 45:5)

Incrédulos, ¡cuánto sufrimiento lleváis sobre vosotros!

El agua sigue azotando inesperadamente toda la Tierra, los vientos son más fuertes, los volcanes se activan y la tierra tiembla con fuerza. Las señales en lo alto no se detienen y siguen sin creer: la luna se ve ligeramente oscurecida, presagio de la llegada de la oscuridad a las criaturas humanas (2). En octubre veréis el anillo de fuego y en la tierra se estremece el cinturón de fuego.

Amados hijos, vosotros sois Mis amados; el hombre de ciencia crea lo que va a utilizar. Os anuncio lo que ha de venir sobre la tierra, os lo anuncio no para que temáis, sino para que os preparéis: la fe debéis fortalecerla y alimentarla para que podáis resistir al mal. (Cf. Heb. 11:6).

Conoce Mi Palabra para que no te engañen, Conóceme para que estés seguro de cómo obro y actúo y de cómo obra y actúa el diablo.

(Cf. Jn. 5:39-40)

Hijos, os invito a manteneros espiritualmente preparados: venid a Mí hijos, reconciliaos, participad en la Celebración Eucarística y recibidme debidamente preparados.

Orad hijos Míos, orad por Mi Iglesia, orad continuamente.

Orad hijos Míos, orad unos por otros, la enfermedad se extiende.

Orad hijos Míos, orad por Inglaterra sufre.

Orad hijos Míos, orad por el pueblo que sufre en Venezuela.

Orad hijos Míos, orad por el pueblo de Nicaragua.

Rezad hijos Míos, rezad por Mis hijos de Rumania, sufre.

Rezad hijos Míos, rezad por Polonia, están siendo llevados a sufrir.

Amados hijos, sin temor, pero con ferviente amor seguid atentos a la ayuda de San Miguel Arcángel, San Rafael Arcángel y San Gabriel Arcángel.

Rezad a vuestro Ángel de la Guarda para que establezcáis una estrecha relación.

Como Tu Dios, Te Invito A Rezar (2), A Ayunar, A Sentir Con El Corazón De Carne.

El enemigo del alma se acerca a vosotros, desea aumentar su botín; no lo permitáis, sed más hijos Míos y menos mundanos.

Amad a Mi Santa Madre, como «Vaso de Devoción», Mi Madre os lleva de Su Mano y como Señora os guía hacia el obrar y actuar en Mi Voluntad (Cf. Jn 2, 4-10), caminad de la mano de Mi Madre.

Te bendigo, te dejo Mi Paz.

Vuestro Jesús

Ave María Purísima, concebida sin pecado

Ave María Purísima, concebida sin pecado

Ave María Purísima, concebida sin pecado

(1) Sobre el Anticristo, lee...

(2) Sobre la luna, lee...

(3) Libro de Oraciones, descargar...

Comentario de Luz De Maria

Hermanos:

Vemos claramente en este Llamamiento Divino que Nuestro Rey y Señor Jesucristo nos descifra uno a uno cuanto va a suceder, sin necesidad de llamar a cada acontecimiento por su nombre.

Hermanos, Nuestro Rey y Señor Jesucristo me permite el siguiente atisbo:

Miro a varios líderes mundiales reunidos, la palabra paz resuena en sus bocas, pero no en sus corazones, aunque percibo miedo en la mayoría de ellos ante la guerra. Les veo estrecharse la mano y declararse amigos y aliados, mientras que en otro momento observo a algunos de ellos conversar como a escondidas y aceptar algunas alianzas contrarias a sus aliados actuales. Esta guerra no será como las anteriores, habrá disputas, amigos y enemigos, lo que complicará el escenario dantesco de una guerra actual.

Aparece el cielo y veo caer fuego; la tierra arde en varios lugares, uno de ellos es Roma. Me doy cuenta de que son bombas que caen de aviones que atacan lugares concretos.

Miro la inmoralidad con la que quieren entrar en la mentalidad de los niños para corromperlos y es inaudito. Jesús me dice: hija, más verás y vivirás en esta generación que ha superado la maldad de Sodoma y Gomorra.

Mi Sagrado Corazón está sumamente dolorido, necesitáis ser almas orantes y restauradoras. Veo a Nuestra Madre derramar Gracias sobre las criaturas que rezan y reparan por toda la humanidad.

En los momentos trágicos, Nuestra Madre derrama bienes espirituales sobre las almas de aquellos que guardan lo que han profesado: amor y devoción, respeto y fidelidad a Su Divino Hijo Jesucristo. Inmediatamente Coros de Ángeles adoran ante el Trono Trinitario y el Espíritu Santo derrama gracias y virtudes sobre innumerables criaturas que guardan la fe.

En medio de lo que significa una guerra mundial, poseemos las bendiciones que el amor infinito del Espíritu Santo derrama sobre Sus hijos.

Hermanos, no todo está perdido; incluso en el último instante de la vida podemos convertirnos. Dios es amor y perdón, como es Juez Justo.

Hermanos, sin perder la esperanza de alcanzar la Vida Eterna, de gozar anticipadamente del Cielo, vayamos con valor y fe hacia Cristo, hacia Nuestra Santísima Madre, sin detenernos, seguros de que Dios es Dios y nosotros Sus hijos.

Amén.