sábado, 7 de marzo de 2020

¡Libre albedrío!

- Mensaje nº 1234 -

Hija mía. Mi querida hija. Mi amada hija. Sí, es verdad. La apostasía en vuestra tierra, en vuestro mundo, está tomando formas cada vez más rápidas, y Yo, vuestro Jesús, estoy sufriendo mucho. Os amo tanto, amados hijos que sois, ¡pero necesito vuestro Sí para poder Obrar en vosotros y en vuestro mundo (a vuestro alrededor)!

Mi Padre, Dios, el Altísimo, que también es vuestro Padre, os dotó de libre albedrío , y este albedrío siempre es respetado por Mí, por el Padre y por el Espíritu Santo. Así que sois responsables vosotros mismos, y sin vuestro consentimiento , Que Debe Venir Del Corazón, sincero, íntimo, implorante con tantos de vosotros, no puedo prepararos. Un alma no preparada se perderá, amados hijos que sois, porque no Me ha elegido a Mí, su Jesús. De buena gana la salvaría, pero para eso necesito vuestro ¡Sí!

Un Sí, dicho sinceramente, es suficiente, ¡y Yo me apresuro a ayudaros!

Un Sí, dirigido a Mí, vuestro Jesús, con amor, es suficiente, hijos Míos.

Un Sí, dicho con esperanza, con confianza, a Mí, a vuestro Jesús, es suficiente para obrar en vosotros y a vuestro alrededor, hijos Míos.

Un Sí, dicho suplicante, llamado a Mí, a tu Jesús, es suficiente para que Yo te salve en la mayor angustia del alma, en la mayor confusión y extravío.

Así que dadme vuestro Sí y luego, cuando Me lo hayáis dado con amor y sinceridad, dejaos caer, hijos Míos. ¡Dejaos caer en Mí, en Mis Santos Brazos, y entregádmelo todo a Mí, vuestro Jesús!

¡Yo os cuido, pero debéis dejaros llevar, hijos Míos, y confiar en Mí, en vuestro Jesús! Entregaos completamente a Mí, porque un alma, una persona, que vive en perfecta devoción a Mí, a Mí, no carecerá de nada. Pero nunca esperéis riquezas terrenales, porque Yo, vuestro Jesús, os doto de más de lo que las riquezas terrenales pueden daros. Yo, tu Jesús, te doy mucho más de lo que pueden darte los bienes terrenales. Yo, tu Jesús, obro en ti y te obsequio con riquezas de eternidad, pues Mis riquezas no son de este mundo, sino que son mayores, más hermosas y más gloriosas que cualquier cosa que este mundo pueda darte, pueda ofrecerte.

Así que volveos, amados hijos, y dadme a Mí, vuestro Jesús, vuestro Sí. Yo te escucharé, y estaré ahí para ti, y tu vida aquí en la tierra estará acompañada por Mí, tu Jesús.

Así que volveos, amados hijos que sois, y dadme vuestro Sí. Sólo así os conduciré a la eternidad, una eternidad llena de alegría y riquezas, que sólo un corazón, un alma abiertos y amantes pueden alcanzar. Amén.

Venid a Mí, Mis amados hijos que sois, a vuestro Jesús que tanto os ama y os espera. Venid a Mí antes de que sea demasiado tarde. Amén.

Un Sí es suficiente para cambiar tu vida. Un Sí para ser regalado por Mí, por tu Jesús. Amén.

Tu Jesús, que Soy y siempre seré. Con el Espíritu Santo y Dios, el Altísimo. Amén.