miércoles, 9 de julio de 2003

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Manaus, AM, Brasil

¡La paz esté con ustedes!

Queridos hijos, abran sus corazones a Dios. Cambien sus vidas. Muchos no reciben la gracia porque no me escuchan, porque no me obedecen. Muchos tienen sus corazones cerrados a Dios porque están llenos de orgullo y arrogancia.

Cuántos son los que vienen a pedir a mi Hijo Jesús cosas superfluas, y cuando vienen a Él, es solo para pedir cosas que satisfagan sus vanidades y sus exagerados apegos al mundo. Ya les he dicho y repito: renuncien a las cosas del mundo, para que no pierdan el reino de los cielos.

Muchos de mis hijos me ofenden a mí y a mi Hijo Jesús con sus pecados e ingratitud. Hagan penitencia por sus hermanos. Hagan mucha penitencia por la conversión de los pecadores. El Corazón de mi Madre los vigila, hijitos, mis queridos hijos. Su querida Madrecita los bendice de una manera especial hoy. Felices son los que escuchan la voz de esta Madre que les habla. No verán desgracia sino la gloria del cielo. Dios pronto renovará el mundo y todo será transformado. Oren por mi Papa y por todos los sacerdotes. Sean puros, sacerdotes del Señor, muy puros, porque la gracia de la pureza es una virtud muy especial para un sacerdote, para el alma elegida del Señor. Sean santos, santos, santos.

Mis hijitos, yo no abandono a nadie, por eso estoy aquí de nuevo, porque los amo y hoy este amor mío se extiende por todo el mundo. Gracias por sus oraciones. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!