sábado, 24 de septiembre de 2005

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡La paz esté con vosotros!

Queridos hijos, como nunca antes os lo suplico: rezad y convertíos. Interceded cada vez más por todo el mundo y por todos mis hijos que están lejos de Dios, porque sufrirán grandes calamidades.

Dios ya no puede soportar tantos pecados y ofensas. Su justicia ya está actuando y actuará cada vez más en el mundo si los hombres no acogen mis llamados.

Amazonas, ¡Amazonas! También sobre vosotros está a punto de caer la justicia de Dios.

Resad, resad, resad, y sed hijos sinceros, obedientes que saben escuchar y vivir mis llamados. Hijos míos, no perdáis el tiempo. El tiempo ahora no es para desperdiciarse en cosas inútiles, sino para usarlo para acercarse cada vez más al amor de Dios, porque Él es la verdadera vida.

Vengo del cielo para bendeciros, para acogeros, para ayudaros, para guiaros. Preparaos, prepara os, prepara os. Os bendigo con mi bendición maternal, la bendición de paz y amor, para que seáis fuertes en las pruebas de la vida: en nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!

La Virgen antes de irse dijo:

Sed humildes, humildes, humildes. Nadie es mejor que nadie. Sabed enseñar a vuestros hermanos en sencillez y humildad. Nunca penséis que sois mejores que ellos, sino dad el buen ejemplo de vida santa. Si queréis ser míos y de mi Hijo Jesús debéis saber amar a todos, ser pacientes con todos, y ser los primeros en servir a los demás.