domingo, 25 de septiembre de 2005

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡La paz esté con vosotros!

Queridos hijos, os invito a la oración: oración de intercesión, oración de liberación, oración de renuncia, oración al Espíritu Santo para que os ilumine y fortalezca la fe. Orad, pero orad con el corazón abierto, libre y desapegado de las cosas del mundo.

La oración es un encuentro y un momento especial con Dios, y cuando oráis nada debe perturbar este encuentro, porque cada momento de oración es único y especial, donde el Señor actúa sanando vuestras almas. Por lo tanto, debéis estar recogidos, entregados en ella. No permitáis que las distracciones os alejen de este objetivo, sino sabed acoger la oración como un gran regalo y gracia de Dios.

Vengo del cielo esta noche para deciros que el mundo está yendo mal, y estoy triste por aquellos que han comenzado en el camino de Dios y luego se han desviado, alejándose de su amor. Orad por vuestros hermanos y hermanas que están lejos de Dios. Purificaos de vuestros pecados. Aquellos que no se liberen de sus pecados en este tiempo de misericordia sufrirán mucho en el tiempo de justicia, cuando el Señor envíe la purificación a la tierra. Muchos morirán simplemente por miedo, porque no están preparados. Así que escuchad mis llamados. No los rechacéis, porque lo que os digo es muy serio. Queda poco, poco, poco. No dejéis que mi Corazón sufra al veros todavía sordos y desobedientes. Convertíos. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!