sábado, 20 de octubre de 2007

Mensaje de la Santísima Virgen:

Queridos hijos, mi Inmaculado Corazón les dice de nuevo: sean santos. Si no buscan la santidad, no podrán entrar en el Cielo. Solo los santos pueden entrar en el Cielo. Esta santidad a la que los invito debe consistir en ustedes en la perfecta imitación de Mis virtudes; en completa obediencia y docilidad a Mi voz y en la más perfecta e incondicional entrega de sus vidas a Mí para que pueda hacer de ustedes lo que quiero para la gloria del Señor. Su obediencia a Mi voz debe ser tan confiada, plena y convencida que no duden por un momento en hacer lo que les digo, tal como les digo. Deben imitar mi virtud de la fe, mi piedad, y el santo temor de Dios, que siempre he poseído en un grado muy alto y perfecto. Con el don de la piedad, amé a Dios con todas las fuerzas de mi corazón; amé rezarle; amé meditar con Él; amé estar sola con Él adorándole; alabándole; dándole gracias; expiando y pidiendo por tantos pecadores. Con el don del temor de Dios, respeté a Él, siempre tratando de agradarle y de huir de cualquier cosa que pudiera ofenderle. Con el don del temor de Dios, siempre busqué lo más agradable y bendecido por el Altísimo. Con la virtud de la fe, creí en la santa Palabra de Dios; en Sus promesas hechas a nuestros profetas y en todo lo que el Señor había prometido y enseñado en Su santa Ley, con todas las fuerzas que Mi alma pudo tener y consagrando a Él todos los afectos que Mi Corazón pudo tener para que todo fuera Suyo, para que todo alabara Su nombre y fuera para Su servicio. Imítenme en estas virtudes, para que entonces su santidad pueda ser un reflejo y una copia de la Mía, en la medida en que sea posible para ustedes alcanzarla. Y sobre todo, mis hijos, respétenme, porque yo soy su Madre celestial. Respeten Mis derechos, porque todos los que no Me respeten tendrán que preocuparse por la justicia del que Me ama y que es el Señor de todas las cosas. Respeten Mis derechos a ser alabada; a ser amada; a ser obsequiosa; a ser glorificada; a tener mis días santos; mis procesiones; mis devociones consagradas a Mí; mis imágenes honorables en lugares prominentes de alabanza y devoción; a tener Mis santos sacramentales: Mi Rosario; Mis Escapularios; Mis Rosarios; Mis Medallas; amados, respetados y honrados por todos Mis hijos. Porque les digo: quien no respete estas cosas que Me pertenecen, tendrá que lidiar con la Justicia del que Me ama y que es el Rey del universo. Cuando Mis derechos sean respetados, entonces quizás el Señor perdone al mundo y le dé la paz. Que Me respeten y Me den el amor, la obediencia y la alabanza que Me son debidos. Paz, mis hijos. Paz, Marcos. Los bendigo, hijo Mío. Permanezcan en Mi paz siempre.