Mensajes a los Hijos de la Renovación, EEUU

 

domingo, 16 de junio de 2019

Fiesta de la Solemnidad de la Santísima Trinidad

 

Hola mi queridísimo Jesús, siempre presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Es bueno estar aquí contigo. Gracias, Jesús, por la Santa Misa de esta mañana, por la Sagrada Comunión y por la hermosa liturgia de hoy. Feliz fiesta, Santísima Trinidad, Divino Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Creo en Ti, te adoro y te alabo mi Dios y te amo con todo mi corazón. Todo lo que tengo es Tuyo, Señor y todo lo que soy es Tuyo. Gracias por haberme creado, por mi familia y mis amigos.

Señor, por favor, sana a todos los que han sufrido experiencias traumáticas, especialmente a los que fueron víctimas de la violencia. Digo «fueron», Señor, porque creo que Tú triunfas sobre toda forma de mal. Líbranos, oh Señor. Sana a todos los que sufren enfermedades y afecciones crónicas. Rezo especialmente por (nombres no revelados) y por todos los que padecen cáncer, enfermedades autoinmunes, epilepsia, insuficiencia renal, Alzheimer y están paralizados. Señor, te ruego también por nuestros jóvenes, para que estén libres de pecado y se acerquen a Tu Sagrado Corazón y al Corazón Inmaculado de María. Por favor, envíanos legiones de ángeles que nos protejan del mal y que todos los santos del Cielo intercedan ante el trono de Dios por los que vivimos en este tiempo. Jesús, ¿tienes algo que decirme?

«Sí, hija mía. Esta es la época profetizada por muchos de Mis santos y santas. Estáis viviendo el tiempo de la gran oscuridad espiritual y del pecado. Éste es el tiempo en que llamo a todos Mis hijitos a la santidad. Se derraman gracias del Cielo para ayudaros en estos tiempos peligrosos. Rezad por estas gracias. Abrid vuestros corazones a Mi amor y a los dones que deseo daros para proporcionaros toda la defensa espiritual necesaria. Mantened la Palabra de Dios en vuestros labios y en vuestros corazones, servíos de los Sacramentos y continuad rezando, especialmente en el seno de vuestras familias. No temáis. Sobre todo, amad. Amad incluso a vuestros enemigos o a quienes os consideren enemigos. Esto suena extraño a algunos de Mis santos pequeños que no consideran a nadie enemigo, pero os digo que hay muchos que os consideran suyos (enemigos). Reza para que todos lleguen a conocer Mi amor. Reza por los que están sumidos en las tinieblas para que vengan a la Luz. Haz sacrificios por ellos y ofrece todo sufrimiento para salvar almas. Cooperad Conmigo, hijos Míos, para la salvación de las almas. Al hacerlo, se proporcionan muchas gracias a las almas en tinieblas».

«No tengáis miedo, Yo estoy con vosotros, hijos Míos. Vivid el Evangelio. Acoged al extranjero, consolad al afligido. Habrá muchas oportunidades de hacerlo en los próximos días. Tratad a cada persona como si fuera Yo, vuestro Jesús. Todos están hechos a Mi imagen y semejanza y, por tanto, llevan la imagen de Dios en sus almas. Tratad a todos con paciencia, amor, respeto y también con alegría. Si Me hospedarais en vuestras casas, Me recibiríais con calidez y amor. Me ofreceríais vuestra mejor comida y vuestro sillón favorito. Haced esto con vuestro prójimo y con los que son «extraños». Da lo mejor por amor y, de este modo, estarás mostrando tu amor por Mí. Reza por los que están en la oscuridad y si se niegan a escuchar tus palabras de verdad, no te enfades ni te consternes. Planta semillas de luz y amor, de verdad y alegría y no te sientas personalmente rechazado. Recuerda que fui y sigo siendo rechazado y que soy Dios. Sé paciente, como Yo lo soy contigo. Atiende a Mis planes, a Mi Voluntad y permíteme que me ocupe de tus necesidades y de tus preocupaciones. Concéntrate en la Era de la Obediencia que sin duda llegará. Céntrate en Mí, la Luz del Mundo. Cuando uno mira un fuego brillantemente encendido, no nota la oscuridad ni el frío. Uno aprecia la luz y el calor del fuego en medio de la oscuridad. Apreciad todo lo bueno que hay en vuestras vidas. Incluso los que sufren tremendas pruebas, tienen algo bueno en sus vidas. Yo soy el autor de todo lo bueno. Mantened vuestros ojos en Mí, Mis Hijos de la Luz, Hijos del Dios Vivo. Yo actúo aunque no lo parezca. Soy Dios y sigo teniendo el control. Quiero lo mejor para vosotros, Mis pequeños hijos. Estad en paz. Seguidme».

«Pide Mi dirección y escucha Mi voz viva en tu corazón. No escuchéis las murmuraciones del maligno, que pone al prójimo contra el prójimo, llama al bien mal y al mal bien. No escuches cuando te susurre o incluso te grite palabras de condena o de odio a ti mismo. Estas palabras no proceden del agua viva, sino del abismo maligno. Yo susurro palabras de sabiduría, amor, verdad y luz. Aprende a reconocer Mi voz y rechaza las voces del maligno y sus secuaces. Hablo vida a vuestro corazón y a vuestra alma y sabiduría y claridad a vuestras bellas mentes. Rezad y buscad Mi Voluntad todos y cada uno de los días. Poneos a servir al Dios Altísimo. No perdáis el tiempo persiguiendo las cosas de este mundo, hijos Míos. Preparaos espiritualmente y buscad el Reino de Dios. Sí, hay que ganarse la vida para mantenerse a uno mismo y a su familia. No estoy diciendo que seáis irresponsables, sólo que demasiados de Mis hijos se centran en búsquedas mundanas, formas de entretenimiento y todo tipo de distracción disponible en esta Era de Desobediencia. Mis hijos viven en el mundo y, sin embargo, permanecen apartados por su búsqueda de la santidad. Esto no significa que os separéis de todos los que son diferentes. Si así fuera, ¿cómo evangelizarían Mis hijos a los que no Me conocen? Vivid vidas santas de alegría y paz. Perdonad a vuestros enemigos y sed amables con ellos. Así verán a Dios en vosotros, por vuestro amor, vuestro perdón y vuestra alegría. Debéis permanecer cerca de Mí en la oración y en los Sacramentos de Mi Santa Iglesia Católica Apostólica y, de este modo, estaréis abiertos a Mi dirección. Yo os enseñaré la sabiduría y discerniréis los espíritus y sabréis exactamente qué hacer. Si alguien en tu presencia no vive en Mi Luz y está en el error, pregúntame qué debes decir y Yo te lo diré».

«Corderita mía, hiciste esto cuando te encontraste con alguien que vivía un estilo de vida pecaminoso y empezó a contarte su falso sistema de creencias, que es un error común en tu época. Esta alma no está siendo sincera con su propia conciencia, que fue formada en la luz y la verdad. Ha adormecido su conciencia y ahora sigue las tinieblas y las creencias paganas. No te angusties. Sientes que no sabías qué decirle. ¿Recuerdas que rezaste antes de hablar?».

Sí, Señor. Recé y esperé Tu dirección. Sentí un impulso para hablar y no recuerdo lo que dije, sólo que no pareció tener el efecto que tendría si Tu Espíritu hablara a través de mí. Siento si te he defraudado, Señor, o si he hablado con demasiada precipitación.

«Hija mía, hija mía, hijita mía, las palabras que dijiste venían de Mí. La afectación fue profunda. Ella no acogió bien estas palabras, es cierto, pero eran palabras que su alma necesitaba recibir. No podías permanecer en silencio cuando ella dijo tales errores contra la vida y el amor. Gracias por esperar a que te diera Mi suave impulso. El momento era exactamente el que se necesitaba. Ovejita mía, no te preocupes, confíamelo todo a Mí. Las almas tan necesitadas, las almas que han sido profundamente heridas, necesitan tiempo, paciencia y un gran amor para sanar. La curación será lenta en este caso, pues hay muchas heridas superpuestas de sufrimiento, dolor y trauma. Quédate en paz. Yo sé lo que se necesita. Lo proporcionaré a través de ti y de otras almas como tú. Todo irá bien».

Gracias, mi buen y bondadoso Señor. Eres tan gentil y tierno con las almas heridas.

«Tráeme siempre a estas almas, hija Mía, y preséntamelas. Este acto de bondad, consideración y amor aumenta las gracias y abre sus corazones para recibirlas. Hay poca preocupación por los demás en esta Era de Desobediencia, pero para aquellos que muestran preocupación se logrará mucho a través de ellos. El amor de Mis hijos convertirá las almas de muchos. No tengáis miedo de mostrar amor a los que no viven rectamente, pues son los que más necesitan Mi amor. Amadlos y no los juzguéis. Dejad el juicio a la Santísima Trinidad. Muestra amor y misericordia. Vivid el Evangelio y sed portadores de Cristo. Juntos, seguiremos llegando a las almas. Pedid a Mi Santísima Madre que interceda por vosotros y os ayude. Ella te guiará y velará por ti como lo hace con todos Sus hijos. Hija mía, confía en Mi amor por ti y por tu familia. No he olvidado la misión que te encomendé y permanece inalterable. Confía en Mí en todas las cosas».

Sí, Jesús. Gracias, Señor.

«Te amo, hija Mía. Te bendigo en nombre de Mi Padre, en Mi nombre y en nombre de Mi Espíritu Santo. Ve en paz, corderito Mío».

Señor, por favor, ayúdanos. Estamos siendo inundados por la lluvia, las inundaciones y las previsiones de más y más lluvia sin final a la vista. ¿Quieres, por favor, darnos más días de sol y sequedad? Estamos agradecidos por la lluvia, Señor, pero los agricultores no pueden plantar cultivos. Hay un brote de un virus en los cerdos y se está extendiendo por Asia. Señor, sé que Tú tienes el control y sabes lo que es mejor para nosotros. Parece como si pudiéramos tener hambruna, Señor si Tú no nos ayudas. Señor, por favor, ayuda a los campesinos y a todos los que tienen hambre y necesitan alimentos. Evita una hambruna mundial, por favor Dios.

«Hija mía, eres consciente de que las hambrunas están llegando al mundo debido a la violencia contra Mis pequeños en el vientre materno, y a la violencia contra los niños y Mis hermosos y santos ancianos. Esta pecaminosidad no puede continuar, pues ofende profundamente a Dios. Mi corazón fue herido por estas transgresiones y para proteger a más almas de caer en el infierno, Mi retirada de ayuda hará que más personas recen. Llevo años pidiendo más oraciones. Ni siquiera Mis propios hijos Me toman en serio. Cuando no actúo inmediatamente, dejan de rezar o disminuyen la frecuencia de sus oraciones. La Iglesia primitiva rezaba muchas veces al día dándome los mejores momentos del día, buscando dirección y ofreciendo alabanzas al Padre. Mi pueblo ya no reza en serio ni siente respeto por Dios. Las épocas de hambre y penuria hacen que las almas vuelvan a Dios. Rezad, hijos Míos. Rezad».

Sí, Señor. Comprendo. Rezaremos más, Señor. Siento que no hayamos respondido a Tus peticiones. Jesús, ayúdanos a rezar con el corazón lleno de amor y confianza. Perdóname por mis pecados y por las veces que me he distraído en la oración con tantas cosas. Dame las gracias que necesito, dulce Jesús, para ser la persona que Tú quieres que sea. Te amo, Señor. Ayúdame a amarte más. Confío en Ti, mi Dios. Ayúdame a confiar más en Ti.

«Sí, corderito mío. Así será. No tengas miedo. Camina hacia adelante con confianza. Tú sabes cuál es tu meta y adónde te llevará el camino de tu vida, así que ten buen ánimo y estate en paz. Yo estoy contigo y afrontaremos juntos el futuro».

Gracias, mi adorable Jesús. Te quiero.

«Y yo a ti». (sonriendo)

¡Amén! ¡Aleluya!

«He puesto Mi sello en tu corazón, como pediste en tu juventud. Tú eres Mía y Yo soy tuyo. Todo está bien».

Alabado sea Tu Santo Nombre, mi Señor y Salvador, mi Dios y Rey. Gracias, Jesús.

Origen: ➥ www.childrenoftherenewal.com

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