martes, 15 de julio de 2008

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

Estaba haciendo algunas cosas cuando sentí la presencia de la Virgen y escuché su voz que me dio un mensaje. En el mensaje ella habló sobre un cierto asunto que estaba pensando conmigo sobre ciertas personas guiándome con sus palabras santas y maternales:

El que sufre aceptando la voluntad de Dios en su vida tiene un amor más perfecto y purificado que otros que dicen amar pero rechazan las pruebas no aceptadas con resignación. El que afirma amar pero no acepta la cruz es pobre en amor y este amor que afirma tener es imperfecto, lleno de defectos, sin raíces. El que acepta la cruz y las pruebas de la vida enviadas por Dios, permaneciendo fiel a Él, sin rebelarse jamás contra Él, tiene el amor más perfecto y verdadero, porque este amor tiene raíz y la persona que lo tiene sabe cuidarlo y valorarlo, porque le costó sus lágrimas y sufrimientos ofrecidos a Dios en profundidad. En el dolor y en la cruz encontrarás el amor verdadero. Sin dolor y sin la cruz, no encontrarás el amor de Dios, sino solo un amor personal e interesado, dirigido solo a tus inclinaciones naturales, que no santifica y no te perfecciona en unión con Dios. Mi Hijo Jesús, incluso en los mayores sufrimientos y en la terrible muerte en la cruz, no disminuyó su amor por los hombres; pero este amor suyo creció aún más por ellos, concediendo a muchos su perdón y misericordia infinita, porque su Divino Corazón, fuente de amor ardiente, deseaba intensamente la salvación de los hombres. Sé como mi Hijo Jesús: unido a Él, a sus infinitos méritos, desea unirse al Padre y al Espíritu Santo, pidiendo misericordia divina y salvación para toda la humanidad, no disminuyendo en tu amor y en tu oración de intercesión por la salvación de todos aquellos que necesitan la luz de Dios en sus vidas.

Escuchando estas palabras de la Virgen recordé las palabras que Jesús una vez dijo a Santa Gemma Galgani, protectora de nuestro grupo juvenil: "Gemma aprende primero a sufrir para luego aprender a amar!" Cada uno de nosotros es invitado por Cristo a entrar en esta escuela de amor.